Silvia, una inteligencia artificial creada por el Instituto de Estudios para la Paz (Indepaz) y el medio independiente Pacifistas, ha sido parte fundamental en la identificación de 85 cuentas en redes sociales utilizadas por grupos armados ilegales para reclutar menores y adolescentes.
La investigación, que comenzó en mayo, reveló que estas cuentas pertenecen en su mayoría a miembros del Estado Mayor Central, La Segunda Marquetalia, ELN y clan del Golfo.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
“En el lapso de aproximadamente tres meses logré recopilar la siguiente información: encontré 85 cuentas de grupos armados. De las cuales 28 pertenecen a mujeres y 39 a hombres, la mayoría eran del Estado Mayor Central y la Segunda Marquetalia, pero también me topé con cuentas del ELN y el clan del Golfo”, indicó la inteligencia artificial.
La mayoría de las cuentas identificadas se encontraron en la red social Tiktok, según los datos proporcionados por Silvia. Estas cuentas suelen ser eliminadas rápidamente para evitar ser rastreadas, lo que dificulta la labor de identificación y seguimiento.
La IA fue programada para buscar perfiles que utilizan videos de guerrilleros vestidos de camuflaje, mostrando dinero y vehículos de alta gama, acompañados de música de géneros como guaracha y corridos tumbados, con el objetivo de atraer a los jóvenes con una imagen de vida ostentosa.
“Mi imaginación es la del equipo de periodistas de Pacifista, quienes con la intención de investigar sobre el reclutamiento de jóvenes por medio de redes sociales especialmente Tiktok, me crearon con el propósito de infiltrarme en las redes sociales de los grupos armados e intentar descubrir cómo operan quienes realizan estos reclutamientos”, dice Silvia en una publicación de Indepaz y Pacifista.
En uno de los ejercicios de la investigación, Silvia interactuó con alias “Jhon”, un cabecilla de las disidencias, quien le envió audios explicando cómo podrían unirse ella (la IA) y una supuesta prima al grupo ilegal. “Pues de todas maneras hay que mirar cómo hacemos… ustedes llegan a la terminal, las recojo y me encargo de llevarlas y meterlas…. Yo llevo más de 20 años firme y me dejan salir y volver”, dijo el cabecilla en uno de los audios.
La investigación también reveló que algunas de estas publicaciones en redes sociales lograron una considerable interacción. Se recopilaron 98.467 me gusta, 6.616 guardados y 1.997 comentarios, de los cuales 193 eran personas expresando su intención de unirse a los grupos armados. El video más popular revisado tenía 21.400 me gusta, 46 comentarios y 278.900 vistas.
Ante estos hallazgos, Indepaz y Pacifistas hicieron un llamado urgente a las autoridades para que tomen medidas inmediatas y eliminen todas estas cuentas que están siendo utilizadas para el reclutamiento de menores. La utilización de Silvia ha sido crucial para desenmascarar estas redes y poner en evidencia las tácticas de los grupos armados ilegales.
Cada 30 horas un niño es reclutado por grupos armados en Colombia
En Colombia, cada 30 horas un niño es reclutado por grupos armados. En lo que va del año, las autoridades han rescatado a 206 menores de edad que habían sido forzados a unirse a estos grupos, reveló el Ministerio de Defensa.
El reclutamiento forzado de menores es una problemática creciente en el país. Según la Defensoría del Pueblo, se reportaron 159 casos en el primer semestre de 2024. Sin embargo, las comunidades locales indican que los incidentes son casi diarios, lo que sugiere que la cifra real podría ser mucho mayor.
La Fiscalía documentó cerca de 650 denuncias en todo el país, y Unicef señala que los grupos indígenas y afrocolombianos son los más afectados por este delito, perpetrado por disidencias, el ELN y el Clan del Golfo en el contexto de la llamada “Paz total”.
Las regiones de Nariño, Caquetá, Antioquia, Arauca y Putumayo son algunas de las más afectadas por esta dinámica de violencia. Un caso destacado es el de una adolescente de 15 años que fue reclutada con engaños a los 14. Según relató al diario El Tiempo, fue llevada a un campamento de disidencias donde pasó de cocinar a recibir instrucción militar y sufrió abusos, todo bajo la promesa de que realizaría labores domésticas y recibiría un sueldo de aproximadamente dos millones de pesos colombianos.
La cifra exacta de menores reclutados es difícil de determinar, ya que muchas familias temen por su seguridad y prefieren no denunciar. Los reclutadores se aprovechan del miedo y la impunidad que facilita el reclutamiento. A pesar de las políticas gubernamentales para proteger a los jóvenes, estas a menudo resultan ineficaces, ya que los grupos ilegales utilizan a los menores como escudos humanos ante la Fuerza Pública.
Hasta septiembre de este año, la Policía documentó 201 casos de reclutamiento forzado de menores, una cifra que sigue en aumento en comparación con el año anterior. Jamundí, cerca de Cali, es uno de los municipios más afectados. La violencia también se ha intensificado en El Plateado, un corregimiento donde las disidencias imponen un “servicio obligatorio” a los jóvenes.
A nivel nacional, la Policía identificó a reclutadores que operan de manera diferente, utilizando redes sociales para atraer a jóvenes necesitados. En un caso reciente, un delincuente fue arrestado mientras intentaba llevar a dos adolescentes hacia un campamento disidente.
La situación es especialmente alarmante en el norte de Caquetá, donde padres denuncian el reclutamiento forzado de sus hijos por parte de disidencias. Se ha identificado a un guerrillero conocido como “Champa” como responsable de numerosos casos de este tipo. Las disidencias de “Iván Mordisco” y “Calarcá” son las más activas en el reclutamiento de menores.
En la región Caribe, departamentos como Cesar y Sucre también están gravemente afectados, con grupos armados que buscan apoderarse de las comunidades y aumentan la presión sobre los jóvenes para que se unan a sus filas.
A pesar de los esfuerzos de organizaciones como Unicef y la Defensoría del Pueblo para priorizar este tema en las negociaciones de paz, el problema del reclutamiento de menores sigue siendo grave y persistente.