En los últimos meses, un fenómeno migratorio ha cobrado fuerza en Barranquilla, donde el tradicional ‘sueño americano’ ha sido reemplazado por el anhelo de encontrar una mejor vida en Polonia.
Este cambio en la percepción de las oportunidades laborales y educativas en el extranjero ha llevado a un aumento notable en el número de colombianos que deciden emigrar a este país europeo.
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Según Migración Colombia, entre enero y agosto de 2024, 3.712 colombianos salieron hacia Polonia, una cifra que supera la del año anterior en más de mil personas.
La migración a Polonia ha sido impulsada por diversas razones. Muchos barranquilleros se marchan siguiendo el ejemplo de amigos o familiares que ya se han establecido en el país. Otros, atraídos por las experiencias compartidas en redes sociales, sienten la necesidad de buscar una vida mejor.
De acuerdo con El Tiempo, la mayoría de los jóvenes optan por agencias que prometen garantías de estadía, estudio y trabajo, aunque estos servicios a menudo no cumplen con lo prometido.
José Manuel Martínez, un ingeniero mecatrónico de 39 años, es un claro ejemplo de esta nueva tendencia. Después de dejar Barranquilla y aterrizar en Swindica el 25 de julio, comparte su experiencia de búsqueda de oportunidades. Aunque llegó con grandes expectativas, también se enfrenta a la dura realidad del mercado laboral polaco.
A pesar de su formación y experiencia, Martínez tuvo que esperar dos semanas antes de recibir una oferta laboral. Aunque logró encontrar trabajo, describe su situación como enriquecedora culturalmente, pero no necesariamente favorable en términos económicos. “No he sentido ningún cambio significativo en mi poder adquisitivo”, confiesa.
Aunque la situación de otros colombianos que ha conocido no es tan alentadora. Muchos han llegado a Polonia con promesas de trabajo que no se han cumplido.
Estos migrantes han sido víctimas de reclutadores que, en muchos casos, cobran tarifas exorbitantes en Colombia, solo para descubrir que los costos de los trámites son mucho más bajos en Polonia. Esta práctica ha llevado a una gran cantidad de personas a sentirse desilusionadas y arrepentidas de su decisión de emigrar
Mal comportamiento de algunos colombianos tienen alarmados a los ciudadanos locales
El domingo 8 de septiembre de 2024, en Śrem (Polonia), se conoció la violenta riña, supuestamente, entre cuatro colombianos, un argentino y al menos tres jóvenes polacos, en la que los suramericanos habrían golpeado hasta la muerte a uno de los locales. Esto, luego de que uno de los polacos les reclamara por insultar a su pareja.
Esta situación desencadenó la furia de grupos extremistas identificados como “neonazis”, que se están organizando, principalmente a través de redes sociales como Facebook, para ubicar, perseguir e identificar a los colombianos para intimidarlos y que decidan regresar a su país de origen.
Recomendaciones para futuros migrantes
A la luz de sus experiencias, Martínez aconseja a los colombianos que piensan en emigrar a Polonia ser cautelosos y bien informados. “Me atrevería a decir que el 80 por ciento de las personas vienen con una perspectiva diferente a lo que se encuentran”, señala. Recomienda tener un plan claro y suficientes ahorros para afrontar al menos tres meses sin recibir salario. “Es importante estar preparados para vivir en una cultura diferente y lidiar con personas de diversas nacionalidades y costumbres”, enfatiza.
Martínez también subraya que, debido al conflicto en Ucrania, los ucranianos tienen acceso a más beneficios que los migrantes de otras nacionalidades, lo que agrava aún más la situación para los colombianos y otros extranjeros.
La migración de colombianos a Polonia es un fenómeno que refleja tanto la búsqueda de nuevas oportunidades como los desafíos que conlleva el cambio. Aunque hay historias de éxito, también hay muchas más que ilustran la realidad dura y a veces desalentadora de la vida en un nuevo país.
Para quienes deseen seguir este camino, la clave radica en estar bien informados y preparados para enfrentar las complejidades de un mercado laboral competitivo y un entorno cultural desconocido.