En medio de un clima de fuertes críticas y debates, el presidente de la Cámara de Representantes, Jaime Raúl Salamanca, se vio en el centro de la controversia tras la presentación de una propuesta para destinar $135.000 millones de pesos al presupuesto del Congreso de la República.
El objetivo de esta partida, propuesta inicialmente por el representante José Eliécer Salazar, del Partido de la U, se divide en dos rubros principales: $15.000 millones para mejorar las condiciones de seguridad de los funcionarios de la Cámara, y $120.000 millones para la “ampliación y fortalecimiento de espacios físicos”, lo que suscitó una intensa discusión pública y política.
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Lo que provocó una mayor controversia fue la intención de construir un nuevo edificio para la Cámara de Representantes. En respuesta a las críticas, el presidente de la Cámara publicó un video en sus redes sociales, mostrando las condiciones de trabajo de algunos congresistas y sus Unidades de Trabajo Legislativo (UTL), en oficinas que calificó como “pequeñas” y “precarias”.
En el video, Salamanca recorre una oficina de aproximadamente 18 metros cuadrados, en la que afirma trabajan varios asesores en condiciones inadecuadas, turnándose entre sofás y escritorios. “Hay Comisiones legales que no tienen dónde sesionar. Los invito a conocer la realidad de las cosas”, comentó en su publicación, refiriéndose a las limitaciones físicas que enfrentan tanto los congresistas como sus equipos.
El congresista señaló en el clip que: “Esta es una oficina que no tiene más de 3X6 metros. Este congresista tiene siete asesores que apenas caben aquí. Los demás deben turnarse en los sofás de afuera”.
“Los periodistas, cuando vienen al Congreso a cubrir, tienen que estar de pie porque no hay donde puedan tener condiciones dignas para realizar su labor. Por eso creo que, si esta proposición llega a aprobarse, es una buena iniciativa. La defiendo, no porque crea que los congresistas viven bien o tienen las mejores condiciones, sino porque los trabajadores del Congreso no cuentan con condiciones dignas para laborar”, agregó el representante a la Cámara.
La defensa de Salamanca se centra en la precariedad del espacio físico disponible en el Congreso, alegando que las actuales condiciones no son dignas para el personal que trabaja allí que, según él, muchas veces se ven obligados a trabajar en los pasillos debido a la falta de espacios adecuados.
Momento inoportuno para la ampliación
A pesar de su defensa, las críticas no se hicieron esperar. La congresista Katherine Miranda fue una de las voces más destacadas en oponerse a la propuesta, que señaló que no es el momento adecuado para considerar la ampliación del edificio del Congreso, dadas las actuales circunstancias fiscales del país.
“Presidente, no podemos ser irresponsables con el país. ¿Cómo es posible que, en medio del déficit fiscal y la necesaria austeridad, usted proponga un edificio nuevo para la Cámara por 120 mil millones de pesos?”, expresó Miranda, que resaltó la necesidad de prudencia económica en el contexto de la actual reforma tributaria.
Pero, Salamanca insistió en que la iniciativa no es de su autoría, pero la apoya debido a las condiciones laborales del personal del Congreso, como respuesta a la congresista del partido Alianza Verde, su mismo colectivo: “No es mi propuesta, pero la apoyo. Todos los congresistas no tienen la superoficina que tienen algunos. Para mí, las condiciones de las y los trabajadores del Congreso son importantes”, explicó, reiterando su preocupación por la falta de espacios adecuados para los equipos de trabajo. “Me duele verlos trabajando en pasillos y escaleras”.
Este tipo de afirmaciones, sin embargo, intensificó las críticas, especialmente por parte de quienes consideran que los recursos públicos deben ser destinados a atender otras necesidades más urgentes del país, en lugar de la ampliación de las instalaciones del Congreso. Incluso algunos sectores han cuestionado la transparencia en la gestión de los recursos para este tipo de obras, y pidieron que se justifique detalladamente la necesidad de una inversión tan significativa en infraestructura.