El Consejo de Estado admitió una demanda interpuesta por el exministro de Justicia Wilson Ruiz Orejuela con el objetivo de anular los diálogos de paz entre el Gobierno nacional y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) o el Clan del Golfo. Esta petición, que se fundamenta en la supuesta falta de garantías constitucionales, se centra en la validez de las resoluciones presidenciales que autorizan y reconocen a los representantes de este grupo armado para participar en un espacio de conversación socio jurídico.
La demanda fue admitida por el Consejo de Estado en virtud del cumplimiento de las formalidades estipuladas en el Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo (Cpaca). Según el documento oficial, la demanda busca la nulidad de dos resoluciones, emitidas por el presidente de la República, Gustavo Petro. La primera resolución autoriza la instalación del mencionado espacio de diálogo, mientras que la segunda reconoce a miembros de las AGC como representantes válidos en dicho proceso.
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Wilson Ruiz Orejuela, en su declaración pública difundida a través de sus redes sociales, argumentó que “la voluntad por la paz es un requisito indispensable que se debe demostrarse para adelantar diálogos y negociaciones”. El ex alto funcionario criticó la actitud del Gobierno nacional, que según él, mostró una pasividad preocupante frente a los grupos armados. Esta postura fomentó una escalada de violencia y un retroceso en el control territorial del país, de acuerdo con el comunicado.
Además, cuestionó el tratamiento que el Gobierno dio a las AGC, al considerar que se les otorgó un estatus político sin cumplir con los estándares internacionales pertinentes.
El exministro también sostiene que la reciente gestión del Gobierno en cuanto a las negociaciones con las AGC resultó en una falta de avances significativos y un fortalecimiento de la criminalidad. Según Ruiz, las negociaciones de paz deben incluir medidas claras para la inclusión social y el desarrollo económico en las regiones más afectadas por la violencia, así como garantizar la seguridad de los ciudadanos.
“La voluntad por la paz es un requisito indispensable que se debe demostrarse para adelantar diálogos y negociaciones. El Gobierno Nacional demuestra pasividad ante los grupos armados, lo cual ha generado una escalada de violencia y pérdida de control territorial. Además, de manera cuestionable le ha dado un tratamiento de status político a un grupo criminal como son las Autodefensas Gaitanistas desconociendo los estándares internacionales en materia de reconocimiento de conflicto”, se lee en el comunicado de Ruíz.
La demanda presentada por Ruíz pretende verificar si las AGC han demostrado realmente su disposición a detener el conflicto, el narcotráfico y la violencia contra la población civil. Además, busca asegurar que cualquier acuerdo de paz incluya planes concretos para mejorar la inclusión social y el desarrollo económico en las regiones más afectadas por la violencia, y garantice la seguridad de los ciudadanos.
Así está el panorama del proceso de paz con el Clan del Golfo
El Gobierno de Colombia, bajo la presidencia de Gustavo Petro, inició un nuevo proceso de diálogo con el Clan del Golfo, el grupo armado ilegal más grande del país. Este movimiento forma parte de la política de ‘Paz Total’ de la administración gubernamental, destinada a abordar y resolver las múltiples formas de violencia que han afectado a Colombia durante décadas.
El 5 de agosto de 2024, el Gobierno colombiano publicó una resolución ejecutiva autorizando la apertura de un “espacio de conversación sociojurídico” con el Clan del Golfo. Este grupo armado es una de las organizaciones criminales más influyentes y violentas en el país, con una presencia significativa en más de 230 municipios y un estimado de más de 7.000 integrantes.
La resolución permite que seis voceros del Clan del Golfo participen en el proceso de diálogo. Estos voceros incluyen a figuras prominentes como alias Chiquito Malo, alias Rodrigo Flechas, alias Gonzalito, alias Chirimoya, alias Bruno o “Jerónimo” y alias El Cura o “Joaquín”. El objetivo principal es evaluar la disposición del grupo para someterse a la justicia y transitar hacia el Estado de derecho. Durante las conversaciones, se solicitó la suspensión temporal de las órdenes de captura contra estos voceros.