El jueves 12 de septiembre, los candidatos al proceso de elección de decanos de la Universidad Nacional para el período 2024-2026 expresaron su profunda insatisfacción con los resultados finales de la elección, los cuales, según ellos, no reflejan la voluntad de los votantes. A través de un comunicado, los candidatos denunciaron que, aunque reconocen la legalidad del proceso, este carece de legitimidad.
En el texto, los candidatos declararon: “Manifestamos nuestra profunda inconformidad por dicha decisión y alertamos a la comunidad en general por la falta de coherencia y transparencia en la toma de decisiones por parte de quienes ostentan las mayorías en el Consejo Superior Universitario, CSU”.
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Esta declaración surge en respuesta a las inquietudes planteadas durante la consulta electrónica del 29 de agosto, así como a las controversias relacionadas con la reciente designación del rector para el período 2024-2027. Además, el descontento se intensificó por la postura pública del profesor Leopoldo Múnera Ruiz, que había abogado por el respeto a los procesos democráticos, generando expectativas que, según los candidatos, no se cumplieron.
Así mismo, enfatizaron que las propuestas que desarrollaron con la participación activa de las comunidades académicas de cada facultad recibieron un respaldo mayoritario, tanto en términos de votación como en la opinión de los profesores.
“En el caso de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura (FIA), los resultados fueron claramente favorables en los tres estamentos. Sin embargo, a pesar de este respaldo contundente y sin ninguna explicación o justificación por parte del Consejo Superior Universitario (CSU), nuestras candidaturas no fueron elegidas. En su lugar, se optó por candidatos que no cuentan con el apoyo mayoritario de la comunidad académica. En la FIA, los elegidos fueron aquellos que perdieron en los tres estamentos, y en las otras dos facultades, los seleccionados solo ganaron en el estamento estudiantil”, señalaron los candidatos en su declaración.
Ante esta situación, hicieron un llamado a la comunidad universitaria para que se manifieste y reflexione sobre la urgencia de implementar verdaderos procesos de democratización dentro de la universidad. Instaron a que esta discusión sobre la democratización se convierta en un ejemplo a seguir para los claustros y colegiaturas, señalando la necesidad de garantizar una mayor coherencia y transparencia en las decisiones académicas y administrativas.
En el comunicado emitido, los candidatos incluyeron una tabla detallada que ilustra los resultados obtenidos en el proceso de votación, desglosados tanto en el porcentaje ponderado total como en el porcentaje de aprobación, específicamente en el estamento de los profesores para cada candidato.
La tabla reveló que Mario Augusto García Dávila, candidato de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, obtuvo un porcentaje ponderado total del 64%, con un respaldo del 79% entre los profesores. Por otro lado, Jairo Andrés Paredes López, representante de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, alcanzó un porcentaje ponderado del 43%, y recibió solo el 45% de apoyo por parte del cuerpo docente. En la Facultad de Minas, John Willian Branch Bedoya logró un porcentaje ponderado del 64%, con un nivel de aprobación del 69% entre los profesores.
Protestas estudiantiles ante decisiones del Consejo Superior Universitario
El malestar entre los estudiantes aumentó considerablemente debido a lo que consideran una “incoherencia” por parte del Consejo Superior Universitario (CSU). Acusan al CSU de manipular el concepto de “democracia” de acuerdo con sus propios intereses, distorsionando el proceso de toma de decisiones en la Universidad Nacional.
En particular, el Comité de Representantes Estudiantiles de la Sede Manizales expresó su rechazo hacia la reciente elección de decanos, especialmente en relación con la designación del nuevo decano para la Facultad de Ingeniería y Arquitectura en dicha sede. Los estudiantes argumentaron que la decisión no refleja el respaldo real de la comunidad académica, sino que parece ser el resultado de un proceso que favorece agendas particulares dentro del CSU.