Formándonos para la paz: este es programa con el que el Gobierno y la OIT buscan ayudar a casi 2.000 víctimas del conflicto armado en Colombia

Fue inaugurado en Valledupar (Cesar) el programa ‘Formándonos para la Paz Total 2024′, desarrollado por el Ministerio del Trabajo en conjunto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El Gobierno lo describe como un paso clave hacia la integración social y económica de las víctimas del conflicto armado en Colombia.

Esta iniciativa, que beneficia a 1.854 personas en 30 municipios de 23 departamentos, se convierte en una de las banderas del Gobierno Petro en relación con la construcción de paz.

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Este proyecto tiene como eje central la mejora de las oportunidades laborales y la formación de las víctimas del conflicto armado, facilitando su reintegración en la sociedad y el mercado laboral. Sus principales metas incluyen:

• Capacitación técnica y profesional para aumentar las competencias de los participantes y fortalecer su empleabilidad.
• Promoción de prácticas sostenibles y responsables, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, con el fin de generar un desarrollo económico que sea respetuoso con el entorno y socialmente equitativo.
• Fomento de la igualdad de oportunidades, garantizando que las víctimas tengan acceso a un futuro laboral más justo y equitativo.

Melva Díaz, funcionaria principal de alianzas y proyectos de la OIT en Colombia, subrayó el compromiso de esta organización con la construcción de un futuro inclusivo. “Este convenio con el Ministerio del Trabajo refleja nuestra dedicación a proporcionar formación avanzada y oportunidades laborales dignas para quienes más lo necesitan, especialmente las víctimas del conflicto armado en Colombia”, afirmó.

El programa fue presentado oficialmente en un evento celebrado en Valledupar, donde las emociones se desbordaron entre los asistentes en el Salón Juglares del Hotel Sonesta. El evento contó con la participación de Italo Cardona, director de la Oficina de la OIT para Países Andinos, y Magnolia Agudelo Velásquez, directora del Grupo Interno de Trabajo para las Víctimas y la Equidad Laboral con Enfoque de Género del Ministerio del Trabajo. Ambos destacaron el impacto positivo que el programa ya ha tenido en muchas regiones.

Italo Cardona resaltó cómo la iniciativa ha transformado las vidas de las víctimas, quienes han logrado desarrollar sus capacidades en zonas que, en algunos casos, han contado con poca o nula presencia estatal. “El fortalecimiento de habilidades para estas personas no solo mejora sus condiciones de vida, sino que también impulsa el desarrollo de sus familias y comunidades, fomentando el empleo y el trabajo decente en áreas que lo necesitan urgentemente”, añadió Cardona.

El programa ofrece apoyo a las víctimas del conflicto a través de herramientas para emprender y mejorar sus perspectivas laborales, cumpliendo así con el objetivo de crear una Colombia más inclusiva, equitativa y orientada hacia el desarrollo sostenible.

Durante la presentación del programa en Valledupar, los asistentes disfrutaron de una muestra cultural que incluyó a Los Niños Vallenatos del “Turco” Gil y la Escuela de Danzas Folclóricas de Carina Celedón, quienes contagiaron al público con su energía y destacaron el valor cultural del Departamento del Cesar. Este evento no solo sirvió para presentar los logros del programa, sino también para celebrar la riqueza cultural de la región.

El programa “Formándonos para la Paz Total” ha tenido un éxito significativo en diversas regiones del país. Entre los departamentos que han sido beneficiados se encuentran Antioquia, Arauca, Atlántico, Bolívar, Caquetá, Putumayo, Guaviare, Casanare, Cauca, Cesar, Córdoba, Sucre, Cundinamarca, Huila, Magdalena, La Guajira, Nariño, Norte de Santander, Risaralda, Santander, Tolima y Valle del Cauca. La expansión del programa a lo largo de estas zonas demuestra su capacidad de impacto y la posibilidad de llegar a más víctimas del conflicto en todo el territorio colombiano.

“Formándonos para la Paz Total” es un ejemplo claro de cómo la colaboración entre instituciones nacionales e internacionales puede contribuir a la creación de un futuro mejor para las personas más afectadas por el conflicto armado en Colombia. Al proporcionar formación y oportunidades laborales, el programa no solo ayuda a las víctimas a reconstruir sus vidas, sino que también fortalece el desarrollo económico y social del país.