Un hecho de intolerancia se presentó en Bucaramanga, donde la Policía de Tránsito inmovilizó un carro porque su conductor estaba en estado de alicoramiento, pero se negó a bajarse de su vehículo para que fuera trasladado a los patios de la entidad.
De acuerdo con las unidades de la Dirección de Tránsito Municipal, el suceso se registró en un puesto de control situado en el área de la iglesia y el parque San Pío, donde se solicitó a un ciudadano la prueba de alcoholemia.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Según con el video compartido por las autoridades, el hecho se presentó en la madrugada del domingo 22 de septiembre, en el momento que el conductor se negó a realizar el procedimiento y las autoridades procedieron a la inmovilización del vehículo. “El ciudadano fue requerido por nuestros agentes de Tránsito y al evidenciar su estado se lo solicitó practicarse la prueba de alcoholemia, pero inmediatamente se negó a hacérsela”, contó Carlos Bueno, director de Tránsito de Bucaramanga.
El suceso quedó captado por cámaras, donde se evidenció que el hombre ingresó y se subió al vehículo pesado donde estaba su automóvil e intentó bajarlo. Pero los agentes de la Policía Metropolitana lo intentan bajar y el conductor les gritó: “¡No me bajo! ¡No use la autoridad! ¡Es mi carro!” Situación que llamó la atención de varias personas que iban pasando por el sector.
La reacción de dos uniformados fue sacar al sujeto de allí ante su estado de alicoramiento, pero se negaba totalmente a esta acción. De esta manera fue como los agentes bajaron al conductor a la fuerza.
Así como lo relató el director de Tránsito Bucaramanga: “Bueno, acá tenemos a esta persona que en uno de los controles de alcoholemia se resistía a hacerse la prueba, encontrándose en aparente estado de embriaguez. Se le aplicó la infracción, por tanto, el vehículo le fue inmovilizado; la persona se subió al vehículo ya montado en la grúa, queriendo evitar que se hiciera el procedimiento completo, por tanto, se pidió apoyo a la policía, y aun así también se resistió”.
De esta manera, Carlos Bueno contó que “gracias el apoyo de la Policía se logró hacer el debido proceso. Por eso, en este momento, el llamado que hacemos en general es que no conduzcamos si nos encontramos bajos los efectos del alcohol, que causan este tipo de situaciones en los cuales se necesita de la atención de la fuerza pública, para hacer cumplir las leyes y las normas de tránsito”, concluyó.
¿Qué dice la Ley?
El Código Nacional de Tránsito y las leyes vigentes establecen sanciones severas para los conductores que manejen en estado de alicoramiento. La Ley 1696 de 2013, conocida como la Ley de Embriaguez, es la normativa principal que se encarga de regular y sancionar este comportamiento.
Las sanciones se clasifican en diferentes grados de alcoholemia:
- Primer grado de alcoholemia (20-39 mg de etanol/100 ml de sangre): Multa de 45 salarios mínimos diarios legales vigentes (SMDLV). Suspensión de la licencia de conducción por 1 a 3 años. Obligación de asistir a un curso de sensibilización y prevención.
- Segundo grado de alcoholemia (40-99 mg de etanol/100 ml de sangre): Multa de 90 SMDLV. Suspensión de la licencia de conducción de 3 a 5 años. Asistencia a un curso de sensibilización y prevención.
- Tercer grado de alcoholemia (más de 100 mg de etanol/100 ml de sangre): Multa de 180 SMDLV. Suspensión de la licencia de conducción de 5 a 10 años. Asistencia a un curso de sensibilización y prevención.
Adicionalmente, si el conductor reincide en la conducta, las sanciones pueden incluir:
- Cancelación de la licencia de conducción.
- Cárcel de 2 a 6 años si se causan lesiones o muerte.
Las autoridades de tránsito cuentan con la facultad de realizar pruebas de alcoholemia y aplicar las sanciones correspondientes de acuerdo con los resultados obtenidos.