Los habitantes del municipio de Chaparral, en el departamento del Tolima, amanecieron la mañana del jueves 12 de septiembre, con la noticia del suicidio que un joven soldado que prestaba servicio en el Batallón de Infantería general José Domingo Caicedo.
Los hechos se registraron durante la tarde del miércoles 11 de septiembre, y por el momento no se ha revelado la identidad del soldado, de quien solo se confirmó que tenía 23 años y se busca establecer si era originario de Ibagué.
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El hecho sucedió cuando el militar estaba a punto de finalizar su turno como centinela. Sin embargo, antes de entregar su puesto habría halado del gatillo del fusil de dotación con el cual lo hallaron sus colegas y altos mandos luego de escucharse un estruendo dentro del batallón militar.
Este caso, que vuelve a encender las alarmas sobre cómo se maneja dentro del Ejército la atención en salud mental a los jóvenes soldados, se conoció por las declaraciones que concedió la secretaria de Gobierno de Chaparral, Patricia Triana, quien lamentó lo sucedido y aseguró que “este lamentable hecho es un reflejo de la situación de salud mental que afecta a la juventud de Chaparral y de todo el Tolima”.
Lo anterior lo mencionó debido a que de forma preliminar se está investigando si este suicidio tendría relación con problemas personales o sentimentales.
Sin embargo, y como parte de la indagación que se abrió de manera formal, las autoridades dentro del batallón y la alcaldía municipal siguen al tanto de la situación para poderle ofrecer una respuesta a los familiares del joven y que con ello se puedan esclarecer los hechos.
De hecho, la funcionaria municipal agregó que este caso se presentó justo un día después de la conmemoración del Día Mundial para la Prevención del Suicidio (10 de septiembre), motivo por el cual expresó que “es fundamental que como sociedad brindemos el apoyo necesario a aquellos que están sufriendo en silencio. La prevención es clave, y todos debemos estar atentos a las señales de alerta que puedan mostrar nuestros seres queridos”.
Por último Triana resaltó que como respuesta a esta situación se vienen adelantando campañas de salud mental con el apoyo de la dirección local de salud, a cargo del doctor Jorge Carvajal, destacó la emisora Ondas de Ibagué.
“Es momento de dejar de lado los prejuicios y construir una sociedad más empática. Nuestros jóvenes necesitan sentir que no están solos, que hay personas dispuestas a escucharles y ayudarles”, concluyó la secretaria de Gobierno de Chaparral. Mientras avanzan las pesquisas, los familiares del joven reciben acompañamiento psicológico por parte del Ejército.
Otro soldado acusó a su superior luego de quitarse la vida
Hace menos de tres meses atrás, el municipio de Facatativá (Cundinamarca) fue el escenario de una tragedia el 19 de junio de 2024, cuando un suboficial del Ejército Nacional de Colombia terminó con su vida.
Las autoridades identificaron al joven soldado como Francisco José Pardo Olivero, cabo tercero de 23 años, quien se disparó con su arma de dotación en la base militar local. En un desgarrador giro de los acontecimientos, sus familiares han denunciado un continuo acoso por parte de un superior que, según ellos, fue el desencadenante de este lamentable suceso.
De acuerdo con declaraciones proporcionadas por Franklis Asís Pardo Jiménez, padre de la víctima, su hijo había estado sufriendo hostigamiento por parte del mayor Andrés López durante meses. Estaba siendo acosado, supuestamente, por su origen caribeño, un sesgo que el oficial no toleraba.
La angustia de Francisco quedó registrada en varias instancias, incluida una carta que dirigió al comandante del Ejército el 23 de marzo de 2024, en la que relataba la persecución diaria que enfrentaba. Sin embargo, sus denuncias no encontraron eco en las autoridades militares ni en el Ministerio de Defensa.
En su nota de despedida, el joven suboficial culpa directamente al mayor Andrés Felipe López Ayala, describiendo cómo las constantes interrogaciones sobre su desempeño y comentarios discriminatorios lo llevaron a tomar esta decisión fatal. Esta carta fue clave en la denuncia que su familia interpuso ante las autoridades, buscando no solo justicia para Francisco, sino también prevenir futuros casos similares dentro de las fuerzas armadas.
Tras conocerse la misiva, los padres de Francisco han sido insistentes en que hicieron todo lo posible para proteger a su hijo. Tocaron muchas puertas en busca de ayuda, pero ninguna se abrió, dejando a la familia en una situación desesperada. Por tal motivo han acusado a las autoridades de una falta de acción flagrante, lo que permitió que la situación se prolongara y culminara en esta tragedia.
Este hecho ha generado una gran conmoción y ha puesto en evidencia las falencias dentro del sistema de prevención y acción ante casos de acoso dentro de la milicia colombiana, situación que vuelve a ponerse en el tablero con este nuevo caso que se presentó en Chaparral, Tolima.