La conservación de la naturaleza a menudo se asocia con la preservación de áreas remotas y protegidas, pero la realidad es que también existen enfoques innovadores en espacios urbanos que juegan un papel crucial en esta misión. Instituciones como los jardines botánicos y zoológicos, aunque frecuentemente vistos como sitios de recreación y educación, están desempeñando un papel vital en la conservación in situ, un concepto que podría ser menos familiar.
A diferencia de la conservación en el hábitat natural, la conservación in situ se enfoca en proteger especies fuera de su entorno original. Esto puede incluir trasladar animales, plantas o semillas a instalaciones especializadas, donde son monitorizados por expertos. Estas instalaciones actúan no solo como repositorios de biodiversidad, también como centros de investigación y divulgación científica, ofreciendo una segunda oportunidad a las especies amenazadas para ser reintroducidas en sus hábitats naturales.
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Un claro ejemplo de este enfoque en acción es el Jardín Botánico José Celestino Mutis en Bogotá. Este emblemático jardín se dedica a la conservación de la flora del bosque alto andino y del páramo, ecosistemas que enfrentan serias amenazas debido a la actividad humana, como la agricultura, la ganadería, las especies invasoras, la deforestación y el cambio climático.
Con casi 70 años de historia, el Jardín Botánico ofrece a sus visitantes la oportunidad de conocer más de 2.000 especies de plantas en sus jardines y tropicarios, a su vez que realiza un trabajo de conservación fundamental detrás de escena.
Además de ser un importante centro de exposición, el Jardín Botánico gestiona un banco de germoplasma, que preserva la información genética de diversas especies de interés, y cuenta con una de las colecciones de herbario más grandes de la región. También dispone de un banco de semillas y mantiene alrededor de 1.400.000 árboles distribuidos por todo Bogotá, contribuyendo significativamente a la preservación de la biodiversidad urbana.
María Claudia García Dávila, directora del Jardín Botánico de Bogotá, destacó el rol crucial de las instituciones de conservación en la lucha global contra la pérdida de diversidad genética. En una conversación con El Tiempo, García Dávila explicó que el Jardín Botánico de Bogotá, con 70 años de experiencia, es un pilar en la preservación de la flora altoandina y de páramos.
A lo largo de su existencia, el Jardín Botánico amplió su impacto mediante la creación y el apoyo a 13.000 huertas urbanas en colegios, hogares y parques, entre otros. Este trabajo no solo educa sobre biodiversidad, también ofrece herramientas prácticas para enfrentar la crisis climática y la pérdida de biodiversidad. Promueve la conservación biológica mediante la atención a parques, jardineras, la alimentación sostenible y la gestión de residuos.
García Dávila también destacó la relevancia de Colombia como sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), que se celebrará en Cali en octubre. Como uno de los 17 países megadiversos, Colombia desempeña un papel esencial en las discusiones internacionales sobre conservación. La Conferencia revisará los avances hacia la Agenda 2030 y el plan de trabajo de Kunming-Montreal, con metas en áreas como financiamiento, cooperación internacional y conservación ex situ.
La crisis de biodiversidad es grave, con una pérdida de especies sin precedentes y el colapso de ecosistemas. El Foro Económico Mundial identificó varios riesgos ambientales críticos, como fenómenos climáticos extremos y contaminación. García Dávila señaló la urgencia de intensificar las acciones de conservación, destacando los avances en áreas protegidas, economía circular, educación ambiental y cooperación internacional. No obstante, estos esfuerzos necesitan un mayor impulso debido a la interrelación entre la pérdida de biodiversidad y el cambio climático.
Para la COP16, el Jardín Botánico de Bogotá organizará eventos paralelos, incluyendo un foro con otros jardines botánicos internacionales para debatir sobre la conservación ex situ y el papel de los bancos de germoplasma en la preservación de especies amenazadas. Además, como miembro de la Red Internacional de Jardines Botánicos, el Jardín explorará la agricultura urbana y la seguridad alimentaria en el contexto de la crisis climática y la conservación de especies adaptables.