Los pasajeros del vuelo AV8586, operado en un Airbus A320, que cubría la ruta Medellín-Barranquilla, vivieron momentos de pánico en la tarde del 16 de septiembre de 2024, cuando en la capital del Atlántico se registraron fuertes vendavales y aguaceros que impidieron el aterrizaje de la aeronave. Además de eso, los habitantes de varios sectores de la ciudad se vieron afectados por diversos daños materiales.
“Hemos trabajado toda la noche con el equipo de la Alcaldía de Barranquilla, empresas de prestación de servicios públicos y organismos de socorro de la ciudad para identificar y atender afectaciones en las 5 localidades, como caídas de árboles y postes, daños en redes eléctricas y voladuras de techos. Estaremos informando los avances del plan de acción llevado a cabo para contrarrestar esta emergencia”, informó en su momento el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char.
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Terror en el avión: “Algo muy impresionante”
La situación fue “horrible”, según detalló la ciudadana Zule Ebratt, que viajó en el avión que sufrió los estragos del vendaval en la ciudad, justo cuando se disponía a efectuar las maniobras requeridas para aterrizar.
“El momento exacto fue cuando empezamos el descenso, para aterrizar en Barranquilla, allí inició una turbulencia (sic). Fue algo muy impresionante. Literal, creíamos que el avión se iba a caer. Había niños en el vuelo, obviamente, llorando desesperados, mujeres también llorando”, contó la mujer a La FM.
En medio del terror, y de la posibilidad de que la aeronave cayera en picada y los pasajeros y la tripulación murieran, varias personas decidieron orar, siguiendo sus creencias religiosas, e incluso, dar un último adiós. “La mayoría empezó a orar, a rezar, a despedirse, porque de verdad creíamos que el avión se iba a caer”, relató Ebratt al medio citado.
De acuerdo con la ciudadana, la violenta turbulencia duró siete minutos, aproximadamente, tiempo en el que el capitán del avión se comunicó con todos los pasajeros e informó que el clima estaba generando complicaciones para aterrizar en Barranquilla. Finalmente, ante la imposibilidad de aproximarse a la zona de aterrizaje, tuvo que dirigirse al aeropuerto de Cartagena para lograr el objetivo. “Fue algo horrible”.
“Duramos mucho tiempo sobrevolando Cartagena, supongo que, como no esperaban que el avión aterrizara allá, teníamos que esperar a que nos dieran el espacio, no sé”, precisó. Estando en la capital de Bolívar, se hizo un abastecimiento de combustible y cambiaron a la tripulación para que, en la noche, pudieran abordar un nuevo vuelo rumbo a Barranquilla.
Terror en la ciudad: “Pánico”
Así como pasó con los pasajeros del vuelo AV8586, las personas que estaban en tierra, en sus casas y en las calles, también vivieron momentos de terror por cuenta del vendaval que azotó a la ciudad. Una de las afectadas fue Nuris Insignares, una ciudadana cuya vivienda, ubicada en el sector de La Esmeralda, terminó casi destruida; sin techo y con las paredes agrietadas.
“Doy gracias a Dios, que me guardó. Fue un momento difícil, un momento de tensión, de pánico. La brisa levantó el techo y los árboles golpeaban con violencia las paredes. Doy gracias a Dios que me guardó a mí, a mi sobrino y a mi nieto”, contó la mujer, en conversación con W Radio. En la vivienda viven dos adultos mayores y un menor de 10 años.
Por su parte, el habitante Ricardo Márquez aseguró que tiene un local en el sector La Manga, el cual registró varios daños materiales, que incluyen la caída de tejas, la pérdida de mercancías que se estropeó por el agua, láminas dañadas y una vitrina rota. “De las autoridades no hemos tenido contacto, hemos tenido visitas de los señores de prevención”, añadió el ciudadano a la emisora citada.