El martes 10 de septiembre, Esteban Urueta y dos de sus empleados fueron atacados mientras se dirigían a una finca en Ciénaga de Oro para investigar el robo de un ganado.
La camioneta de Urueta fue hallada abandonada en Sahagún, Córdoba. Poco después, un trabajador de Urueta confesó haber cometido el triple homicidio y reveló la ubicación de los cuerpos, según el alcalde de Ciénaga de Oro, Alejandro Mejía.
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El alcalde Mejía informó que los cadáveres de Esteban Urueta y sus empleados fueron encontrados en el lugar indicado por el confeso asesino. Mejía explicó durante una entrevista con Blu Radio que la investigación preliminar apunta al administrador de la finca como el principal sospechoso, que se habría entregado a las autoridades tal vez debido a la creciente presión y el fuerte despliegue de la Fuerza Pública en la región.
“Lastimosamente, todas las investigaciones apuntan a que fue el administrador de la finca y estaría relacionado con la pérdida de un ganado. Él mismo se entregó, quizá por la presión de los hechos y porque el despliegue de la Fuerza Pública fue grande”, dijo el alcalde de Ciénaga de Oro.
El móvil aparente del crimen estaría relacionado con la desaparición de un ganado. Según Mejía, la labor de rastreo de las autoridades fue exhaustiva para ubicar a las víctimas tras la confesión del homicida.
El gobernador de Córdoba, Erasmo Zuleta, convocó un consejo extraordinario de seguridad después del asesinato del ganadero Esteban Urueta. Esto buscó hacer frente a la creciente inseguridad en la zona y abordar la preocupación de la comunidad local afectada por este violento suceso.
Durante la investigación, se determinará que el ataque a Esteban Urueta ocurrió cuando intentaba verificar el robo del ganado en su finca, apuntando al administrador, Cristian Petro, como posible autor del delito. La confesión y arresto del trabajador han sido claves en el esclarecimiento del caso.
La comunidad de Ciénaga de Oro, igual que las autoridades locales y estatales, ha mostrado su consternación por estos hechos violentos y sigue de cerca el desarrollo de la investigación para asegurar que se haga justicia.
La rápida actuación de la policía y la colaboración de la ciudadanía han sido fundamentales para el avance en la resolución de este delito que conmocionó a la región.
Torturados y quemados aparecieron los cuerpos de tres personas que reavivan oleada de violencia rural en Córdoba
El departamento de Córdoba se enfrenta nuevamente a una tragedia. La noche del martes 10 de septiembre, las autoridades encontraron varios cuerpos irreconocibles en inmediaciones de una finca en la vereda Bellavista, zona rural de Ciénaga de Oro. Se cree que dichos cuerpos pertenecen al empresario y ganadero Esteban Rafael Urueta González y dos de sus trabajadores, Gerardo de los Santos Marzola y Fredys Manuel Beleño Acosta, que habían sido reportados como desaparecidos. Los cuerpos presentan signos de tortura y quemaduras, precisó El Meridiano de Córdoba.
Las alarmas se encendieron cuando, el miércoles 11 de septiembre, la familia de los desaparecidos presentó una denuncia ante la Fiscalía tras percatarse de que no habían regresado a casa después de dirigirse a revisar el ganado en la vereda Bellavista. La búsqueda se intensificó cuando un grupo de policías especializados provenientes de Bogotá llegó a la finca para realizar operativos de búsqueda, incluyendo sobrevuelos en helicópteros y drones.
Durante la ejecución del consejo extraordinario de seguridad llevado a cabo en Montería, el general de brigada Nicolás Zapata, subdirector de la Policía Nacional, declaró que no se habían encontrado cuerpos ni efectuado capturas. Mientras tanto, dos hombres, al parecer testigos del secuestro, se presentaron voluntariamente ante las autoridades para rendir su versión de los hechos. Uno de ellos fue identificado como Cristian Petro, administrador de la finca de Urueta González, y el otro como Juan Fernando Soto Garcés.
La camioneta del empresario fue encontrada en el corregimiento de El Viajano, municipio de Sahagún, lo que llevó a las autoridades a investigar la relación entre el crimen y un supuesto negocio de ganado. A pesar de las especulaciones que señalan al administrador de la finca como el autor del asesinato por la presunta pérdida de 700 cabezas de ganado, no se ha confirmado aún ninguna hipótesis.
En medio de los desconcertantes hallazgos, el gobernador de Córdoba, Erasmo Zuleta Bechara, expresó que, pese a los esfuerzos institucionales para mantener la seguridad en el territorio, no pueden eximirse de hechos lamentables como estos. “Independientemente de que sea un ganadero, aquí es importante la persona”, afirmó, resaltando que hasta el momento los hechos siguen bajo investigación y no hay nada confirmado.
Mientras las autoridades continúan investigando para esclarecer los detalles del caso, la comunidad rural de Córdoba sigue enfrentando el temor de la violencia que parece no dar tregua, afectando la tranquilidad y seguridad de las zonas rurales.