Al igual que Willie Colón en su éxito de 1982 Corazón guerrero, los paisas estarían sintiéndose como “extranjeros en su propia tierra”, sobre todo al visitar Provenza. Así lo habría sugerido el creador de contenido nacido en Medellín @im_juanda, tras su última visita al concurrido sector:
“Parce, la situación en Provenza se está saliendo de control, completamente. Imagínense que este jueves yo estuve acompañando a un amigo que estaba haciendo un evento en una discoteca para recaudar fondos para un proyecto de la universidad y me di cuenta de por qué no voy a Provenza, por qué no quiero ir y por qué ese lugar se está volviendo uno en el que nosotros, las personas de Medellín, cada vez somos menos bienvenidos”.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Empezando por los controles de seguridad de quienes, en nombre de la Alcaldía y sin estar vinculada a ella, se reservan el derecho de admisión y permanencia en espacio público:
“Lo primero que a mí me dejó súper impactado fue que un guarda de seguridad tenga la potestad de decidir si vos entrás o no entrás a Provenza. Es decir, depende de cómo estés vestido, depende de lo que él crea de vos y luego te dice si podés entrar o no podés entrar y es un tema que, sobre todo, está estigmatizando durísimo, durísimo a las mujeres. Que raye que una sola persona pueda decidir si vos podes o no ocupar el espacio público. Una cosa terrible porque, hasta donde yo sé, esa calle es para el público, la están utilizando los negocios, pero eso es espacio público”.
Pero eso no es todo, “otra cosa que me dejó súper rayado fue el tema de los precios. Oiga, eso allá está realmente descontrolado y siento que es otra forma de segregación. Es decirle a la gente de Medellín que, realmente, no se necesita y no es bienvenida allá porque el solo precio, de por sí, ya te está sacando. Vea, son cosas demasiado ilógicas. Una cerveza nacional, industrial, de aquí de Colombia, que en un supermercado sale entre 2.000 y 2.500 pesos, allá la venden entre 20.000 y 30.000 pesos, es una cosa sin sentido”.
Teniendo su propio negocio, dijo entender el que ajusten los precios para cubrir los gastos de estar en una de las zonas de mayor prestigio en la ciudad; sin embargo, los sobrecostos estarían dejando por fuera de la experiencia a quienes vieron nacer Provenza y ahora lo miran de lejos:
“Yo tengo negocio y yo sé que los costos y los gastos de los negocios son complejos y que allá, obviamente, todo debe ser más caro, pero tampoco. De verdad, hay una gran diferencia entre algo que se acaro, costoso, y la usura. Son dos cosas totalmente distintas y yo creo que allá ya se están pasando. Provenza es una cosa realmente sobrevalorada, que para nosotros (los paisas) es cada día más ajeno. Pero tenemos otros espacios en la ciudad que todavía son muy nuestros y debemos seguir conservándolos, seguir viviéndolos, así que los invito a que mantengamos lo nuestro”.
Jóvenes influencers habrían sido discriminados en Provenza: según guardia, un código de vestimenta fue implementado por la Alcaldía
En Provenza, sector de El Poblado, en Medellín, dos jóvenes fueron retirados de un parque por un vigilante debido a que, supuestamente, no cumplían con el “código de vestimenta” implementado por la Alcaldía de Medellín, según informaron a través de redes sociales. La situación fue grabada por uno de los afectados, quien, en tono de burla, expresó: “Nos están sacando de Provenza porque estamos muy destapados”, mientras grababa el momento en que el vigilante les pedía que abandonaran el lugar de manera pacífica.
El joven recordó que no era la primera vez que experimentaba una situación similar, mencionando que previamente también había sido expulsado de una discoteca por su atuendo. En este caso, el vigilante reiteró que no se trataba del hombre, sino de la falda de su acompañante. “Es que todos miran. Es ella, ella sabe que estamos hablando de ella”, señaló el miembro de seguridad, lo que provocó el enojo de los jóvenes.
El antioqueño no dudó en responder, afirmando que no tenía ningún problema con la vestimenta de su amiga y que era responsabilidad de los demás si la miraban. “Yo la veo muy tapada, que tú veas no es culpa de nosotros, que miren”, respondió al vigilante.
El trabajador de seguridad justificó su actuación señalando que solo cumplía órdenes: “Esas son órdenes de aquí, eso no lo podemos decir hasta que ustedes no pongan una queja o quieran hablar con la policía”. Además, dejó claro que la entrada al lugar no estaba permitida “a menos de que baje la falda o cambie la vestimenta”. Finalmente, los jóvenes decidieron marcharse.
Esta situación se produce en un contexto en el que la Alcaldía de Medellín ha anunciado una mayor presencia de autoridades y seguridad privada en algunos espacios públicos, tras críticas por la falta de control en zonas donde la prostitución ha tomado auge.