Durante el 16.º Congreso Anual de Energía de Acogen 2024, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, presentó una propuesta significativa para el sector energético colombiano, orientada a impulsar una transición hacia energías limpias. Su intervención en este evento, que reúne a importantes actores del sector energético nacional e internacional, abordó los retos de la transición energética y la necesidad de reestructurar la política energética del país en torno a las fuentes renovables y fósiles.
Uno de los puntos clave del discurso de Petro fue su llamado a reformar la fórmula de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg). El presidente sugirió que dicha reforma se realice de manera consensuada entre el Gobierno y el sector privado, estableciendo dos grupos de precios diferenciados: uno para las energías limpias y otro para los combustibles fósiles.
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Según Petro, esta distinción es esencial para avanzar en la transformación del modelo energético colombiano, ya que no solo busca incentivar el desarrollo de energías renovables, sino reducir la dependencia de fuentes contaminantes como el carbón y el petróleo.
La urgencia de la transición energética
Durante su discurso, el presidente Petro enfatizó la crisis climática y energética global, al destacar la necesidad de que los Estados latinoamericanos prioricen la inversión en energías limpias como una respuesta a la actual crisis energética. Según el mandatario, “el mundo sigue insistiendo en una guerra por los combustibles fósiles”, cuando en realidad existe una necesidad urgente de avanzar hacia las energías renovables.
Para el jefe de Estado, los mayores emisores de CO₂ a nivel mundial —Estados Unidos y China— requieren de 1.000 gigavatios (GW) de energía anualmente para suplir su demanda energética, lo que destaca la urgencia de cambiar hacia fuentes más sostenibles.
En ese contexto, Petro resaltó que América Latina tiene un potencial significativo para producir hasta 1.500 GW de energía limpia al año, lo que podría convertir a la región en un actor clave en la descarbonización del continente americano. El mandatario propuso que, con una adecuada planificación e inversión, se podrían aprovechar recursos renovables como la energía solar, hidráulica, eólica, entre otros.
No obstante, señaló que la falta de inversión es el principal obstáculo para concretar este potencial, y mencionó los diálogos que su gobierno ha mantenido con Estados miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) para promover un proyecto de inversión en energías limpias con el apoyo de China y Europa.
Durante su intervención, Petro aprovechó para evaluar las políticas energéticas del gobierno anterior —una constante en su administración, donde resalta los aspectos negativos heredados del mandato de Iván Duque—. Según el presidente, la inversión destinada a proyectos de energías renovables pudo ser significativamente mayor, lo que habría permitido una transición energética más rápida en el país.
A pesar de ello, Petro resaltó que su administración logró avances importantes en el impulso de energías limpias, al destacar fuentes como el gas, el agua y la energía solar, que superaron así la dependencia de combustibles fósiles que marcó a las gestiones anteriores.
Además de este enfoque en la inversión en energías renovables, el presidente defendió su derecho constitucional para reformar instituciones clave del sector energético, como la Creg. Petro argumentó que la Constitución le otorga al presidente la facultad de supervisar y regular cualquier institución pública, y que en el caso de la comisión, era necesario nombrar personal competente que pueda llevar adelante la reforma energética que el país necesita. Este punto fue clave en su intervención, ya que el mandatario busca asegurar que la regulación energética esté alineada con las metas de sostenibilidad de su gobierno.