El jueves 12 de septiembre, el ganadero y empresario Esteban Urueta González fue encontrado sin vida en una zona rural de Ciénaga de Oro, en el departamento de Córdoba. La desaparición de Urueta, que había sido visto por última vez dos días antes, cuando se dirigía a una de sus fincas, desató una intensa búsqueda por parte de las autoridades.
El equipo de criminalística de la Policía Nacional confirmó la aparición del cuerpo sin vida de Urueta y, junto a él, el de dos de sus empleados, Fredys Manuel Beleño Acosta y Gerardo de los Santos Marzola Coronado.
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El hallazgo de los cuerpos se produjo tras horas de búsqueda y especulación sobre un posible secuestro, pues la camioneta Toyota Hilux de Urueta, con placas BTD761, fue encontrada abandonada en una zona cercana a la finca del ganadero. Este vehículo había sido visto por última vez cuando Urueta se dirigía a la propiedad para revisar unas cabezas de ganado que estaba a punto de vender.
El presidente Petro dio detalles del caso
El presidente Gustavo Petro se pronunció sobre el caso a través de su cuenta de X, confirmando que “los posibles asesinos del ganadero Esteban Urueta parece están detenidos”. Además, destacó la importancia de que las personas arrestadas sean procesadas y que el caso no quede impune.
En su mensaje, hizo un llamado a las autoridades judiciales para que “(...) ojo, deben ser procesados, que no pase lo de alias ‘Zeus’”. Este comentario hace referencia a la preocupación del presidente porque el caso no se sumerja en la impunidad, como ocurrió en otros de alto perfil.
Investigaciones preliminares y principal sospechoso
La investigación del asesinato de Urueta comenzó de manera urgente después del hallazgo de los cuerpos. Según información preliminar, Urueta había recibido una llamada de uno de sus trabajadores antes de tomar la vía Planeta Rica-Pueblo Nuevo.
Horas después, su camioneta fue localizada abandonada, lo que encendió las alarmas de un posible secuestro. La Policía Nacional, junto con el Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía General de la Nación, examinaron el vehículo abandonado y, en su momento, no descartaron que pudiera haber sido una estrategia para desviar la atención de los investigadores.
Las primeras investigaciones también apuntan a que el crimen podría estar relacionado con el robo de 700 reses en una de las propiedades de Urueta. Cristian Petro, un trabajador de las fincas del ganadero y administrador en una de sus propiedades, fue señalado como presunto responsable del asesinato. El presidente ejecutivo de Fedegan, José Félix Lafaurie, fue quien lo acusó, reforzando la teoría de que el crimen podría estar vinculado a disputas internas y robos de ganado.
El caso de Esteban Urueta continúa bajo investigación, mientras la comunidad ganadera y el país en general esperan que se haga justicia. La Asociación de Exportadores de Ganado en Pie (Aexgan) emitió un comunicado oficial repudiando el crimen y expresando sus condolencias a las familias afectadas. Juan Gonzalo Botero, presidente de Aexgan, expresó: “Este acto nos llena de dolor e indignación. Nos solidarizamos con las familias de Esteban Urueta y sus compañeros en estos momentos tan difíciles”.
Fedegan, por su parte, ha utilizado la tragedia para demandar mayor seguridad para los trabajadores del campo. En un comunicado, la organización manifestó: “Los ganaderos estamos cansados de la violencia en las zonas rurales. Pedimos al Gobierno nacional garantías para poder continuar trabajando y contribuyendo al desarrollo del país”. La petición de Fedegan refleja una creciente preocupación por la seguridad en las zonas rurales, donde la violencia y el crimen siguen siendo problemas persistentes.
La presión para resolver el caso y garantizar la seguridad en las zonas rurales es más alta que nunca, con la esperanza de que estos trágicos eventos sirvan para implementar cambios positivos en la seguridad y justicia en el país.