El miércoles 11 de septiembre de 2024 se cumplen 51 años del golpe de Estado en Chile, uno de los episodios más controversiales en la historia, tanto del país austral como de toda Latinoamérica.
En medio de un contexto sociopolítico marcado por la Guerra Fría que libraban Estados Unidos y Rusia, Salvador Allende, político chileno de tendencia socialista, llegó al poder, en un movimiento que habrían considerado “peligroso” desde los altos mandos militares del país austral.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Ante ello y atravesando una etapa caracterizada por las complicaciones económicas y la polarización política en el país sudamericano, las Fuerzas Armadas, encabezadas por el entonces general Augusto Pinochet, optaron por bombardear el Palacio de la Moneda, donde aguardaba Allende, llevándolo a, presuntamente, suicidarse, evitando por todas las vías ser capturado.
Tal episodio refleja uno de los hechos más históricos de la historia latinoamericana, a tal punto que diferentes líderes regionales se refieren usualmente a lo que consiguió Allende, que sería uno de los referentes para los políticos de izquierda actualmente.
Por ejemplo, en la conmemoración de un nuevo aniversario del golpe de Estado, desde el Pacto Histórico recordaron el ascenso al poder de Salvador Allende y “compararon” lo que él vivió con lo que podría estar pasando con el presidente de la República, Gustavo Petro.
Fue la senadora del Pacto Histórico María José Pizarro la que, por medio de su cuenta de X, aseguró que el expolítico chileno vivió una campaña de “desestabilización” y “desprestigio” antes de sufrir el golpe de Estado. De hecho, la congresista colombiana indicó que es necesario conocer lo que sucedió en el país austral para que una situación similar no se vuelva a repetir.
“Hoy se cumplen 51 años del golpe militar en Chile contra de Salvador Allende, antecedido de una campaña de desestabilización y desprestigio, y que dio paso a una terrible dictadura que reprimió brutalmente al pueblo chileno. Recordar la historia para que este horror no se repita”.
Pizarro añadió: “Estamos para defender la democracia, el pueblo y alternancia democrática”.
Gustavo Petro ha hecho alusión a Salvador Allende en reiteradas ocasiones
Y es que el mismo presidente Gustavo Petro ha manifestado, en reiteradas ocasiones, que a él le quieren hacer un “golpe de Estado”. De hecho, el mandatario ha llegado a comparar su situación con la que vivió Salvador Allende.
Por ejemplo, en medio del paro de camioneros que se registró en los primeros días de septiembre, el máximo líder del Pacto Histórico publicó un mensaje en sus redes sociales en el que aseguró que las directivas de las empresas camioneras buscaban hacer con él lo que, en su momento, habrían hecho al expresidente chileno.
“Sé de la enorme influencia uribista de las directivas de las grandes empresas camioneras y de su deseo desde el primer día de mi Gobierno de parar las carreteras y buscar lo que hicieron con Allende, pero los pobres no pueden ser sacrificados como hizo Duque con la gasolina”, explicó el jefe de Estado colombiano el 1 de septiembre del presente año.
Así mismo, para la misma fecha, el presidente colombiano publicó el siguiente mensaje: “Se han organizado para dar el golpe de Estado. Lo anunciado se desarrolla. Del pueblo que me eligió dependerá que el designio oligárquico se vuelva realidad o los derrotaremos de nuevo. Esta no será una votación parlamentaria de nuestros enemigos para sacarnos. Esto será una lucha popular”.
Además, el 14 de agosto, Petro hizo una publicación en su cuenta de X en la que afirmó que sigue los pasos de Allende, aunque no espera compartir su destino final. “¿Seguimos los pasos de Allende? Si y no. Espero que no su final. Y pienso que la evolución del capitalismo mundial me lleva a lago diferente en economía”.
Incluso, en aquella ocasión, Petro sugirió que Colombia debería adoptar una política económica similar a la de Allende, recalcando en la importancia de que el progresismo impulse una transformación económica en América Latina.
“El progresismo latinoamericano debe cambiar la economía de Latinoamérica, no solo su distribución, sino las relaciones de producción también, como intentó Allende, pero no hacia el estatismo sino hacia una economía global descarbonizada, signada por el trabajo libre colectivo del pensamiento, y por el tiempo libre pago gracias al incremento de una productividad asentada en los “bienes necesarios” como pensaba Aristóteles, y no en supercherías depredadoras”.