Desde Nueva York (Estados Unidos), donde se encuentra cumpliendo compromisos internacionales, el presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, realizó una alarmante declaración sobre los incendios que están afectando gravemente la selva amazónica.
En un contexto marcado por la creciente preocupación global ante la crisis climática, Petro advirtió que la destrucción de la Amazonía podría significar el inicio de un irreversible desastre ambiental. Esta declaración se produjo después de que la Agencia EFE informara que los incendios en Brasil en lo que va del 2024 ya superan en magnitud a los registrados durante 2023.
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Según los datos proporcionados por la agencia citada, aproximadamente el 80% de los incendios en Brasil durante el 2024 ocurrieron entre agosto y septiembre. Asimismo, se informó que el 60% del territorio brasileño enfrenta la sequía más intensa en 50 años, lo que agrava la situación de vulnerabilidad en la región.
Ante estos hechos, el presidente Petro utilizó su cuenta en la red social X para resaltar la gravedad del escenario actual: “La selva amazónica se quema. Once millones de hectáreas de selva perdidas. Si se quema la selva, comienza el fin: el punto de no retorno de la crisis climática mundial”, expresó el mandatario en su mensaje.
En su publicación, Petro también hizo un llamado urgente a la comunidad internacional, instando a que los países se movilicen para combatir los incendios en la Amazonía y evitar que las consecuencias de esta devastación lleguen a ser irreversibles.
“Creo que todos los países del mundo deben apoyar la extinción del fuego para que no se extinga la vida planetaria”, enfatizó el presidente colombiano. Su mensaje busca despertar conciencia global sobre la importancia de proteger la Amazonía, un ecosistema vital para la regulación del clima mundial, conocido como el “pulmón del planeta”.
Es importante destacar que, según informó la fuente citada, durante este período de quema la combinación de falta de humedad, altas temperaturas y aumento de los vientos facilitó la aparición de aproximadamente 141.500 focos de incendio. Muchos de estos fueron provocados por el uso descontrolado del fuego por parte de terratenientes para preparar las tierras para la siembra.
Asimismo, señaló que, la sequía disminuyó drásticamente los caudales de varios ríos clave en la Amazonía, lo que dejó a comunidades rurales incomunicadas y dificultó el transporte de personas y mercancías, dado que en esta región el principal medio de desplazamiento es el transporte fluvial.
Crisis por bajos niveles del río Amazonas: Defensoría del Pueblo alerta
En medio de la creciente preocupación por la crisis climática en la Amazonía colombiana, la Defensoría del Pueblo emitió una alerta humanitaria ante la drástica reducción de los niveles del río Amazonas y sus afluentes. La entidad advirtió que la sequía prolongada, que afecta a la región desde mediados de agosto, está provocando una grave emergencia que podría tener implicaciones severas en la seguridad alimentaria, el acceso al agua y la salud de las comunidades ribereñas.
Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), los niveles del río Amazonas alcanzaron mínimos históricos debido a un período prolongado de sequía y al aumento de las temperaturas globales. Este fenómeno, agravado por la deforestación y otras actividades humanas, está afectando de manera significativa a las comunidades que dependen directamente de los recursos hídricos y la biodiversidad de la región para su subsistencia.
La Defensoría señaló la urgencia de adoptar medidas inmediatas que mitiguen las consecuencias humanitarias y ambientales de esta sequía.
“La entidad hace un llamado urgente a todos los organismos de carácter nacional, regional y local con responsabilidades en la gestión del riesgo de desastres, para que se implementen medidas de reducción del riesgo y atención de emergencias, así como actualizar los planes de gestión y estrategias ante los posibles impactos y vulneraciones de los derechos de las comunidades en el territorio nacional”, se lee el comunicado.
Cabe destacar que, la región amazónica, a pesar de su vasta extensión, cuenta con una baja densidad poblacional, concentrada mayoritariamente en las riberas de los ríos. Estas comunidades, históricamente vulnerables, se enfrentan ahora a una situación crítica debido al desabastecimiento de agua potable y la disminución de los recursos pesqueros, que constituyen su principal fuente de alimentación.
Además, el descenso de los niveles hídricos ha comenzado a afectar el transporte fluvial, el principal medio de movilidad en la región, lo que dificultó el acceso a servicios esenciales como atención médica, educación y suministros básicos. La situación también incrementó el riesgo de incendios forestales, que ya comenzaron a registrarse en algunas zonas afectadas por la sequía.
Las autoridades locales de Leticia y Puerto Nariño declararon la alerta amarilla y establecieron la calamidad pública en sus territorios. Estos municipios, ubicados en el corazón de la Amazonía, vieron cómo la falta de agua comenzó a impactar los cultivos de subsistencia, agravando la crisis alimentaria de la población local.