Más de 100 víctimas embolsadas en Medellín en tres años: crece la inseguridad y la impunidad

La tendencia fue identificada como un método común utilizado por grupos delincuenciales que operan en la capital antioqueña

La creciente preocupación por estas cifras no solo refleja un problema de seguridad, también pone de relieve las estrategias brutales empleadas por grupos delincuenciales que operan en la región - crédito Colprensa

Las autoridades de Medellín y el Valle de Aburrá siguen lidiando con el alarmante aumento de casos de cuerpos hallados embolsados en la región. Desde 2021, se documentaron más de 100 incidentes en los que personas fueron encontradas sin vida en quebradas, basureros o áreas verdes.

El caso más reciente fue el de dos hombres que desaparecieron el 20 de septiembre y cuyos cuerpos, envueltos en bolsas, fueron localizados días después en distintos lugares de la capital antioqueña. Uno de los cuerpos fue hallado en pleno centro de Medellín, mientras que el otro apareció en el corregimiento de San Cristóbal. Ambas víctimas presentaban signos de violencia, lo que incrementó la preocupación de la ciudadanía y puso nuevamente en el centro del debate la capacidad de las autoridades para hacer frente a este tipo de crímenes.

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Estos hallazgos se suman a una creciente lista de cadáveres encontrados en diversas modalidades, que incluyen bolsas, sábanas, costales y maletas - crédito REUTERS

Las víctimas, identificadas como Johnatan Garivaldo, de 33 años, y Daniel Uribe, de 29 años, fueron encontradas en circunstancias aterradoras. En el caso de Uribe, la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá descubrió su cuerpo envuelto en papel chicle y bolsas plásticas en el deprimido de Villanueva, ubicado en el corazón de Medellín. Por otro lado, Johnatan Garivaldo fue hallado junto a una quebrada en el corregimiento de San Cristóbal, en una situación que reflejó la creciente descomposición del orden social en la zona.

Estos hallazgos se suman a una creciente lista de cadáveres encontrados en diversas modalidades, que incluyen bolsas, sábanas, costales y maletas. Esta tendencia fue identificada como un método común utilizado por grupos delincuenciales que operan en la capital antioqueña, lo que llevó a las autoridades a intensificar sus esfuerzos para combatir este fenómeno.

Las cifras son alarmantes: hasta la fecha, en 2024 se reportaron 26 casos de cuerpos embolsados, lo que convierte a este año en el más crítico en comparación con los periodos de años anteriores.

Las víctimas, identificadas como Johnatan Garivaldo, de 33 años, y Daniel Uribe, de 29 años, fueron encontradas en circunstancias aterradoras - crédito Infiltrados.co

Así mismo, se reveló que la ciudad de Medellín registró un total de 13 casos de cuerpos hallados embolsados hasta la fecha actual. Bello, un municipio cercano, reportó seis casos, mientras que Girardota sumó cinco. Este panorama se comparó con cifras de años anteriores, destacando que, hasta septiembre de 2023, se habían contabilizado 21 casos, 24 en 2022, y 15 en 2021.

La creciente preocupación por estas cifras no solo refleja un problema de seguridad, también pone de relieve las estrategias brutales empleadas por grupos delincuenciales que operan en la región. Las autoridades señalaron que muchos de estos asesinatos están vinculados a disputas territoriales entre organizaciones criminales. Estas bandas utilizan el método de embolsado como una táctica para sembrar miedo y ajustar cuentas con rivales o incluso con miembros de la comunidad que se oponen a sus actividades delictivas.

Impacto social

El impacto social de la violencia y el hallazgo de cuerpos embolsados en Medellín y sus alrededores generó un clima de temor y desconfianza entre los ciudadanos. Esta situación no solo afecta la percepción de seguridad de la población, también deteriora la cohesión social. Los residentes de las comunas más afectadas viven en un estado constante de alerta, lo que limita su libertad de movimiento y su capacidad para participar en actividades cotidianas. La violencia se normalizó hasta tal punto que muchas personas sienten que su bienestar y su vida están en riesgo, lo que contribuye a un ambiente de desánimo y desesperanza.

El impacto social de la violencia y el hallazgo de cuerpos embolsados en Medellín y sus alrededores generó un clima de temor y desconfianza entre los ciudadanos - crédito Fernando Vergara/AP

La preocupación por la violencia también impactó la vida económica de Medellín y sus alrededores. Las zonas más golpeadas por el crimen enfrentan dificultades para atraer inversiones y fomentar el desarrollo económico. Comerciantes y emprendedores se ven obligados a cerrar sus negocios o limitar sus operaciones debido al temor de ser víctimas de la violencia. Además, el aumento de la violencia puede llevar a la migración de familias enteras en busca de lugares más seguros, lo que a su vez afecta el tejido social de la región y provoca una mayor inestabilidad.