Tras ataque terrorista a batallón en Arauca, Ingrid Betancourt le envió fuerte mensaje al presidente Petro: “Desátele las manos a las Fuerzas Militares”

El martes 17 de septiembre un ataque terrorista sacudió Arauca, cuando la base militar en Puerto Jordán fue blanco de una volqueta cargada con explosivos.

El trágico suceso dejó dos soldados profesionales fallecidos y otros 27 heridos, según informaron las autoridades.

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Ingrid Betancourt, líder del partido Verde Oxígeno, condenó el acto a través de sus redes sociales, haciendo un llamado urgente a la justicia.

Betancourt expresó su dolor, exigió una acción contundente por parte del Gobierno e insistió en la necesidad de una paz basada en la justicia.

“¿Qué más tiene que ocurrir para que comprendan que la paz debe basarse en la justicia? La guerra duele, pero la indolencia del Gobierno pega aún más fuerte”, afirmó en su declaración pública.

Además, Betancourt se refirió a las palabras del subintendente Jhon Frank Pinchao, un símbolo de resistencia tras haber sido secuestrado por las Farc.

Pinchao, a través de un video compartido en la cuenta de X de Verde Oxígeno, instó al presidente Petro a permitir que las fuerzas militares puedan defenderse y proteger a la población, destacando la solidaridad con los soldados y las víctimas del atentado en Arauca.

“Mientras lloramos a nuestros héroes de la patria, Bayron Correa y Julián Patiño, nos preguntamos: ¿qué más tiene que ocurrir para que el Gobierno comprenda que la paz debe basarse en la justicia? La guerra duele, pero la indolencia del gobierno pega aún más fuerte”, decía el mensaje que acompañaba el metraje.

El Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha sido identificado como el presunto responsable del ataque. Este grupo armado, con una larga historia de actividades insurgentes en Colombia, ha vuelto a poner en el centro del debate la fragilidad de la seguridad y la imperiosa necesidad de soluciones pacíficas.

Los recientes eventos en Arauca han puesto de manifiesto las continuas amenazas a la seguridad y la estabilidad en varias regiones del país. La población local sufre las consecuencias de una guerra que parece no tener fin. Es crucial, bajo la perspectiva de Betancourt, que el Gobierno y las autoridades competentes respondan de manera efectiva para proteger a los ciudadanos y restablecer el orden.

El reciente atentado en Puerto Jordán, Arauca dejó dos muertos y más de 20 heridos, incluyendo a cuatro oficiales. Este acto violento se perpetró en Arauca un área históricamente afectada por el conflicto armado entre diferentes grupos en vista de que quieren obtener el control de las rutas del tráfico de estupefacientes. Según la información disponible, los atacantes utilizaron explosivos improvisados tipo tatucos para realizar el ataque.

El Ejército Nacional de Colombia condenó enérgicamente este incidente, calificándolo como una clara violación a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario. Paralelamente, el presidente Gustavo Petro expresó que este acto violento tenía un impacto significativo sobre el proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), insinuando que el diálogo con el grupo rebelde podría verse seriamente comprometido.

Tras el ataque, 18 de los soldados heridos fueron trasladados al Hospital Militar en Bogotá para recibir atención médica especializada debido a la gravedad de sus lesiones. Las autoridades locales han intensificado las operaciones en Arauca en un esfuerzo por mantener la ofensiva contra los grupos armados, intentando devolver la tranquilidad a la población local.

Imágenes difundidas en redes sociales muestran los daños causados por el atentado, incluyendo parte del techo de la base militar colapsado y vidrios rotos. Este ataque no solo resalta la volatilidad de la región sino también la constante necesidad de buscar soluciones pacíficas y justas en el país.

Las operaciones para reforzar la seguridad continúan mientras las autoridades intentan desmantelar las estructuras del grupo insurgente responsable del ataque. La lucha por la estabilidad en la región se ve una vez más en el centro de la atención pública nacional e internacional, subrayando los desafíos que enfrenta Colombia en su camino hacia la paz.