La cárcel La Picota de Bogotá, uno de los centros penitenciarios más grandes del país, tiene nuevo jefe al mando. Se trata del mayor Jaider Ospina Castillo, quien se encontraba dirigiendo la cárcel de Cómbita (Boyacá), y también dirigió la cárcel de La Tramacúa, de Valledupar, Cesar.
Ahora, el oficial dirigirá este complejo que alberga más de 7.200 internos en pabellones de mediana y alta seguridad, así como en celdas para extraditables y funcionarios de alto perfil, en reemplazo de Mauricio Ríos, quien ostentó el cargo desde el mes de enero, tras la salida de Horacio Bustamante, quien alcanzó la edad para su jubilación.
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En cuanto a su proceso de selección, hubo varias candidaturas destacadas. No obstante, el director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), coronel Daniel Gutiérrez, oficializó la designación de Ospina Castillo como nuevo director del complejo carcelario de Bogotá.
Oriundo de Copey, Cesar, Ospina Castillo es titulado en Administración de Empresas, y cuenta con especializaciones en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.
Desde la década de los 90, el oficial inició su carrera en el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), comenzando como dragoneante, luego como teniente, capitán y posteriormente, su grado como mayor.
Como director de la cárcel de La Tramacua en Valledupar, Ospina Castillo enfrentó varias amenazas de muerte, por lo que su llegada al centro carcelario de la capital implicaría en reforzar su seguridad, teniendo en cuenta el crimen cometido al director de La Modelo en Bogotá, Élmer Fernández.
Su llegada a La Picota también implica nuevos retos para garantizar la seguridad en el complejo carcelario. Entre las tareas asignadas al nuevo director se contemplan la reducción de las extorsiones, nuevas estrategias para evitar conflictos entre los internos y brindar una mejor atención en salud y alimentación a los reclusos, un aspecto que ha recibido múltiples quejas ante el Inpec y el Ministerio de Justicia.
Fuga de presos, el otro dolor de cabeza para el nuevo director de La Picota
Pese a que la cárcel La Picota ha sido catalogada por las instituciones como una de las estructuras de mayor seguridad en el país, lo cierto es que el complejo carcelario tampoco se ha salvado de las fugas masivas de reclusos del sitio.
La más reciente ocurrió el pasado 28 de junio, cuando dos internos cortaron una de las rejas que rodean el centro penitenciario, ubicado en el kilómetro 5 de la vía a Usme, en el sur de Bogotá, y emprendieron la huida.
El director del Inpec, coronel Daniel Gutiérrez, aseguró que se iniciaron las investigaciones correspondientes con miras a determinar cómo fue posible que los dos hombres lograran salir solo cortando un fragmento de la reja.
También, señaló que los dos prófugos de la justicia, identificados como Sebastián Molina López y Eusebio de Jesús Agudelo Hernández, se encontraban pagando sus condenas de más de diez años en el pabellón 30 de La Picota por los delitos de homicidio y concierto para delinquir.
De igual manera, el coronel Gutiérrez informó que los funcionarios del penal que permanecieron la noche del jueves 27 y viernes 28 de junio serán interrogados para esclarecer como se permitió la salida de los dos presos del centro carcelario de alta seguridad.
Dentro de las figuras públicas que permanecen cumpliendo su pena privativa de la libertad en el centro penitenciario se encuentra Jhonier Leal, condenado a 55 años de prisión por el asesinato de su hermano Mauricio Leal, y su madre, Marleny Hernández, crimen cometido el 21 de noviembre de 2021.
Recientemente, Leal había enviado una carta dirigida a la Procuraduría General de la Nación, donde denunció presuntos actos de tortura psicológica por parte de funcionarios del Inpec, en hechos ocurridos el pasado mes de agosto de este año.
“En el mes de agosto en horas de la noche pasadas las 8:15 p.m. y en el día 4 de este mes, fui visitado mientras dormía por funcionarios del Inpec, quienes con orden de cateo enviado por la Fiscalía me requisaron de manera indebida la celda en la cual estoy recluido, ya que ellos me manifestaron que era una orden de Fiscalía y debían cumplirla”, se lee en la carta.
Ante esta situación, el hoy condenado le solicitó a la Procuraduría protección, además de solicitar una investigación por el supuesto actuar de los funcionarios del Inpec.