Alerta económica de Fenalco con nueva reforma tributaria de Petro: subirá el precio del Acpm y del gas

Como un golpe bajo a la economía y a los colombianos calificó el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes Empresarios (Fenalco), Jaime Cabal, el anuncio de la radicación de la nueva reforma tributaria o ley de financiamiento del Gobierno de Gustavo Petro en las actuales circunstancias del país y bajo la presión de un presupuesto desfinanciado por $12 billones.

Al dirigente le preocupa, entre otras cosas, que el proyecto presentado por el Ministerio de Hacienda registra un incremento en los gastos de funcionamiento de 6,8% para 2025 y, en contraste, un desplome en la inversión cercana al 17%, justo cuando se requiere más formación de capital para dinamizar la golpeada economía.

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El vocero de los comerciantes señaló que el país debe evaluar el alcance de una reforma de esta magnitud, en medio de un momento de desaceleración y estancamiento económico.

“Este año el ritmo sigue siendo lento, con un 0,7% en el primer trimestre y un 2,1% en el segundo, que no se puede interpretar como un camino de reactivación, pues está mucho más explicado por el incremento de los gastos en burocracia y de la administración pública, cuyo crecimiento fue superior al 13%”, anotó.

Así las cosas, afirmó que los colombianos no están preparados para una nueva reforma tributaria. Según él, este Gobierno le cierra de manera constante las ventanas de oportunidad al contribuyente y esto, como se advirtió en los últimos dos años, afectó de manera notoria el ingreso disponible de los hogares, lo que afecta el consumo, el ahorro y la inversión.

“Lo reiteramos: otra reforma tributaria es inconveniente, porque tenemos una economía en desaceleración y estancada, que está sufriendo los efectos de las reformas del 2021 y 2022. Hacemos un llamado para que el Congreso de la República tenga en cuenta estas realidades, tome las decisiones a las que haya lugar y no permita semejante agresión a los contribuyentes”, enfatizó.

También advirtió sobre la inconveniencia de que el Congreso de la República apruebe un presupuesto para el año entrante desfinanciado en $12 billones porque esto le “metería presión” a los congresistas para que aprueben como sea una reforma tributaria. De acuerdo con el presidente de Fenalco, si el Congreso aprueba el presupuesto, implícitamente aprobará un proyecto desfinanciado, lo que no se había visto antes en la historia reciente del país.

“Hay que hacer las cosas al derecho y esto es reducir el presupuesto en $12 billones y dejarlo en $511 billones en equilibrio”, enfatizó. Remarcó que “los proyectos del presupuesto desfinanciado y la nueva reforma aumentan la incertidumbre política y el nerviosismo de los mercados”.

“Antes que una nueva reforma tributaria, el Gobierno debe ser serio en el control del desbordado gasto en burocracia y el despilfarro innecesario de recursos, así como y preocuparse por la recuperación de los billones perdidos por la corrupción”, concluyó Jaime Cabal.

Asimismo, el profesor de la Universidad de los Andes Sergio Cabrales, doctor en administración de empresas, con énfasis en finanzas, y magíster en ingeniería industrial, hizo énfasis en que la nueva norma subiría hasta el precio del gas.

“La reforma tributaria también plantea un aumento de un poco más del 4% en la factura del gas natural debido al incremento del impuesto al carbono en $100 por metro cúbico (m3), afectando a los 11,5 millones de familias, comercios, usuarios de GNV (gas natural vehicular) e industrias que lo utilizan”, precisó el experto.

Por su parte, el exministro de Hacienda José Manuel Restrepo se manifestó al respecto y calificó de “inaceptable” a la reforma tributaria por no tener ninguna vocación estructural (busca solo gastar más en 2025 y de allí en adelante el recaudo es muchísimo menor y casi el 90% menos).

Según él, “esto genera mucha más desconfianza e incertidumbre en el sector privado, porque parece una reforma tributaria hecha para hacer política de exceso de gasto público un año antes de elecciones (derroche focalizado), y que los colombianos pagarán mayoritariamente en 2026″. Pero además, “nos hace retroceder como país”.

Criticó varios puntos:

1. Volvemos al nefasto modelo de renta presuntiva que va en contravía del emprendimiento, al elevar el impuesto mínimo a empresas.
2. Creamos más informalidad y elevamos la tributación de mipymes al acabar con el régimen simple.
3. Aumenta los impuestos a las empresas y, posiblemente, la evasión al aumentar el impuesto de ganancia ocasional.
4. Aumenta los impuestos a las empresas al aumentar el impuesto al carbono.
5. Eleva los impuestos a gasolina, Acpm y gas. ¿Acaso el propósito no era que estos precios fuesen más bajos?
6. Retrocede en la transición energética al aumentar el IVA a híbridos.
7. Y termina usando la modificación en la regla fiscal como instrumento para seguir en el derroche de gastos de funcionamiento que están creciendo entre el 2023 y el 2025 en $117 billones (lo equivalente a ocho reforma tributarias) casi al 20% anual. “Qué empresa administrada seriamente crece tanto los gastos de funcionamiento en estos años cuando el crecimiento del PIB es cercano al 0%”.

Viendo esta propuesta, dijo Restrepo, “sinceramente aprobarla es una equivocación y la incertidumbre que genera a la inversión privada sería muy costosa a futuro”. Aseguró que “sería preferible hacer un ejercicio de austeridad en el gasto en 2025 y siguientes antes que meterse en este peligroso camino de una reforma que va en contravía de la inversión y el crecimiento”.