Obras de Botero incrementan su valor en un 20% después de un año de su muerte

Las figuras voluptuosas han marcado con relevancia un estatus a nivel mundial en el arte actual

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Con el motivo de hacer un homenaje al artista, se realizó una muestra titulada Botero en Roma - crédito Galería Duque Arango
Con el motivo de hacer un homenaje al artista, se realizó una muestra titulada Botero en Roma - crédito Galería Duque Arango

El 15 de septiembre de 2024 se cumple un año del fallecimiento de uno de los artistas colombianos más destacados del país y del mundo, que dejó un legado en el que sus obras han aumentado el valor en un 20% después de su partida.

Lo anterior se debe a los récords obtenidos en subastas internacionales de sus obras. Un claro ejemplo, es la pintura Los Músicos, que fue vendida por USD5,2 millones en Christie’s en noviembre de 2023.

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Otra de sus esculturas más valorizadas fue Dancers, que alcanzó un precio de USD4 millones en Sotheby’s en marzo de 2024, cifras históricas para el reconocido artista colombiano.

Por otro lado, uno de los proyectos que se encuentra en pleno desarrollo es la Fundación Botero, con las que sus hijos pretenden organizar exposiciones, preservar su archivo personal y hacer trabajos filantrópicos relacionados con el arte. Así, mantendrán vivas sus obras y el legado del pintor colombiano.

Con el motivo de hacer un homenaje al artista, se realizó una muestra titulada Botero en Roma, donde la exhibición tendrá lugar en puntos claves e icónicos de la ciudad con ocho de sus más grandes esculturas y que perdurarán allí por tres meses. Cabe resaltar que, las figuras voluptuosas han marcado con relevancia un estatus a nivel mundial en el arte actual.

Las exposiciones están planeadas hasta 2027 en ciudades como Shanghái, Singapur y Guangzhou, donde se resaltará el trabajo realizado por Botero durante toda su carrera como escultor.

Quién fue Fernando Botero y cuáles son sus obras más reconocidas

Botero nació en 1932 y creció en Medellín, con una familia humilde, antes de llegar a ser un referente mundial de la pintura y la escultura en el siglo XX.

De acuerdo con el portal especializado en arte y arquitectura Decor, Botero siempre mostró interés en el toreo, ya que llegó a formarse profesionalmente para ello, lo dejó debido a un percance y se dedicó a la ilustración en periódicos locales y realizó su primera exposición colectiva en 1948. Botero fue expulsado de los jesuitas por sus dibujos, calificados como eróticos, y por la redacción de un ensayo sobre Picasso y el no conformismo en el arte.

Botero viajó por variar partes del mundo, estableciéndose en Nueva York y posteriormente en París - crédito Colprensa
Botero viajó por variar partes del mundo, estableciéndose en Nueva York y posteriormente en París - crédito Colprensa

El paisa tuvo una personalidad inquieta, pues se fue para Bogotá, en 1951, y así pudo continuar con su formación artística. En su largo camino, logró el segundo premio en el IX Salón de artistas colombianos, en el que invirtió el dinero en un primer viaje que lo llevó a Barcelona y a Madrid. Allí conoció la obra de Velázquez, inspirándolo a matricularse en la escuela de Bellas Artes de San Fernando y también recaló en Florencia, donde estudió en la Academia San Marco y entró en contacto con la escultura.

Según el portal citado, entre los 70 y 80, Botero viajó por variar partes del mundo, estableciéndose en Nueva York y posteriormente en París, por lo que su trabajo empieza a ser reconocido con exposiciones tanto en Europa como en Estados Unidos y Latinoamérica. Cabe destacar que, sus continuas donaciones al Museo de Antioquia y a varias ciudades ha hecho que sus monumentales esculturas sean reconocidas y muy populares a nivel global.

Con un éxito y reconocimiento internacional, Fernando Botero siempre tuvo presentes sus orígenes. Su arte, a medio camino entre la tradición de los grandes maestros y una estética propia, inspirada por el folclor sudamericano y los murales de Rivera o Siqueiros, ha cosechado la acogida de la crítica, del mercado y del público, donde ya tiene un lugar en la historia.

Estas son algunas de sus obras más recordadas y más importantes:

Mona Lisa a los 12 años, (1959)

Mona Lisa, una de las obras más destacadas del maestro colombiano, inspirado en la obra original de Leonardo da vinci - crédito Museo Botero
Mona Lisa, una de las obras más destacadas del maestro colombiano, inspirado en la obra original de Leonardo da vinci - crédito Museo Botero

Botero representó a Colombia en la V Bienal de Arte de Sao Paulo junto a otros artistas con la versión de la Mona Lisa de Leonardo da Vinci, que causa una gran sensación. En 1961, será el único cuadro figurativo que adquirirá el MoMA, en una época dominada por la abstracción de los grandes artistas norteamericanos como Rothko o Pollock.

Obispos muertos (1965)

Sacerdotes y obispos fueron un tema recurrente en los cuadros de Botero durante la década de 1960 (tras su viaje a Italia, siempre afirmó que toda pintura e, en cierto modo, religiosa). En esta obra, Botero representa una montaña de obispos difuntos descansando apaciblemente.

Jugadores de cartas, (1991)

En este caso, Botero representa una partida de póker en un prostíbulo, y en la que al fondo aparece un cura escondido observando la escena, con sus rotundas y volumétricas figuras (hay otra versión con más figuras de 1986, ya que Botero acostumbraba a realizar varias versiones del mismo tema).

Esta obra marcó un hito en el éxito comercial del colombiano, que se llegó a duplicar su valor en una subasta, alcanzando los 2 millones de dólares en su momento.

Pablo Escobar muerto, (2006)

Curiosamente, Escobar era un gran seguidor de Botero y tenía varios cuadros suyos - crédito Getty Images
Curiosamente, Escobar era un gran seguidor de Botero y tenía varios cuadros suyos - crédito Getty Images

El artista más famoso de Colombia, en su afán por no perder el contacto con la realidad de su país, realizó dos retratos de Pablo Escobar, el narcotraficante más peligroso del mundo.

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