Colombia enfrenta una aparente crisis hídrica que no se había experiementado en las últimas décadas, con el registro de niveles históricamente bajos en los embalses que suministran agua a las principales ciudades del país.
Según un comunicado de XM, la empresa encargada de la operación del Sistema Interconectado Nacional (SIN), los aportes hídricos han estado por debajo de la media histórica desde julio de 2024, y los meses de agosto y septiembre han mostrado los niveles más bajos en 40 años.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
La situación podría ser alarmante, ya que los embalses, que alcanzaron un 60% de su capacidad en julio, han experimentado una caída sostenida, y resultaron situándose por debajo del mínimo histórico para la temporada de agosto y septiembre, según informó El Colombiano.
“En los últimos 10 años, el nivel de almacenamiento de los embalses ha disminuido normalmente al 40% durante la temporada de sequía y se ha recuperado hasta alcanzar el 80% en la temporada de lluvias. Sin embargo, en 2024 se registró el nivel más bajo histórico, con un 28.5% el 18 de abril, y solo se incrementó al 59.6% el 28 de julio. PD: Actualmente, el nivel de almacenamiento es del 50.2%”, señaló el reconocido ingeniero Sergio Cabrales.
Aunque las previsiones iniciales apuntaban a la llegada del fenómeno de La Niña en el segundo semestre de 2024, la realidad ha sido diferente, y esto podría desembocar en una crisis hídrica y energética.
Cabrales agregó en su perfil de X (anteriormente Twitter): “Los caudales de los ríos que abastecen a los embalses del Sistema Interconectado Nacional (SIN) han estado por debajo del promedio histórico (en rojo) la mayor parte del tiempo, excepto en mayo, junio y principios de julio. Esto dificulta la recuperación de los niveles de agua en los embalses para enfrentar la próxima temporada de verano en Colombia”.
El desafío del bajo nivel de embalses
Por su parte, de acuerdo con datos oficiales, el SIN cuenta con una matriz de generación diversificada que incluye 13.207 megavatios de generación hidráulica, 6.076 megavatios de generación térmica y 1.486 megavatios adicionales de plantas menores, solares, eólicas, entre otras.
A pesar de esta diversificación, la baja en los niveles de los embalses representa un desafío significativo para el suministro energético del país.
Juan Carlos Morales, gerente del Centro Nacional de Despacho, destacó la necesidad de mayores aportes hídricos, mayor generación térmica o una reducción en el consumo de energía para que los embalses alcancen la senda de referencia definida por la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg).
Morales subrayó que, aunque no hay un riesgo inminente de apagón en el corto plazo, sí es crucial tomar medidas inmediatas para recuperar los niveles de los embalses.
XM realizó un llamado a la ciudadanía para que haga un uso eficiente de la energía, con el fin de evitar complicaciones en el suministro durante el próximo verano.
Mientras que las agremiaciones del sector energético lanzaron una carta al Gobierno para que tome acciones para cubrir el actual déficit, la empresa advirtió que si la tendencia de bajos aportes continúa durante los meses de octubre y noviembre, como ocurrió en años críticos como 1992 y 2023, el embalse agregado no alcanzará los niveles necesarios para afrontar la temporada seca.
El abogado y profesor Daniel Alejandro Monroy indicó que la “situación de la energía y gas está de mal a peor: embalses en niveles críticos, oferta de gas insuficiente para demanda hogares, vehículos e industria, regulaciones generando desconfianza en el sector, incertidumbre normativa. ¿Están esperando hasta el apagón?”.
La generación térmica y las Fuentes de Energía Renovable No Convencionales (FNCER), que ya aportan el 5% de la demanda eléctrica nacional, juegan un papel clave para mitigar los efectos de la reducción de las lluvias. Sin embargo, la situación demanda medidas preventivas y colaboración entre instituciones, empresas y usuarios para garantizar un suministro energético estable.