Esto es todo lo que debe saber sobre los perfumes con feromonas, según la ciencia

Este tipo de esencias ha inundado el mercado en los últimos años, prometiendo una experiencia única con el sexo opuesto luego de ser aplicados

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Los perfumes con feromonas prometen una fragancia irresistible para el sexo opuesto, pero los estudios científicos no son concluyentes al respecto - crédito Jesús Avilés/Infobae
Los perfumes con feromonas prometen una fragancia irresistible para el sexo opuesto, pero los estudios científicos no son concluyentes al respecto - crédito Jesús Avilés/Infobae

El atractivo de los perfumes con feromonas se basa en la premisa de que estas sustancias químicas pueden influir en el comportamiento y aumentar la atracción sexual. Durante décadas, los anuncios han promovido perfumes que aseguran contener feromonas capaces de generar una mayor atracción interpersonal; sin embargo, a pesar de las grandes promesas de la industria, la ciencia aún no ha ofrecido pruebas concluyentes de que estos productos funcionen como se anuncia.

Qué son las feromonas

Las feromonas son sustancias químicas producidas por muchos animales que influyen en el comportamiento de otros individuos de la misma especie, por lo que en el reino animal juegan un papel importante en la comunicación social y reproductiva. Por ejemplo, las hembras de algunas especies de insectos emiten feromonas para atraer a los machos durante el apareamiento, y en mamíferos, estas señales químicas pueden influir en la agresión, la reproducción y la territorialidad.

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La idea de que los seres humanos podrían emitir y reaccionar a las feromonas ha sido objeto de estudio durante más de 45 años; sin embargo, la existencia de feromonas humanas ha sido un tema polémico dentro de la comunidad científica, dado que algunos estudios han intentado identificar moléculas que actúan como feromonas humanas, como la androstadienona y la estratetraenol, pero los resultados han sido, en el mejor de los casos, contradictorios.

Evidencia científica limitada

En un artículo publicado en Proceedings of the Royal Society B, el biólogo Tristram D. Wyatt, de la Universidad de Oxford, planteó serias dudas sobre la validez de los estudios que han etiquetado compuestos esteroides como la androstadienona y la estratetraenol como feromonas humanas.

Esto porque, según Wyatt, los estudios que afirman que estas moléculas influyen en la atracción sexual en humanos se han basado en métodos deficientes como el uso de tamaños de muestra pequeños, la sobreestimación del tamaño del efecto y la falta de replicación rigurosa de los resultados.

En ese sentido, Wyatt subrayó que para considerar una sustancia como feromona es necesario un proceso de identificación y validación mucho más riguroso. En el caso de los mamíferos este proceso implica no solo la identificación de la molécula bioactiva, sino también, la demostración de una respuesta comportamental o fisiológica clara mediada por esa señal química, seguida de la confirmación a través de bioensayos.

El biólogo Tristram D. Wyatt ha realizado varias investigaciones sobre la efectividad de las feromonas en humanos - crédito biology.ox.ac.uk
El biólogo Tristram D. Wyatt ha realizado varias investigaciones sobre la efectividad de las feromonas en humanos - crédito biology.ox.ac.uk

A pesar de los avances en la investigación sobre feromonas en otros animales, los seres humanos no han mostrado hasta ahora una respuesta inequívoca a ninguna de las moléculas que han sido propuestas como feromonas. Wyatt incluso cuestionó los estudios que han sugerido que compuestos como la androstadienona, presentes en el sudor masculino, podrían influir en el estado de ánimo o la atracción sexual de las mujeres, calificando estos hallazgos como posibles falsos positivos debido a las deficiencias metodológicas.

Problemas con la investigación

Una de las críticas más contundentes al campo de estudio de las feromonas humanas es la falta de replicación, pues aunque los estudios que afirman haber encontrado efectos significativos de las feromonas humanas han sido difíciles de reproducir en experimentos posteriores, Wyatt destacó que muchas de las investigaciones que reclaman efectos positivos de las feromonas humanas carecen de detalles específicos sobre cómo se extrajeron o identificaron las moléculas, lo que hace que los resultados sean poco confiables.

Un ejemplo de este problema es el fenómeno de la “sincronización menstrual”, que fue propuesto en 1971 y que proponía que las mujeres que vivían juntas tendían a sincronizar sus ciclos menstruales debido a señales feromonales. Aunque esta teoría generó interés en su momento, estudios posteriores no han logrado replicar consistentemente estos hallazgos, y muchos investigadores ahora consideran que la sincronización menstrual no tiene una base científica sólida.

¿Una base evolutiva para las feromonas humanas?

Aunque los estudios sobre feromonas en humanos no han dado resultados concluyentes, algunos investigadores sugieren que podría haber una base evolutiva para la existencia de estas señales químicas en nuestra especie. Wyatt reconoció que los humanos, como otros mamíferos, tienen un sistema olfativo funcional, a pesar de haber perdido el órgano vomeronasal, que es clave en la detección de feromonas en muchos animales.

Algunos animales utilizan las feromonas para atraer parejas y copular - crédito Kai Squires/NC State University
Algunos animales utilizan las feromonas para atraer parejas y copular - crédito Kai Squires/NC State University

Un ejemplo prometedor en la búsqueda de feromonas humanas es la secreción de las glándulas areolares de las madres lactantes, que parece estimular la succión en los bebés, incluso si no son sus propios hijos. Este hallazgo ha sido citado como una de las pistas más claras de la posible existencia de señales químicas que influyen en el comportamiento humano.

Sin embargo, Wyatt advirtió que no todos los olores emitidos por los seres humanos deben ser considerados feromonas, dado que muchos de los aromas que exudamos podrían ser simplemente olores individuales que ayudan a distinguirnos entre nosotros, como en el caso de la identificación de familiares cercanos o la elección de pareja.

¿Qué dice el mercado de los perfumes?

A pesar de la falta de evidencia científica sólida, los perfumes que aseguran contener feromonas continúan siendo un producto popular en el mercado, dado que sus promesas se basan en la idea de que al aplicar la fragancia, se emitirá una señal química irresistible que atraerá a otras personas; sin embargo, desde una perspectiva científica, estas afirmaciones no tienen un respaldo sólido.

El atractivo de estos productos puede estar más relacionado con el poder del marketing y las expectativas psicológicas de los consumidores que con la ciencia real, pues si bien el aroma puede desempeñar un papel en el atractivo, la idea de que un perfume con feromonas pueda tener un impacto significativo en las relaciones humanas carece de pruebas contundentes.

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