Bloqueada en la industria del entretenimiento, sin redes sociales y enfrentándose a un diagnóstico de abuso sexual, trastorno mixto de ansiedad y depresión, y reacción al estrés agudo, la modelo colombiana Gabriella Marbella González decidió denunciar a través de la plataforma Tiktok cómo habría sido violentada por un supuesto productor audiovisual que la contrató para participar de un video musical en Medellín.
“Es hora de romper el silencio, es hora de no callar más, quiero hacer una denuncia pública con la que busco justicia. Lamentablemente, fui víctima de algo que ninguna mujer debería vivir en su vida: acceso carnal violento, por parte de un productor americano”, lamentó, en medio del llanto.
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La denuncia, se vio obligada a realizarla a través de la plataforma Tiktok, debido a que su perfil en la red social Instagram “simplemente desapareció”, en lo que, según dijo, podría tratarse de un “sabotaje”, en el que han intentado silenciarla “de 1.000 formas” y amedrentarla.
“Este hombre, Jesse Allen Stream, conocido en redes como The Hollywood Hustle, me citó en su casa finca, en Copacabana, a las afueras de Medellín. Fue un fin de semana en el que me convocaron para una producción de tres días de la que estaba a cargo este señor, que se vende a sí mismo como un productor audiovisual de trayectoria y renombre en Estados Unidos y vino a posicionar su marca a Colombia, específicamente a Medellín, buscando modelos del medio, reconocidas, que le generen credibilidad, trabajando de la mano, realizando publicidad”.
Pensó que se trataba de otro proyecto, común y corriente, en el que debía posar ante la cámara. “Él decía que este video este proyecto, era para un video musical de un artista, amigo suyo, de los Estados Unidos. Esa fue la promesa con la que yo asistí a hacer mi trabajo, con normalidad”.
Cuando llegó la primera noche, se instaló en el cuarto de la asistente, pero ella insistió que durmiera en la habitación del productor y, pensando que se trataba de un acto de caballerosidad en el que le ofrecían la cama más cómoda, aceptó; ya que, se encontraba vacía, a pesar de que el señalado había dejado sus cosas.
“Realmente pensé que se preocupaba por mi comodidad, pero fue muy difícil dormir. Así que intenté irme al día siguiente. Esperaba que pudiéramos grabar el sábado (segundo día) en la mañana, pero esto, lamentablemente, no fue así”. Antes de regresar a su casa estuvo a punto de ser asesinada en un caso de violación que estremece las redes sociales:
“Con la puerta cerrada, a las 11:00 de la mañana, de la nada, este hombre entra a la habitación, sin mi consentimiento, totalmente desnudo, muy drogado. Elijo no mirarlo e interpongo mis manos para pedirle que por favor se saliera y se pusiera ropa. Estaba totalmente aterrorizada, pero él me atacó, me arrastró del cabello por toda la habitación, mientras intentaba escaparme, mientras intentaba llegara a la puerta para salir y correr. Fueron los gritos más desgarradores de mi vida, pero era una casa totalmente aislada, en la que nadie podía escucharme ni encontrarme”.
Una vez logró someterla, el “productor” la golpeó, la amenazó con que no saldría viva y la violó. Fueron 30 minutos de terror, en los que no mostró ningún tipo de “compasión, condescendía o arrepentimiento”.
En un descuido, Marbella logró salir de la finca y, ya en casa, comentó con su familia lo que había pasado. Ellos le dieron la fuerza para poder interponer una denuncia, luego de que el americano amenazara con acabar su carrera y cerrar sus redes sociales.
“Yo estoy segura de que no soy la única a la que él le ha hecho esto. Busco justicia, soy un caso de miles en los que mujeres han sido violentadas y nuestra vida está en riesgo. Estas personas vienen a este país, simplemente, a delinquir”.
Dejó sus ventanas de chat abiertas para que otras víctimas puedan contactarla, porque, “al callar abrimos la puerta para que este sujeto siga violentando a otras mujeres y no es solamente el trauma, es lo que pasó después de eso, lo que viene después: la persecución, el miedo, los cinco días que estuve en urgencias porque no podría levantarme, porque mi cuerpo estaba totalmente golpeado y vulnerado, tenían que doparme con medicamentos para que no sintiera el dolor, pero el dolor del alma jamás se me quitó”.