Alfonso Quinchanegua, uno de los oficiales de la Policía Nacional que estableció un preacuerdo con la Fiscalía General de la Nación, en el caso que lo involucra por las interceptaciones ilegales contra Marelbys Meza y Fabiola Perea, exempleadas de la hoy directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), Laura Sarabia, habló del papel del fallecido coronel Óscar Dávila en este entramado.
En una declaración revelada en la noche del domingo 15 de septiembre de 2024 por Noticias Caracol, Quinchanuega –testigo clave del ente acusador en este caso– contó cómo se planearon y ejecutaron las chuzadas contra Meza, que previamente había sido sometida a una prueba del polígrafo, y a Perea; esto luego del robo que denunció la funcionaria, en ese entonces jefa del Gabinete, de una maleta con dólares y documentos en su interior.
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¿Cómo se planearon las chuzadas a Marelbys Meza?
Las reuniones para interceptar la línea telefónica de la exniñera de Sarabia se efectuaron en el piso 13 de las instalaciones de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), una edificación contigua a la Casa de Nariño. Uno de esos encuentros se efectuó el 2 de febrero de 2023; es decir, cuatro días después de la denuncia del robo por parte de Sarabia y luego de que a Meza se le hiciera el análisis con el detector de mentiras.
“Lo que me había manifestado el señor capitán era que íbamos a organizar una ampliación de denuncia de la señora Laura Sarabia, mediante llamada telefónica, porque ahí hacían el enlace, pero una vez en el piso 13 no fue así”, recordó el uniformado. Fue en ese momento en el que trajo a colación al coronel Dávila, al que le remitió, de acuerdo con su versión, un cuestionario que ya tenía elaborado, en relación con este caso.
“Se le envió ese cuestionario para que, por medio de él, ella contestara ese cuestionario”, agregó Quinchanegua, en declaraciones entregadas a la fiscal de este expediente, Cindy Hernández. Y, al ser indagado de cuál era el oficial con más alto rango de esa reunión, el miembro de la institución policial no dudó en responder: “Estaba el señor coronel Dávila y le seguía el señor mayor Duván Muñoz, quien era el que dirigía y daba las órdenes”.
Cabe destacar que Dávila fue encontrado muerto en su vehículo el viernes 9 de junio de 2023, ante las informaciones según las cuales sería vinculado a este proceso; tal y como quedó en evidencia en un diálogo que tuvo minutos antes de tomar la determinación de quitarse la vida, con una periodista del portal Cambio. Fue el mismo día en el que se rescataron los cuatro niños desaparecidos en las selvas del Guaviare, tras 40 días desaparecidos.
Por su parte, en el caso de Muñoz, según indicó Quinchanegua en la matriz de colaboración presentada ante la Fiscalía, fue el que dio la orden de hacer el informe falso para hacer pasar a las empleadas como miembros del Clan del Golfo: A Meza como Alias La Madrina, y a Perea como La Cocinera, supuestamente del círculo cercano de uno de los comandantes de la mencionada organización ilegal: alias Siopas.
“La orden era de presidencia”
En el interrogatorio con la fiscal Hernández, el oficial de la Policía indicó que recibieron la orden de interceptar a Meza y Perea. Aunque expresó que el mayor Duván Muñoz, según replicó el medio citado, era insistente en que se debía hacer, a como diera lugar, esa operación. “Porque, lo que le manifiesto, doctora, la orden era de Presidencia, o el caso era de Presidencia”, agregó Quinchanegua.
De acuerdo con lo manifestado por el testigo estrella de este caso, otro uniformado también fue vinculado a la investigación. Ese fue el del capitán Óscar Leandro Mojica Cordón, al que le hizo énfasis en su intención de no interceptar las líneas celulares de Meza y Perea; no obstante, la instrucción fue la misma: la de que se debía llevar a cabo la misión, so pena de atenerse a las consecuencias que implicaría su negativa.
“En la oficina, también, cuando estaba realizando ese informe, otra vez le manifesté y me dijo que ‘dejara el miedo’, que necesitaba que tramitáramos eso porque si no íbamos a tener consecuencias”, contó el oficial. De hecho, contó cómo el capitán ya había participado en otra reunión en la que se planearon las chuzadas a la exniñera de Laura Sarabia.
Con este panorama, hizo las interceptaciones, ante el miedo a que tomaran medidas en su contra. Una de las amenazas, era la de ser retirado de la Policía, ante la pregunta de la delegada del ente investigador, que mostró su curiosidad frente a esta actuación, teniendo en cuenta que el origen de la información no provenía de una fuente humana. Y que, por ello, incurriría en un delito.
“Lo tomé como una orden y, posterior, también como una amenaza, porque, en ese entonces, la orden era que tocaba interceptar esos números, que era un caso de Presidencia u orden de Presidencia. Entonces, que tocaba hacerlo o hacerlo y también porque podía correr ciertas circunstancias si no lo hacía, teniendo en cuenta que podía ser trasladado a otro departamento o como era de Presidencia, me podían retirar de la Policía”, precisó el oficial, que pidió protección para él y su familia, ante la gravedad de lo declarado.