En la mañana del martes 17 de septiembre comenzaron a ser difundidas en redes sociales las imágenes del momento en que son sacados de la tierra tres cadáveres que, al parecer, corresponden al ganadero Esteban Urueta y sus dos trabajadores. Estos últimos dos están calcinados y su identificación, por lo mismo, es más difícil. El que sería el cuerpo de Urueta no tiene signos de quemaduras o combustión.
El estado de calcinamiento de dos de los cuerpos encontrados por el CTI de la Fiscalía coinciden con la versión del confeso asesino que, por la presión de las autoridades y la comunidad, se habría entregado.
Las imágenes, presentadas a continuación, fueron difundidas, inicialmente, por la página Colombia Oscura en la red social X (alerta por contenido sensible).
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Cronología de un caso aterrador
El martes 10 de septiembre, Esteban Urueta y dos de sus empleados fueron atacados mientras se dirigían a una finca en Ciénaga de Oro para investigar el robo de un ganado.
La camioneta de Urueta fue hallada abandonada en Sahagún, Córdoba. Poco después, un trabajador de Urueta confesó haber cometido el triple homicidio y reveló la ubicación de los cuerpos, según el alcalde de Ciénaga de Oro, Alejandro Mejía.
Mejía explicó durante una entrevista con Blu Radio que la investigación preliminar apunta al administrador de la finca como el principal sospechoso, que se habría entregado a las autoridades tal vez debido a la creciente presión y el fuerte despliegue de la Fuerza Pública en la región.
“Lastimosamente, todas las investigaciones apuntan a que fue el administrador de la finca y estaría relacionado con la pérdida de un ganado. Él mismo se entregó, quizá por la presión de los hechos y porque el despliegue de la Fuerza Pública fue grande”, dijo el alcalde de Ciénaga de Oro.
El móvil aparente del crimen estaría relacionado con la desaparición de un ganado. Según Mejía, la labor de rastreo de las autoridades fue exhaustiva para ubicar a las víctimas tras la confesión del homicida.
El gobernador de Córdoba, Erasmo Zuleta, convocó un consejo extraordinario de seguridad después del asesinato del ganadero Esteban Urueta. Esto buscó hacer frente a la creciente inseguridad en la zona y abordar la preocupación de la comunidad local afectada por este violento suceso.
Durante la investigación, se determinará que el ataque a Esteban Urueta ocurrió cuando intentaba verificar el robo del ganado en su finca, apuntando al administrador, Cristian Petro, como posible autor del delito. La confesión y arresto del trabajador han sido claves en el esclarecimiento del caso.
La comunidad de Ciénaga de Oro, igual que las autoridades locales y estatales, ha mostrado su consternación por estos hechos violentos y sigue de cerca el desarrollo de la investigación para asegurar que se haga justicia.
La rápida actuación de la policía y la colaboración de la ciudadanía han sido fundamentales para el avance en la resolución de este delito que conmocionó a la región.
Las alarmas se encendieron cuando, el miércoles 11 de septiembre, la familia de los desaparecidos presentó una denuncia ante la Fiscalía tras percatarse de que no habían regresado a casa después de dirigirse a revisar el ganado en la vereda Bellavista. La búsqueda se intensificó cuando un grupo de policías especializados provenientes de Bogotá llegó a la finca para realizar operativos de búsqueda, incluyendo sobrevuelos en helicópteros y drones.
Durante la ejecución del consejo extraordinario de seguridad llevado a cabo en Montería, el general de brigada Nicolás Zapata, subdirector de la Policía Nacional, declaró que no se habían encontrado cuerpos ni efectuado capturas. Mientras tanto, dos hombres, al parecer testigos del secuestro, se presentaron voluntariamente ante las autoridades para rendir su versión de los hechos. Uno de ellos fue identificado como Cristian Petro, administrador de la finca de Urueta González, y el otro como Juan Fernando Soto Garcés.