Fabiola Emilia Posada Pinedo, conocida en la televisión colombiana como la ‘Gorda Fabiola’, falleció en la mañana del jueves 19 de septiembre, un día después de su cumpleaños, a sus 61 años. La humorista samaria había estado internada durante varios días en una clínica en Bogotá.
A lo largo de su vida, Posada enfrentó múltiples problemas de salud, especialmente relacionados con la diabetes. En noviembre de 2014, sufrió cuatro infartos que la llevaron a una cirugía de corazón abierto. Desde entonces, se comprometió a mejorar su estilo de vida, incluyendo una cirugía bariátrica. En una entrevista con Red+Noticias, relató cómo estos eventos marcaron un momento importante en su vida.
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Durante su carrera, Fabiola compartió su experiencia cercana a la muerte en varias ocasiones. En una de estas, mientras grababa una escena para su película Se nos armó la gorda junto a su esposo, el también humorista Nelson ‘Polilla’ Polanía, sintió un dolor intenso en el pecho. A pesar de sus sospechas sobre un problema cardíaco, no buscó ayuda médica inmediata. Más tarde, en un bazar, volvió a experimentar el mismo dolor, lo que la llevó a buscar atención médica urgente.
“Mientras grababa una película Se nos armó la gorda, tuve unos infartos y me tuvieron que someter a una cirugía de corazón abierto. Ahí comenzó la carrera del cambio y del vuelco a mi vida de 180 grados (...) se repitió en un bazar donde yo estaba con mis nietos... Subí al escenario y comenzó otra vez esto (el dolor en pecho), me bajé y le dije a mi hija ‘llévame a la casa’; le pedí a mi hermana que me pidiera una cita con un médico”, expresó en diálogo con el medio citado.
En una visita al médico, se descubrió que la ‘Gorda Fabiola’ estaba sufriendo un infarto, lo que resultó en su traslado inmediato a una unidad de cuidados intensivos (UCI). Durante su estancia en la UCI, pidió que “sus muertos” la acompañaran, refiriéndose a sus familiares fallecidos, buscando fuerzas para superar su estado crítico. Tras la cirugía, relató haber tenido una experiencia espiritual, escuchando la voz de su madre fallecida y viendo luces brillantes en su habitación.
En otra ocasión, una mujer de un pequeño pueblo de Cundinamarca le advirtió sobre problemas digestivos futuros, mensaje que Fabiola no compartió con sus médicos. Poco después, sufrió una úlcera que la llevó nuevamente a la UCI, donde permaneció en coma durante 25 días. Durante este coma, Fabiola describió haber visitado un lugar que identificó como el infierno, donde fue juzgada por sus acciones pasadas: “Puedo decirle a todo el mundo que existe el cielo y el infierno y que no son cosas de un libro sagrado y ahora sé a dónde se va el alma”.
“Cuando estuve en coma, me vi en un sitio que parecía una caverna y con una iluminación que parecía de antorchas como de fuego. Había gente mala y otras lloraban y se lamentaban, además pedían auxilio, ayuda y perdón. De pronto me vi ahí y un hombre con un rostro muy horrible que me metió en una jaula que parecía una burbuja. Él comenzaba a darme látigos mientras la jaula giraba”, contó en su momento.
Al despertar del coma, la samaria relató haber visto a seres que identificó como arcángeles, quienes le aseguraron que todo estaría bien. Esta experiencia la describió como un milagro, ya que los médicos no podían explicar su recuperación: “Los médicos me sacaron de ese inframundo (...) detrás de ellos (los galenos) comencé a ver una cosa hermosa... era una luz que brillaba, un resplandor muy lindo, pero yo no podía ver muy bien. Cuando traté de enfocar mi mirada, vi a un ser muy lindo y hoy en día sé que son arcángeles que me dijeron ‘todo va a estar bien’. Al otro lado de mi camilla entraba una brisa hermosa, en paz, sublime y me dijo: ‘vas a estar sana’ ...y se fueron”.
La gorda Fabiola, en su conversación con el programa Testimonios de vida de Red+, indicó que contó su testimonio no para que sus seguidores se volvieran creyentes, simplemente fue experiencia que vivió: “No es para entrar en polémicas, no es para decirle a la gente: ‘si no me crees o no’, discusiones de nada. Es un relato de un testimonio en que la gente le va quedar a su potestad si creen o no creen (...) Hoy día es un alimento y un elixir para compartir quizá con muchas personas que necesitan en algún momento un mensaje que les llegue al alma y lo sacuda y lo saque del dolor o de la oscuridad o simplemente que los abrace con mi canto, mi cariño, mi amor, creo que hoy día mi misión es amar y proteger”.