En el marco de una demanda presentada ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, el Ministerio de Relaciones Exteriores (Cancillería de Colombia) justificó la designación de Irene Vélez, exministra de Minas, como cónsul en Londres, de acuerdo con información obtenida por la emisora colombiana W Radio.
Según el abogado Mauricio José Hernández, la provisionalidad del nombramiento se debió a la falta de funcionarios de carrera diplomática disponibles para ocupar el cargo. Actualmente, hay solo 35 funcionarios inscritos en la categoría de consejero, insuficientes para los 89 puestos requeridos.
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El Ministerio explicó que Vélez cumple con todos los requisitos legales para el cargo, señalando que domina tanto el español como el inglés, y tiene formación académica sólida: un título en Filosofía y estudios de posgrado en Geografía Política y Humana, así como en Estudios Culturales. Estas credenciales se ajustan a lo estipulado en el Decreto Ley 274 de 2000, que regula el servicio exterior colombiano.
La respuesta del Ministerio también desestima la demanda presentada, argumentando que la designación no afecta a ningún funcionario de carrera, ni vulnera la normativa vigente.
Además, recalca que la medida fue adoptada en función de las necesidades del servicio diplomático, asegurando la representación de Colombia en el exterior sin violar la ley.
Finalmente, la institución solicitó al tribunal que se rechacen los argumentos de la demanda, ya que el proceso de nombramiento de Vélez fue completamente transparente y conforme a las exigencias del servicio público.
Habría una propuesta para cambiar los requisitos de la carrera diplomática en la Cancillería
La Cancillería colombiana está considerando modificar los requisitos de ingreso a la carrera diplomática, lo que ha generado una fuerte oposición entre los actuales diplomáticos y expertos en relaciones internacionales.
Según documentos obtenidos por el diario El País de Cali, el proyecto de resolución del Departamento Nacional de Planeación (DNP) para regular la carrera diplomática a partir de 2026 ha provocado críticas de las asociaciones Unidiplo y Asodiplo.
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Unidiplo acusa a la Cancillería de querer reducir el nivel de exigencia y preparación para ingresar a esta carrera, lo que, según ellos, comprometería la calidad de los futuros diplomáticos. Un punto controvertido es la propuesta de disminuir el requisito de dominio de un idioma extranjero de nivel B2 a B1. Según la asociación, “el nivel B1 no es compatible con la expresión ‘hablar y escribir correctamente, además del español, otro idioma de uso diplomático’”.
Astrid Camelo, analista política y experta en capacitación para exámenes diplomáticos, explicó en el diario El País de Cali la diferencia entre los niveles B1 y B2: “El nivel B1 permite entender textos sobre temas conocidos con ayuda de un diccionario y mantener conversaciones sencillas, mientras que el nivel B2 permite comprender textos avanzados y conversar fluidamente con hablantes nativos”.
Otra propuesta controvertida es la inclusión de acciones afirmativas para grupos históricamente marginados, otorgando puntajes adicionales a ciertos grupos en el examen escrito. Unidiplo y Asodiplo advierten que esto podría desvirtuar la igualdad de condiciones entre los aspirantes.
Unidiplo señaló que un aspirante podría incrementar significativamente su puntaje y avanzar a la siguiente fase del concurso solo por pertenecer a varios grupos beneficiados.
Camelo advirtió sobre los riesgos de acumular puntajes adicionales: “No se puede permitir que, en nombre de la inclusión, un candidato con múltiples interseccionalidades acumule hasta un 15% de puntaje adicional sin siquiera presentar la fase I del examen”.
El proyecto también propone cambiar la prueba de conocimientos de selección múltiple por dos ensayos y una prueba oral en video, lo que ha generado más críticas. Unidiplo argumenta que la eliminación de la prueba de conocimientos precisos podría llevar a evaluaciones subjetivas, mientras que Asodiplo señaló que la prueba oral en video carece de criterios objetivos de calificación, lo que podría hacerla injusta y subjetiva.