La historia del rock colombiano no es tan lineal como ocurre en otros países de América Latina. Tuvo momentos de impulso como tendencia entre finales de los 60 e inicios de los 70 con grupos como Los Flippers, Los Speakers, Malanga o La Columna de Fuego, y luego a inicios de los 80 con la aparición de Nash, Carbure y Ship, pero sus esfuerzos no se vieron acompañados por una industria musical que veía más redituable apoyar ritmos tropicales o importaciones como la salsa, por lo que no tardaron en quedar descartados.
Pero desde finales de los 80 las cosas comenzaron a dar un giro con el auge que vivía el rock en español gracias al impacto de artistas argentinos como Charly García, Miguel Mateos, Soda Stereo o Enanitos Verdes en el país. Entre ese entusiasmo y la tendencia creciente a sumar ritmos latinos a una base de rock, una camada de nuevos artistas comenzó a cobrar protagonismo durante la primera mitad. Y en Bogotá, junto a Aterciopelados o 1280 Almas, La Derecha se abrió paso con una consigna clara de ir más allá de géneros o tribus urbanas.
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“Cuando llegó el rock en español, nosotros veníamos de hacer rock en inglés, porque si no hacíamos rock en inglés no éramos considerados como rockeros”, reflexionó Juan Carlos “Chato” Rivas, bajista y miembro fundador de La Derecha en conversación con Infobae Colombia sobre ese periodo previo.
Tras meses de ensayos y con el cantante Mario Duarte como el líder, la oportunidad de grabar su primer álbum llegó luego de que dos de sus primeras composiciones, Alice y Contra la pared, alcanzaran relevancia por el compilado Nuestro Rock (1993), que recogió parte de la actividad que había en la escena musical del momento.
Con Richard Blair en la producción, su álbum debut homónimo, La Derecha (1994), encapsuló un momento muy particular de Colombia, inmerso en la desigualdad, la violencia y la corrupción, luchando contra el desencanto de un país que no parecía tener rumbo luego del final del cartel de Medellín.
Aunque no disponían de muchos recursos para grabar, esas limitaciones (y la manera en que las sortearon) permitieron que Ay Que Dolor con su cruce de bolero y punk se transformara en un clásico de la época, sumado a otros momentos brillantes como Laguna azul, Tras de ti o Lola.
“Realmente era capturar lo que hacíamos en los garajes de nuestras casas y en los sitios que podíamos ensayar”, recordó “Chato”. “En esa época no había ensayaderos ni nada. Nosotros nunca visualizamos ‘vamos a hacer esto’ o ‘vamos a hacer música para esto’”, comentó, apuntando que la clave estuvo en trabajar los arreglos al máximo en cada ensayo antes de entrar al estudio de grabación.
Por supuesto, el apartado lírico también tenía su significado en ese contexto. “Poder decir lo que estaba pasando en ese momento de la manera que lo pudimos decir, también fue una manera desde nuestra rebeldía de contar lo que pasaba. Se volvió más local, más alternativo”, comentó el “Chato”.
Aunque sonaron con regularidad en la radio desde entonces y tuvieron otro clásico más adelante con su versión de Sombras (compuesta por José María Contursi y popularizada por Javier Solis), se disolvieron en 1997 luego de la muerte de Carlos “Panelo” Olarte, percusionista del grupo, en un accidente con su motocicleta. Eso dio pie a que Mario Duarte probara en la actuación (cumpliendo su cometido especialmente con el personaje de Nicolás Mora en Yo soy Betty, la fea), y lanzara su álbum solista Golpe de ala (2000).
El “Chato” no se quedó atrás y se labró una larga carrera en la docencia, pero también como productor y ahora prepara un álbum solista, El tiempo del feeling, que se estrenará en octubre. “Comenzó siendo una beca relacionada con las músicas negras y la herencia africana”, explicó. “Es un homenaje que comenzó siendo una beca que quedó escrita, y de ahí salieron canciones que fueron homenajes a amigos y otros músicos”. Incluso adelantó que el tema homónimo “es como si Bob Marley y Miles Davis se hubieran sentado a componer la canción”.
La Derecha tuvo un primer regreso en 2010 del que salió el álbum Polvo Eres (2011) y el EP Árbol Torcido (2015), luego de lo cual anunciaron una nueva despedida de los escenarios en 2019. Ahora en 2024 con motivo de los 30 años de su debut, volvieron a tocar en vivo. Primero en el Teatro Astor Plaza, luego como parte del Capital Fest celebrado en mayo en el Movistar Arena, y ahora aguarda el Festival Cordillera.
“Cada concierto es distinto, y nosotros en La Derecha tratamos que sea así, porque tenemos pocos fans y como son los mismos que nos acompañan, tratamos de que sea siempre diferente” dice el “Chato”. A la celebración se suma a la publicación en plataformas digitales de dicho debut, que hasta ahora no estaba disponible.
Mientras que para el Festival Cordillera el Chato advirtió que La Derecha tiene varias sorpresas en mente, incluidos invitados, como grupo “por ahora estamos viviendo el día a día, viviendo el momento” y dejó ver que no dan nada por sentado. “Cada oportunidad que tengamos de tocar juntos, la vamos a aprovechar”, sentenció.