El canciller Murillo se pronunció nuevamente sobre la situación de Venezuela: “Respetamos su soberanía”

El canciller Luis Gilberto Murillo habló de la importancia del diálogo para alcanzar la paz política en Venezuela, informando que Colombia mantiene contactos continuos con el gobierno de Caracas y con la oposición venezolana.

Murillo declaró que la administración del presidente Gustavo Petro se mantiene dispuesta a ayudar a superar la crisis política derivada de las elecciones del 28 de julio. Estas elecciones han sido un punto crítico ya que, según se reporta, el régimen de Nicolás Maduro se niega a su auditoría, lo cual ha intensificado las tensiones en el país vecino.

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El canciller enfatizó el respeto de Colombia por la soberanía venezolana, pero resaltó la necesidad de fomentar el diálogo entre las diferentes facciones políticas de Venezuela para encontrar una solución sostenible. “Seguimos invitando al diálogo, respetamos la soberanía de Venezuela y es una solución que tienen que encontrar los venezolanos y venezolanas”, precisó Murillo.

Paralelamente, las administraciones de Colombia, Brasil y México buscan presionar para el establecimiento de un diálogo que conduzca a la paz política en Venezuela. No obstante, desde diversos sectores se reconoce que estas iniciativas enfrentan desafíos, dado que hay cada vez menos apoyo y espacio para llevarlas a cabo.

“Es importante el diálogo que conlleve a acuerdos y que estos acuerdos a la paz política de Venezuela. Es una sugerencia que hemos hecho con todo respeto”, enfatizó Murillo.

En concreto, según el Gobierno nacional Colombia mantiene contactos tanto con el gobierno de Caracas como con la oposición de figuras como María Corina Machado y Edmundo González, este último actualmente exiliado en España. Estos esfuerzos buscan mediar y encontrar puntos de acuerdo que faciliten una resolución pacífica de la crisis.

Murillo también resaltó la importancia de los acuerdos que puedan derivar en una paz política, añadiendo que cualquier sugerencia hecha por el Gobierno de Colombia se realiza con el mayor respeto hacia la soberanía venezolana.

Colombia, junto con Brasil, bajo el liderazgo de Luiz Inácio Lula da Silva, y México, presidido por Andrés Manuel López Obrador, continúan buscando alternativas para promover el diálogo entre las partes en conflicto en Venezuela. Sin embargo, la viabilidad de estas alternativas se ve reducida por la actual situación política y la falta de apertura al diálogo por parte del régimen de Maduro.

Desde finales de 2021, en Venezuela, negociaciones políticas entre el régimen de Maduro y la oposición buscan reactivar un proceso electoral que permita elecciones libres y justas. Las conversaciones suspendidas en octubre de 2021 se reanudaron en noviembre, en un contexto tenso por varias problemáticas que aquejan al país sudamericano.

Una de las principales crisis que enfrentan los venezolanos es la emergencia humanitaria compleja. Millones de personas carecen de acceso a atención médica básica y sufren de malnutrición debido a la falta de medicinas y alimentos. Además, los servicios básicos como electricidad y agua son escasos, golpeando la vida cotidiana de los ciudadanos.

El colapso socioeconómico también ha llevado a un éxodo masivo, con cerca de 7,1 millones de venezolanos abandonando el país en busca de una mejor calidad de vida, según cifras recientes. Este desplazamiento masivo ha generado una de las mayores crisis migratorias del mundo, concentrándose principalmente hacia países vecinos como Colombia, Brasil y Perú.

La represión política es otro aspecto crítico, con el gobierno venezolano encarcelando a opositores políticos y inhabilitándolos para postularse a cargos públicos. El Foro Penal ha denunciado la existencia de más de 270 presos políticos, y continúan los reportes de tortura, maltrato e incomunicación de los detenidos.

En el ámbito económico, la situación es severa: la producción de petróleo ha caído drásticamente, afectando el principal ingreso del estado. A esto se suma una inflación descontrolada, escasez de bienes esenciales y altos niveles de desempleo, que configuran un panorama de colapso económico.

Desde 2014, las fuerzas de seguridad y grupos armados partidarios del gobierno han reprimido violentamente manifestaciones y actos de oposición. Los informes de brutalidad policial son constantes, así como la falta de protección y respeto hacia las comunidades indígenas.

La conjunción de estos problemas económicos, sociales y políticos ha causado una crisis de tal magnitud que requiere medidas prioritarias por parte de las autoridades. Mientras las negociaciones políticas buscan abrir un camino a la estabilidad, los venezolanos siguen lidiando con los efectos devastadores de una crisis prolongada.