Así es la vida de una familia colombiana con su mascota chigüiro: “Ve, que perro tan raro”

Lo dejan dormir en su cama y lo alimentan con biberón, como si de un bebé se tratara

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Conocidos como capibaras, suelen ser animales muy sociables y mansos - crédito Sergio D Photos / Facebook
Conocidos como capibaras, suelen ser animales muy sociables y mansos - crédito Sergio D Photos / Facebook

Indeciso entre la idea de adoptar un perro o un gato, el creador de contenido y fotógrafo Sergio D Photos se decidió por un capibara o chigüiro que, desde hace unos meses, acompaña a su familia en el municipio de Saravena, Arauca.

Así quedó registrado en una serie de videos cortos que decidió compartir a través de las redes sociales, con los que presentó a sus seguidores el Hydrochoridae, al que bautizó como Pepe, al comprometerse a cuidarlo.

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En ellos se ve como duerme en su cama, disfruta de snacks en un rincón de la casa y es alimentado, con biberón, como si de un bebé se tratara.

Su familia lo adoptó hace unos mese, cuando apenas era un bebé - crédito Sergio D Photos / Facebook

La recopilación de videos, acompañados por el audio viral: “A mí me molesta la gente que piensa que porque yo vivo en un pueblo, entonces yo vivo en mero monte, que no hay desarrollo... ve, que perro tan raro”, no tardó en viralizarse.

Y, aunque no todos se mostraron de acuerdo en que decidiera adoptaran animal silvestre, otros tanto se mostraron agradecidos, entendiendo que no conocen las condiciones en las que fue adoptado y encontró un segundo hogar:

“Yo tengo una. La crie desde pequeña y pudo decir que es el animal más cariñoso que he tenido”, “Recordemos que son animales sociales y, por tanto, necesitan mínimo de la compañía de otro chigüiro”, “Hermoso. Prefiero mil veces verlos así y no muriendo por cuenta de las sequías devastadoras”, “Le conseguí pareja al que tenía y, para cuando me di cuenta, ya había más de 40 animalitos”, “El que no sepa de perros, que no opine. Está lindo”.

Mientras tanto, en Bogotá, otra creadora de contenido se propuso adoptar un pato:

“Fito, el pato de la familia Niño, sigue una rutina de baño tanto por la mañana como por la noche”, explicó la creadora de contenido Sofía Niño, según relató mientras compartía cómo es la vida con su inusual mascota en Bogotá. Para satisfacer las necesidades de su pato, “se mete a la tina y nada por media hora en cada ocasión, aunque si lo dejas solo, empieza a piar sin parar hasta que regresas”.

Desde su llegada, Fito ha logrado adaptarse al entorno familiar. “Cuando lo trajimos, estábamos preocupados por cómo lo recibirían nuestras otras dos mascotas, una gata y una perrita”, recordó Sofía. Aunque pensaron que lo atacarían, “resultaron ser amigos”. La perrita, incluso, lo cuida, lo persigue y le da pequeños mordiscos en juego, mientras él responde con picotazos.

En un par de semanas ha desarrollado cierto lazo con su familia que lo ha llevado a disfrutar de la compañía en todo momento - crédito @sofianino123 / TikTok

La familia adquirió al pato tras ver un video en TikTok de uno con un sombrero verde. Motivados por la idea, buscaron un criadero en Fusagasugá, donde pudieron comprarlo. Antes de su llegada, se prepararon pensando en los cuidados que necesitaría. “Esa misma noche, nos sentamos a escoger nombres para el pato, porque iba a ser un niño”, señaló la creadora.

A pesar de lo inusual que puede ser tener un pato como mascota, Sofía enfatiza la responsabilidad que conlleva. “Si decides tener una mascota, debes cuidarla. No es común que la gente mantenga a sus patos cuando crecen; normalmente los regalan o los llevan a una finca. Pero en nuestro caso, él se quedará, viven de 10 a 12 años”.

Fito ha  crecido un poco cada día desde que llegó a Bogotá - crédito @sofianino123 / TikTok
Fito ha crecido un poco cada día desde que llegó a Bogotá - crédito @sofianino123 / TikTok

Además de su carácter afectuoso y su interacción con la familia, Fito ha tenido un crecimiento notable. “Llegó muy chiquito, pero ha crecido mucho”, comentó Sofía. Al principio, el constante “pii, pii, pii” de Fito fue un desafío, pero pronto se acostumbraron. Aunque su comportamiento es encantador, la convivencia tiene retos. Sofía explicó que “no controlan sus esfínteres, por lo que es común que haga popó mientras está con nosotros”.

En resumen, la familia Niño se ha adaptado al peculiar miembro, disfrutando de la compañía y los momentos únicos que trae a sus vidas.

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