En un emotivo acto en la sede de la Universidad Surcolombiana, en Neiva (Huila), el martes 24 de septiembre se le rindió un homenaje póstumo al estudiante de esa institución Tarcisio Medina Charry, que fue desaparecido por miembros de la Policía Nacional en 1988.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) lideró el evento, donde la mencionada institución de la Fuerza Pública pidió perdón de manera pública por este hecho de violencia en contra del joven que era alumno de Lingüística y Literatura, pero que, además, se había convertido en un líder estudiantil de la Unión Patriótica, partido político que sufrió un genocidio con la eliminación sistemática de 5.733 de sus integrantes, en su mayoría víctimas de crímenes de Estado.
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Según relató la JEP en el homenaje, a Medina Charry lo vieron con vida por última vez cuando tenía 20 años de edad, cuando fue detenido por los uniformados, pese a que tenía sus documentos en regla y no tenía antecedentes penales.
Desde entonces su familia, y en especial su madre, Marleny Charry, emprendieron su búsqueda en las últimas tres décadas, pero la progenitora falleció en la pandemia tras sufrir covid-19, sin que se lograra ubicar los restos del joven.
“Esa noche de viernes, Tito se dispuso a vender ejemplares del periódico Voz. Al salir de la universidad, se encontró con una tanqueta de la policía, fue acusado de ser comunista y detenido. Posteriormente, en las instalaciones de la estación de policía, Tarcisio fue aislado, y desde entonces no se supo más de él”, narró durante el acto su hermana Paola Medina Charry.
La familiar del estudiante desaparecido recordó que el “activismo político lo convirtió en un blanco de agentes del Estado” y agradeció que recientemente en la institución educativa huilense le hubiera otorgado su grado póstumo.
En el homenaje a la víctima estuvo presente el comandante de la Policía del departamento del Huila, el coronel Carlos Eduardo Téllez, que a nombre de esa institución pidió perdón por ese crimen.
“Nada justifica el daño causado, el cual ha generado pérdida de infinitas oportunidades, que hubiesen derivado de la persistencia y entusiasmo de un joven que dedicaba sus esfuerzos a proyectarse profesionalmente para servir a la sociedad de manera altruista”, expresó.
El alto oficial también reiteró que han puesto “a disposición toda la capacidad institucional para las labores de búsqueda” del estudiante desaparecido.
No obstante, la hermana de la víctima señaló que era “imposible aceptar un perdón en este momento cuando el cuerpo de mi hermano aún no ha aparecido”. También recordó que en el lecho de muerte de su madre, ella se comprometió con ella a no dejar de buscarlo.
Precisamente, para ubicar los restos de Medina Charry y de Albeiro Ordoñez Rojas, otra víctima de desaparición forzada en el departamento, en 2022 la JEP decretó medidas cautelares para el cementerio de Neiva, ya que se tienen indicios de que allí podrían los despojos de ellos, así como los de otras víctimas del conflicto armado.
“La búsqueda es un camino lleno de obstáculos y, a menudo, de desilusión. Sin embargo, Marleny y Paola convirtieron el dolor en fuerza y la incertidumbre en acción. Su inquebrantable compromiso no solo honra la memoria de Tarcisio Medina Charry, sino que también contribuye a la lucha por los derechos humanos y la justicia social en nuestra universidad”, indicó Nidia Guzmán Durán, rectora de la Universidad Surcolombiana.
En el conmovedor homenaje también estuvo Libardo Chilatra, uno de los representantes de la Unión Patriótica, que recordó el genocidio del que fue víctima esa colectividad.
“Hoy estamos aquí dignificando a los cerca de 10.000 militantes de la UP que fueron desaparecidos, heridos, desplazados y despojados. Colombia no puede repetir lo que a nosotros nos tocó vivir”, aseguró.