En una carta dirigida a las delegaciones del Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la Conferencia Episcopal de Colombia expresó su preocupación por la suspensión de los diálogos de paz y pidió que se retomen de inmediato.
La iglesia, por medio de su delegado en la mesa de conversaciones, reafirmó su disposición de seguir colaborando activamente en el proceso de monitoreo del cese al fuego, comprometiéndose a brindar garantías para facilitar las negociaciones entre ambas partes, de acuerdo con información obtenida por la emisora colombiana W Radio.
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En su misiva, la Conferencia destacó la importancia de la participación de la Iglesia Católica en el Mecanismo de Monitoreo y Verificación del Cese, una labor que considera esencial desde su misión pastoral.
Según el documento, la Iglesia busca contribuir a la paz y reconciliación del país, y su trabajo está guiado por el deseo de mejorar la situación humanitaria de las comunidades más afectadas por el conflicto armado.
La carta también subraya las graves consecuencias que tiene la suspensión del proceso de paz, señalando que los más perjudicados son las comunidades vulnerables. En el contexto de la guerra, son principalmente los jóvenes, mujeres, y las poblaciones étnicas quienes enfrentan mayores amenazas a su vida e integridad. A esto se suman los impactos negativos sobre el medio ambiente y los ecosistemas, que también sufren a causa del conflicto armado.
Por tanto, la Conferencia hizo un llamado urgente para que las partes involucradas en el diálogo encuentren soluciones que les permitan avanzar hacia una Colombia pacífica y reconciliada. En sus palabras, es vital “encontrar caminos que nos alejen de la violencia” para seguir perseverando en la búsqueda de un país en paz.
Además de la petición para retomar el diálogo, la Iglesia reiteró su disposición a continuar con su papel dentro del Mecanismo de Monitoreo, brindando apoyo para garantizar que el cese al fuego se mantenga de manera efectiva. La Conferencia subrayó la relevancia de su participación no solo desde una perspectiva religiosa, sino también como una forma de atender las necesidades humanitarias y de bienestar de las comunidades afectadas.
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Este pronunciamiento se da en un contexto de creciente preocupación por la situación de violencia que continúa en diversas regiones del país, especialmente en zonas como Cauca, donde se han registrado recientes masacres atribuidas a grupos armados ilegales. La Iglesia ha reiterado en varias ocasiones su compromiso con la paz y la reconciliación, y su intervención en este proceso es vista como un esfuerzo por impulsar un diálogo inclusivo y constructivo que permita poner fin al conflicto armado que ha azotado al país por décadas.
De esta manera, la Conferencia Episcopal reafirma su papel como mediadora y promotora de la paz, instando tanto al Gobierno como al ELN a retomar el camino del diálogo como la única vía para alcanzar una paz duradera y genuina en Colombia.