Grupo de amigos decidió preparar su propia hamburguesa en una cadena de restaurantes para luego compararla con la original

A falta de opciones decidieron freír sus alimentos en una sanducera

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A falta de opciones decidieron
A falta de opciones decidieron asar la carne en una sanduchera - crédito El Cristian Gonzalez

Con una cocina improvisada, el creador de contenido bogotano conocido en redes como El Cristian Gonzalez trató de competir contra una de las cadenas de comida rápida de mayores ventas en el mundo, preparando una hamburguesa casera, junto a su grupo de amigos, en una de las sedes del restaurante.

Armados con queso, tocineta, mantequilla, cebolla, lechuga, tomate, carne y pan se presentaron en el lugar y empezaron con el desafío, a riesgo de ser descubiertos.

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A pesar de ubicarse en el segundo piso del local, que aparentemente se encontraba totalmente desocupado, su mayor preocupación seguía siendo que les pidieran retirarse, pero, decididos a llevar adelante el experimento, se lavaron las manos y comenzaron a cocinar.

Sobre una de las bandejas que los clientes utilizan para transportar sus alimentos, colocaron la carne y le adicionaron sal y un huevo “para que no se desarmara al empezar a mezclar”. Y luego, ya con sus hamburguesas armadas, cortaron los vegetales en trozos.

junto a su grupo de amigos, tomó las precauciones necesarias para no ser descubierto antes de tiempo - crédito El Cristian Gonzalez

Ahora bien, sus opciones para cocinar la carne eran “bastante reducidas”, así que, en una muestra de ingenio y recursividad se decidieron por una sanduchera en la que también caramelizaron la cebolla y frieron huevo y tocineta.

El humo y el sonido los llevó a pensar que serían descubiertos, pero, por suerte, el personal del establecimiento no llegó a aparecerse en el segundo piso durante su espacio para cocinar. Aunque, para evitar llamar la atención, decidieron esconder el electrodoméstico bajo la mesa.

Las armaron, cada una con dos carnes, y “contra todo pronóstico” lo lograron e, incluso, dejaron limpia su mesa que, durante al menos cuarenta minutos, se transformó en cocina.

Ya con su platillo terminado, decidieron comprar la hamburguesa insignia del lugar al que habían ingresado y compararlas, para ver si realmente habían realizado una excelente preparación.

De entrada, se encontraron con una hamburguesa mucho más pequeña que la suya, aunque en sabor algo más definida. Sin embargo, su valoración fue que, “en definitiva, nuestra hamburguesa sí fue superior, pero levemente. Ganamos por un poco, no fue tan buena”.

El Cristian González realiza experimento social en Bogotá sobre la discriminación contra habitantes de calle

El creador de contenido bogotano Cristian González llevó a cabo un experimento social en el norte de Bogotá para evidenciar cómo los habitantes de calle son tratados en diferentes establecimientos comerciales. Con el propósito de entender las barreras que enfrentan estas personas a diario, González se maquilló y vistió como un habitante de calle, acompañado en algunas ocasiones por personas reales en esta situación.

El primer intento del experimento fue en una tienda Carulla, a la que ingresó junto a Jaime Julio de Ávila, un habitante de calle. Aunque temía ser rechazado, González afirmó: “Tenemos plata, no nos pueden negar la entrada”. En este caso, lograron realizar compras sin ser interrumpidos.

Solo una persona se mostró agresiva en su experimento por Bogotá - crédito El cristian gonzalez / Facebook

Posteriormente, intentó pasar la tarde en una cafetería Starbucks junto a un reciclador llamado Policarpo, quien lo acompañó con su perro. Aunque inicialmente el guardia del lugar intentó impedir su ingreso debido a la presencia del animal, finalmente les permitieron entrar. Según González, la experiencia fue positiva, y Policarpo comentó que se sintió “muy bien, no nos dijeron nada y el sitio era muy elegante”.

De los tres lugares que
De los tres lugares que visitó en personaje, solo fue retirado de uno - crédito El cristian gonzalez / Facebook

No obstante, la situación fue distinta en el Centro Comercial Andino, donde González fue retirado a pesar de insistir en que tenía dinero para realizar compras. Un miembro de seguridad le advirtió que llamaría a la policía si no se retiraba. A pesar de esto, uno de los guardias se ofreció a comprar lo que González necesitaba una vez fuera del centro comercial. “Al principio fueron amables, pero luego uno de los celadores me dijo que iba a sacarme a las malas”, explicó.

Este experimento evidencia la discriminación que sufren los habitantes de calle en Bogotá, incluso cuando tienen la capacidad económica para realizar compras en establecimientos “de lujo”.

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