Este es el pueblo colombiano donde están desgranando maiz desde septiembre para su festival en octubre

El municipio de Chipatá, ubicado en el departamento de Santander, es un lugar donde las tradiciones agrícolas y la cultura local se entrelazan para dar vida a uno de los festivales más esperados del año.

Cada octubre, los habitantes de este encantador pueblo celebran su Festival del Maíz, una festividad que resalta la importancia de este grano en la vida cotidiana y la cultura campesina.

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Una de las actividades más significativas que preceden a esta celebración es el desgranado del maíz, un trabajo comunitario y festivo que une a los pobladores en torno a la preparación para las fiestas.

El Festival del Maíz de Chipatá se celebra cada año en el mes de octubre y tiene sus raíces en la profunda tradición agrícola del municipio.

Durante décadas, el maíz ha sido un cultivo clave en la región, no solo como fuente de alimento, sino también como un símbolo de abundancia y unidad para las comunidades rurales. El festival se creó como una manera de rendir homenaje a este grano tan importante y, al mismo tiempo, preservar las costumbres y tradiciones que giran en torno a su cultivo y consumo.

El maíz, como uno de los cultivos más antiguos de la humanidad, tiene una especial relevancia en Santander, donde la vida rural sigue manteniendo muchas de las prácticas ancestrales de siembra y cosecha.

En Chipatá, el desgranado de maíz es una actividad tradicional que involucra a toda la comunidad en una labor tanto funcional como festiva, preparando los granos que se utilizarán en diversos platos típicos que se sirven durante el festival.

Una de las actividades clave en la preparación para el Festival del Maíz es el tradicional desgranado de maíz. Esta labor, que en muchos lugares del país ha sido reemplazada por maquinaria, en Chipatá conserva su carácter manual y comunitario.

Los habitantes del municipio se reúnen en grupos, generalmente en las fincas o casas familiares, para desgranar el maíz de manera artesanal, desprendiendo los granos de las mazorcas con las manos.

El desgranado no solo es un acto práctico, sino que tiene un profundo valor simbólico. Es un momento de unión entre vecinos, amigos y familiares, quienes participan activamente en la preparación de los alimentos que serán el corazón del festival. Entre risas, música y conversaciones, los habitantes desgranan el maíz que luego será utilizado para preparar los tradicionales tamales, arepas, mazamorra, chicha y otros manjares típicos de la región.

1. Celebración de las Tradiciones Culturales: El Festival del Maíz es una oportunidad única para presenciar y ser parte de las costumbres rurales de Santander. Durante las festividades, los visitantes pueden participar en actividades como el desgranado de maíz, una experiencia enriquecedora que permite conectarse con la esencia de la vida campesina.

Además, el festival incluye una serie de eventos culturales, como desfiles, danzas tradicionales y conciertos, lo que lo convierte en una celebración completa de la cultura local.

2. Gastronomía Típica a Base de Maíz: Uno de los mayores atractivos del festival es, sin duda, la gastronomía. Durante las festividades, los visitantes pueden disfrutar de una amplia variedad de platos típicos hechos a base de maíz. Desde las deliciosas arepas y tamales hasta bebidas tradicionales como la chicha, el festival es una auténtica fiesta para el paladar.

Todo lo que se sirve está elaborado con los granos que fueron desgranados manualmente por la comunidad, lo que le añade un valor especial a cada plato.

3. Actividades Agrícolas y Artesanales: El festival también destaca por ofrecer actividades agrícolas y artesanales relacionadas con el maíz. Los asistentes pueden aprender sobre las técnicas de cultivo, cosecha y procesamiento del maíz, así como participar en talleres donde se enseñan métodos tradicionales de desgranado y cocción.

Además, hay exposiciones de artesanías locales, muchas de las cuales utilizan el maíz como materia prima, ya sea en forma de adornos, cestas o esculturas.

Chipatá está ubicado a aproximadamente 160 kilómetros de Bucaramanga, la capital de Santander, lo que lo convierte en un destino accesible tanto para visitantes locales como para turistas que deseen disfrutar de una auténtica experiencia cultural.

La forma más sencilla de llegar es en carro particular, tomando la carretera que conecta Bucaramanga con el municipio, un trayecto que dura alrededor de 3 horas. También hay buses que salen regularmente desde la terminal de Bucaramanga y otras ciudades cercanas.

Para quienes deseen participar en el festival y las actividades previas, es recomendable planificar la visita con anticipación. El desgranado de maíz generalmente comienza a principios de octubre, y muchos de los eventos más importantes del festival se concentran en la última semana del mes.