‘Stop Making Sense’, el aclamado concierto de Talking Heads, cumple 40 años y llegará a Colombia en octubre

La película de Jonathan Demme, que capturó uno de los conciertos más revolucionarios de la música popular, se podrá ver remasterizado en las salas de cine del país próximamente

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'Stop Making Sense', el aclamado concierto de Talking Heads, llegará a Colombia en octubre de 2024 tras su relanzamiento con motivo del 40 aniversario de su estreno original - crédito Jordan Cronenweth/A24
'Stop Making Sense', el aclamado concierto de Talking Heads, llegará a Colombia en octubre de 2024 tras su relanzamiento con motivo del 40 aniversario de su estreno original - crédito Jordan Cronenweth/A24

Desde que se produjo la reunión parcial de Talking Heads en 2023 como parte del relanzamiento de su recordado documental Stop Making Sense, restaurado en formato 4K y IMAX para celebrar los 40 años de su estreno, se produjo su estreno en salas de cine de Estados Unidos, existía la pregunta de cuándo pasaría por América Latina y por Colombia en particular.

En las últimas semanas, se supo que el largometraje dirigido por Jonathan Demme y que cumplirá cuatro décadas desde su estreno el próximo 19 de octubre, estaría programado para llegar a Colombia justamente en esa fecha, en 2024.

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Así lo hizo saber Cineplex Colombia, distribuidora de largometrajes independientes a nivel nacional en su página web. De igual modo, la distribuidora mexicana Pimienta Films confirmó en su cuenta de Instagram que Cineplex tendrá a cargo su distribución en Ecuador, Perú y América Central.

De momento no se confirmaron las salas de cine que albergarán la película, pero parece un hecho que el mítico concierto hará que los colombianos revivan varios de los clásicos de la icónica banda new wave, incluyendo entre otros Psycho Killer, Once In A Lifetime, Life During Wartime o Burning Down The House.

‘Stop Making Sense’ y la deconstrucción de la magia de los conciertos

Stop Making Sense es habitualmente considerado como uno de los conciertos más influyentes de todos los tiempos - crédito Jordan Cronenweth/A24
Stop Making Sense es habitualmente considerado como uno de los conciertos más influyentes de todos los tiempos - crédito Jordan Cronenweth/A24

Desde que la música pop se convirtió en el termómetro que mide las manifestaciones más relevantes sin importar su género o nacionalidad, se habla de conciertos legendarios. Desde los montajes o coreografías de iconos como Michael Jackson o Madonna hasta las experiencias multimedia de U2 o las formas revolucionarias de concebir el escenario por parte de Kanye West o Beyoncé; cada amante de la música tiene sus preferidos. Pero, pocos generan tanta fascinación e intriga como las cuatro noches de Talking Heads en el Pantages Theatre de Los Angeles con los que cerraron la gira promocional de su álbum Speaking In Tongues (1983).

Las cuatro noches fueron filmadas de forma minuciosa por Jonathan Demme (más tarde conocido por su trabajo como director de cine en El silencio de los corderos y Philadelphia) y dieron forma a Stop Making Sense, considerado hasta la fecha como uno de los conciertos más originales y atrapantes de todos los tiempos.

Y es que a lo largo de sus 88 minutos de duración el espectador observa cómo el escenario inicia de forma austera, con el cantante David Byrne ingresando al escenario con una guitarra acústica y una grabadora portátil para interpretar su clásico Psycho Killer de una manera radicalmente opuesta a su versión más popular y un fondo en obra negra.

Con el paso de las canciones se van sumando los otros miembros de la banda, Tina Weymouth, Chris Frantz y Jerry Harrison, sumados a los otros músicos de apoyo reclutados especialmente para la gira. El espectador es capaz de captar visual y auditivamente qué aporta cada uno del espectáculo conforme se van sumando, hasta completar toda la alineación para la interpretación de Burning Down The House.

De manera simultánea, el escenario también se va transformando hasta transformarse en una experiencia de luces y sombras cuidada hasta el más mínimo detalle, a la que se le suman las ocurrencias de Byrne, que elige cantarle a una lámpara en This Must Be The Place, portar un traje inmenso durante Girlfriend Is Better, o la inolvidable toma fija que usó Demme para capturar la interpretación de Once In A Lifetime.

Por si fuera poco, el gran final con la canción Crosseyed And Painless alberga dos detalles: es el único momento en el que se captura al público bailando, entregado al espectáculo que acaban de presenciar y bailando en sus asientos; y es el momento en que las personas encargadas del montaje ingresan al escenario para ser reconocidas por la audiencia.

Stop Making Sense también capturó los que fueron algunos de los últimos conciertos de Talking Heads en su historia. Tras una serie de fechas por Australia a inicios de 1984, optaron por centrarse en su trabajo en estudio en los años posteriores hasta su disolución en 1991, producto de las tensiones entre Byrne y el resto de miembros. Salvo una breve reunión en 2001 por su ingreso al Salón de la Fama del Rock And Roll, nunca volvieron a tocar en vivo juntos. Inclusive, a raíz del proyecto de restauración de Stop Making Sense se supo que Talking Heads rechazó 80 millones de dólares por una gira de reunión que incluía una presentación en el festival de Coachella, según reportó Billboard en enero de 2024.

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