La propuesta, que se conoció el miércoles 18 de septiembre de 2024, sobre la intención de que se construyan nuevas instalaciones del Congreso de la República, causó opiniones encontradas entre los presidentes del Senado, Efraín Cepeda Sarabia, y la Cámara de Representantes, Jaime Raúl Salamanca. Mientras este último salió en defensa de la iniciativa, ante las condiciones precarias, a su juicio, del Legislativo, Cepeda fue enfático en rechazar cualquier idea que vaya en ese sentido.
Cepeda, que ha ido marcando las pautas de su administración al frente del Legislativo, en una designación que lleva por segunda vez en su trayectoria política, dejó en claro que existen otras prioridades que deben ser atendidas por el Estado. De esta manera, se “bajó del bus” y rechazó la intención, que ha sido promovida por el representante José Eliécer Salazar, del Partido de la U, con el fin de que se adicione un presupuesto de $135.000 millones.
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De este monto, $120.000 millones serían destinados para la ampliación y fortalecimiento de los espacios físicos, mientras que $15.000 millones adicionales tendrían como fin el mejoramiento de las condiciones de seguridad y protección de quienes prestan sus servicios en estas dependencias.
“El país no está para nuevos e inoficiosos gastos. Por semanas he venido explicando las razones para reducir el monto del presupuesto en por lo menos 12 billones de pesos, por lo que no tiene sentido sumar un nuevo gasto de $150.000 millones para la construcción de un nuevo edificio en el Congreso” afirmó Cepeda, con lo que prácticamente le cerró la puerta a la opción, al considerar que no es el momento adecuado, justo cuando se discute la viabilidad de una reforma tributaria.
Asimismo, el presidente del Congreso enfatizó que la propuesta no ha sido socializada con su despacho y que no se puede continuar cargando a los colombianos con más impuestos para satisfacer, lo que calificó como “caprichos” de algunos legisladores. “Quienes promueven esa idea deben tomar conciencia de cortar el gasto, a los ciudadanos no se les puede pedir más impuestos para financiar este tipo de peticiones”, agregó el titular de la corporación al ser consultado sobre el tema.
Presidente de la Cámara sí apoya la idea
Por su parte, Salamanca ha defendido la proposición, al argumentar que es necesaria para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores del Congreso: en el que se registran, según señaló, serios problemas de hacinamiento, con funcionarios y miembros de las Unidades de Trabajo Legislativo (UTL) que trabajan en los corredores o que, debido a la falta de espacios, deben hacerlo desde sus casas. “Se requieren espacios dignos y seguros en materia laboral”, precisó.
Pese al respaldo del titular de la cámara baja, que es afín al Gobierno del presidente de la República, Gustavo Petro, esta propuesta ha causado una fuerte controversia y oposición dentro del mismo Congreso. En especial, entre quienes considerarían sobre la inconveniencia de un gasto tan elevado en un momento en que el país requiere que se fomenten diferentes sectores económicos, ajenos a la renovación de la infraestructura del Poder Legislativo, y más atados a la gente.
“Es cierto que en el Congreso hay unas oficinas mejores que otras. Es cierto que hay asesores que trabajan más cómodos que otros. Pero de ahí a decir que hay quienes trabajan en condiciones inhumanas, y que las oficinas son inhumanas, me parece excesivo y ridículo. Máxime, cuando las oficinas del Congreso acaban de ser remodeladas. Acá se acaban de gastar miles y miles de millones, remodelando, comprando mobiliario, cambiando tomacorrientes y luces”, dijo la representante Catherine Juvinao, del Partido Alianza Verde.