Cuántas horas diarias debe caminar una mujer para evitar las várices, esto dice un estudio

Esta actividad estimula la circulación, moviliza la sangre acumulada que forma várices y bombea la sangre de las piernas sin impactos mayores

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Se recomienda realizar una camina de 20 a 60 minutos, en temperaturas naturales favorables, para fomentar una correcta estimulación de bombeo sanguíneo - crédito Getty
Se recomienda realizar una camina de 20 a 60 minutos, en temperaturas naturales favorables, para fomentar una correcta estimulación de bombeo sanguíneo - crédito Getty

Las várices o insuficiencia venosa crónica es una patología muy común, la cual afecta aproximadamente a un 25% de la población adulta y se presenta en sus diferentes variaciones. Las mujeres son más propensas a tener venas varicosas y arañas vasculares, aunque el embarazo, el envejecimiento y la obesidad también pueden aumentar su riesgo.

Uno de los pilares más eficaces para combatir la enfermedad cardiovascular y circulación sanguínea de las piernas es el ejercicio físico. Y entre las distintas disciplinas, caminar es una práctica muy recomendada por los expertos.

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Síntomas de las venas várices

De acuerdo con Mayo Clinic, cuando las venas varicosas no causan ningún dolor, los signos más usuales son el cambio de color de estas a violeta o azul oscuro y el cambio de forma (como cordones).

  • Calambres nocturnos: las venas várices también se conocen como ‘síndrome de las piernas inquietas’. Pueden dificultar la conciliación del sueño y el descanso.
  • Dolor, hormigueo, pesadez y cansancio habitual en las piernas: estas molestias pueden distinguirse de otras, porque se agudizan al estar en reposo y con el calor, y, por el contrario, disminuyen al levantar las piernas y con el frío.
  • Hinchazón de la parte inferior de las piernas y los tobillos: especialmente después de períodos prolongados de pie.
  • Sensación de calor, enrojecimiento, sequedad y picor constante en la piel: se debe a que el exceso de sangre retenida provoca un aumento de la temperatura, por lo que la piel se deshidrata y origina estos efectos.
  • Signos dérmicos: alteraciones cutáneas de la piel producidas por la mala circulación: dermatitis, eccemas, hiperpigmentaciones, etc.
  • Arañas vasculares o telangiectasias: son dilataciones de los capilares, a nivel superficial, que se traducen en pequeñas líneas violetas o rojizas con aspecto de telaraña. Son antiestéticas pero indoloras e inofensivas.
  • Varices reticulares: son dilataciones de las venas de pequeño tamaño que aparecen en una zona de la piel más profunda que las telangiectasias; en la dermis reticular.
  • Varices o venas varicosas: son dilataciones y alargamientos de las venas superficiales, que se producen cuando la insuficiencia venosa se prolonga en el tiempo.
Las várices o insuficiencia venosa crónica, es una patología muy común - crédito Shutterstock
Las várices o insuficiencia venosa crónica, es una patología muy común - crédito Shutterstock

Caminar para evitar las várices

De acuerdo con un estudio publicado en Manuel Merck, la actividad física es una de las vías más eficaces para evitar la aparición o, en su defecto, reducir las varices. Hacer ejercicio ayuda a fortalecer los músculos de las piernas y favorece la circulación sanguínea.

En el caso de las caminatas, se ejerce presión sobre la planta de los pies y acelera la frecuencia cardiaca, mejorando la circulación.

Según el portal especializado en la salud del corazón, Modern Heart and Vascular, caminar estimula la circulación, moviliza la sangre acumulada que forma várices y bombea la sangre de las piernas sin impactos mayores. Se recomienda realizar una camina de 20 a 60 minutos, en temperaturas naturales favorables, para fomentar una correcta estimulación de bombeo sanguíneo.

Caminar previene la aparición de várices - crédito iStock
Caminar previene la aparición de várices - crédito iStock

Cuando las mujeres caminan, al aumentar la actividad cardíaca con mayor y más frecuente bombeo del corazón, se mejora la distribución de sangre de los capilares y abre ramales arteriales, mejorando no solo la presión arterial, sino también la “Vis a Tergo” (fuerza que viene de atrás), que es el remanente de la fuerza impulsora de las arterias que llega a las arteriolas, vénulas y finalmente a las venas, impulsando la sangre de retorno al corazón

Otro factor relacionado con la actividad cardíaca aumentada es lo que denomina como “Vis a Latere” (fuerza de al lado), son los latidos arteriales que siguen el trayecto de las venas profundas dándole estímulo y sostén a la pared venosa enferma.

Ambos factores son fuerzas impulsoras del retorno venoso, disminuyen la hipertensión venosa, previene la aparición de várices y mejoran los síntomas de edemas, dolor y calambres en las piernas.

Hay que considerar que no todos los ejercicios y deportes son adecuados para personas que padecen de várices, existen algunos de bajo impacto y aeróbicos, que pueden ayudar a estimular la circulación y prevención de várices.

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