El departamento del Huila, en el sur del país, enfrenta una crisis ambiental por los incendios forestales que han consumido más de doce mil hectáreas de vegetación, según reportes recientes de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd).
La situación ha llevado al gobierno departamental a declarar el estado de calamidad pública y ha movilizado a varias entidades locales y nacionales para intentar contener las llamas y proteger a la población afectada.
La emergencia ha afectado principalmente a los municipios de Palermo, Campoalegre, Neiva, Aipe, Rivera y Villavieja, donde cientos de familias rurales han perdido sus tierras y sus medios de provisión económica.
Según el gobernador del Huila, Rodrigo Villalba, los diez incendios forestales activos han destruido valiosas áreas de bosque nativo, y las altas temperaturas, que han llegado a superar los 40 grados centígrados.
“Las zonas fuera de control nos preocupan sobremanera, especialmente porque el Ideam nos ha informado que las altas temperaturas se mantendrán durante las próximas semanas”, dijo según cita publicada en Noticias RCN.
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Uno de los personajes públicos que ha mostrado su preocupación por la situación es la presentadora de Masterchef Celebrity Claudia Bahamón, que también es activista ambiental originaria de esta región.
Bahamón expresó sus sentimientos a través de sus redes sociales: “Me muero de la tristeza de ver estas imágenes en mi tierra. Qué impotencia”, escribió, destacando el profundo vínculo que tiene con su entorno y el dolor que siente al ver su tierra natal devastada por el fuego, además, compartió noticias de medios locales que informaron sobre la emergencia.
La situación en Huila es parte de una crisis mayor que afecta a varias regiones. Según la Ungrd, hay actualmente 23 incendios forestales activos en todo el país, con focos particularmente graves en los departamentos de Tolima, Nariño y Cundinamarca.
En Tolima, los municipios más afectados son Villarrica, Coello, Alpujarra, Valle de San Juan, Natagaima, Ataco, Coyaima, Rioblanco y Prado, donde las llamas han arrasado aproximadamente 4.000 hectáreas de vegetación, incluidas grandes extensiones de cultivos pertenecientes a comunidades indígenas.
La complejidad de la emergencia ha llevado a la Fuerza Aérea Colombiana a desplegar helicópteros del Comando Aéreo de Combate N°4, con sede en Melgar, Tolima, para monitorear las áreas más afectadas y ayudar en la identificación de focos activos desde el aire. Sin embargo, la magnitud del desastre ha sobrepasado las capacidades de respuesta inmediata, y las comunidades siguen esperando más apoyo para mitigar los efectos devastadores de los incendios.
En el suroccidente del país, el departamento de Nariño ha registrado 84 incendios forestales en los últimos nueve días, afectando a 24 municipios. La localidad de Chachagüí se cuenta entre las más devastadas, con la pérdida de 250 hectáreas de bosque nativo y cultivos. Aunque las autoridades han logrado extinguir la mayoría de los incendios, algunos focos aún permanecen activos, poniendo en riesgo a las comunidades y el ecosistema local.
En Cundinamarca, nueve incendios forestales permanecen activos, y los bomberos locales han respondido a 95 emergencias en el mes de septiembre, la mayoría relacionadas con estos incendios. Las condiciones climáticas desfavorables, como las altas temperaturas y la falta de lluvias, han facilitado la propagación de estos fuegos por las áreas rurales del departamento.
Otro sector gravemente afectado por los incendios forestales en Huila es el ganadero. Las pasturas, rastrojos y áreas de refugio del ganado han sido consumidos por el fuego, poniendo en riesgo el sustento de los animales y la estabilidad económica de los productores. Según la directora ejecutiva del Comité de Ganaderos del Huila Luceni Muñoz, el 50% del censo bovino de la región se concentra en los municipios más afectados. La pérdida de tierras productivas ha generado incertidumbre sobre el futuro de los ganaderos, muchos de los cuales se ven obligados a trasladar sus animales a otras regiones como Caquetá, debido a la escasez de alimento y los daños provocados por las llamas.