En la tarde del martes 17 de septiembre de 2024, la embajadora de Chile en Colombia, María Inés Ruz Zañartu, entregó un retrato del expresidente chileno Salvador Allende, de la autoría de Naúl Ojeda y que fue colgado en la Casa de Nariño.
De acuerdo con la información que compartió Presidencia, “el acto simboliza el respeto de Colombia hacia Allende y su solidaridad con los chilenos durante la dictadura”.
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Pero, el hecho de que se haya colgado el retrato no fue bien recibido desde algunos sectores políticos que criticaron al presidente Petro por vivir más de simbolismo que de manejar el país de la manera correcta.
Entre los críticos se encuentra el concejal de Bogotá Daniel Briceño, que, a través de una publicación en su cuenta de X, se refirió a varios momentos en los que el primer mandatario ha demostrado su apoyo a símbolos como la espada de Simón Bolívar o el sombrero característico de Carlos Pizarro.
“La espada de Bolívar, el sombrero de Pizarro, la sotana del cura Camilo Torres y ahora el cuadro de Salvador Allende”, comenzó por señalar el concejal.
Por tal motivo, Briceño aseguró que el presidente Gustavo Petro se ha encargado de vivir de algunos simbolismos y de charlatanería, mientras que en el país aumentan males como la violencia y la corrupción.
“El presidente Gustavo Petro vive en los simbolismos y la charlatanería mientras al país se lo lleva la violencia, el derroche, la corrupción y la ineficiencia”.
Así fue el acto de entrega del retrato
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, recibió una fotografía inédita del expresidente chileno Salvador Allende, que ahora ocupa un lugar destacado en una de las paredes de la Casa de Nariño.
La obra fue tomada por el fotógrafo uruguayo Naúl Ojeda y mide 50x70 cm. Ojeda había cedido los derechos de la imagen a la Fundación Salvador Allende, que a su vez los transfirió al Gobierno colombiano.
Es menester acotar que Petro ha mencionado en múltiples ocasiones a Allende en sus recientes discursos, especialmente al recordar el golpe de Estado que derrocó al mandatario chileno el 11 de septiembre de 1973.
La ceremonia incluyó también el obsequio de un libro titulado Solidaridad entregado por la embajadora de Chile en Colombia, María Inés Ruz Zañartu, a Petro.
En reciprocidad, Petro entregó a Ruz Zañartu una réplica de la Paloma de la paz, una obra donada por el maestro Fernando Botero en el contexto del acuerdo de paz firmado en 2016 con la antigua guerrilla de las FARC.
Por su parte, la Presidencia colombiana emitió un comunicado describiendo la importancia simbólica de este acto: “Esta entrega simboliza y agradece el compromiso del país y su pueblo al recibir centenares de exiliados desde Chile, que construyeron su vida aquí o que en su momento llegaron a Colombia y partieron hacia terceros países”.
Salvador Allende, presidente de Chile de 1970 a 1973, fue derrocado en un golpe militar que marcó el inicio de una dictadura que duraría hasta 1990. Este evento aún resuena en la memoria colectiva de América Latina y Petro lo ha utilizado para denunciar un presunto golpe de Estado que se estaría fraguando en su contra y comparándose con el expresidente chileno.
“¿Seguimos los pasos de Allende? Si y no. Espero que no su final. Y pienso que la evolución del capitalismo mundial me lleva a lago diferente en economía. El progresismo latinoamericano debe cambiar la economía de Latinoamérica, no solo su distribución, sino las relaciones de producción también, como intentó Allende, pero no hacia el estatismo sino hacia una economía global descarbonizada”, aseguró Petro en una publicación en su cuenta de X.