Veinticinco personas fueron capturadas en las últimas horas en Medellín durante un operativo de las autoridades contra El Morro de Villa Flora, una organización criminal que, según la Fiscalía, tenía rentas diarias de hasta 120 millones de pesos producto, principalmente, del microtráfico.
Información proporcionada a medios por la Fiscalía señala que “este grupo ilegal delinquía en los barrios Castilla y Robledo ubicados en las comunas 5 y 7 de Medellín donde incurría en la comercialización de estupefacientes y extorsiones a comerciantes”.
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Fueron el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) y uniformados de la Policía Nacional quienes efectuaron las capturas en 33 diligencias de registro y allanamiento en varias zonas.
En total fueron incautados 124 millones de pesos en efectivo, cartuchos, armas, cocaína y marihuana. Uno de los factores que más llamó la atención de las autoridades fueron los objetos encontrados en varios de los inmuebles allanados.
“Información en poder de la Fiscalía vincula como posible coordinador de las acciones a Andrés Felipe Moreno Valderrama, alias Bruja. Al parecer, este último realizaba supuestos rituales para proteger a integrantes de la organización ilegal”, indicó el ente acusador.
Asimismo, se vincula al recién capturado con la desaparición de alias Mapache, cuyo último rastro data del 24 de noviembre de 2024.
Entre los capturados están: Rubén Darío Flórez Urrego, alias Carloto; presunto cabecilla de la red criminal; Nasly Viviana Carvajal Díaz, alias Vivi; su hijo Darley Esteban Flórez Carvajal, alias Esteban; su cuñada Leidy Carolina Echavarría Díaz, alias Caro y su suegra Luz Dary Hernández, alias Doña Luz. Esto revela que la red criminal estaba conformada, principalmente, por personas parientes entre sí.
“El material de prueba en poder del ente acusador le permitió imputar a los procesados, según sus responsabilidades individuales, delitos como concierto para delinquir agravado; tráfico, fabricación o porte de estupefacientes; fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego de uso personal y de las fuerzas armadas”, añade la Fiscalía.
Alemán nexo del Clan del Golfo y el cartel Jalisco Nueva Generación también hacía rituales esotéricos
La relación entre el mundo del narcotráfico y el universo del ocultismo no es un tema nueva. De ello están llenos los expedientes de varias investigaciones en México. Son de tal envergadura las actividades criminales de quienes se dedican al tráfico de estupefacientes que terminan encomendando su protección a entes ultraterrenos, aunque, al parecer, no siempre funciona o no por tanto tiempo.
En julio de este año fue capturado Patrick Schmitz en una mansión en Santa Marta. Esto, en un operativo que se registró en conjunto con la Homeland Security Investigations (HSI), puesto que el extranjero es requerido por la Corte Distrital de Nueva Jersey, señalado de ser el cabecilla de una estructura de narcotráfico y lavado de activos.
De acuerdo con lo expuesto por las autoridades colombianas, un detalle que llamó la atención de los uniformados fue que Schmitz tenía en el sitio que se escondía un altar satánico, con el que se presume buscaba, por medio de “fuerzas oscuras”, estar a salvo de ser capturado.
De la misma forma, se informó que el alemán sería el nexo de conexión entre el Clan del Golfo en Colombia y algunas de las células del cartel de Jalisco Nueva Generación en México; el extranjero era referenciado como un experto en el uso de la dark web y se confirmó que en la vivienda que estaba había instalado un circuito cerrado de televisión, monitoreado las 24 horas del día.
Las autoridades informaron que Schmitz se escondía en Colombia desde 2015, en donde utilizaba métodos como el “espejo” o “token” para facilitar el pago de servicios ilegales con las organizaciones criminales en el país, Centroamérica y Estados Unidos.
“Era propietario de varios portales en la dark web, con alta reputación criminal, a través de los cuales comercializaba en Norteamérica cocaína en diferentes presentaciones y tamaños, pornografía infantil, documentos falsos, servicios de hacking, drogas sintéticas como el fentanilo y accesorios para ocultar dispositivos de almacenamiento de información ilícita”, informó la Policía Nacional al respecto.