Bogotá, rodeada de montañas, siempre ha ofrecido paisajes espectaculares tanto durante el día como en la noche. Tradicionalmente, los residentes y turistas visitan La Calera o Monserrate, conocidos por sus cafés, cervezas y gastronomía local. Sin embargo, hay un nuevo sitio que ha emergido como una alternativa moderna y atractiva.
La cueva del arco, un nuevo mirador en Bogotá, ha captado la atención de creadores de contenido y usuarios de redes sociales por su impresionante vista de la ciudad. Este mirador se encuentra ubicado en la localidad de Santa Fe, sobre los cerros orientales, en la dirección carrera séptima este #1B - 51, a menos de 15 minutos de la Plaza de Bolívar.
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A diferencia de otros miradores, el ingreso a este lugar consta de una tarifa general de $15.000 mediante una manilla, y una entrada VIP a $30.000 que incluye dos bebidas; sin lugar a duda, La cueva del arco ha incrementado su popularidad rápidamente desde su apertura.
El mirador La cueva del arcoopera de jueves a domingo, desde las 3:00 p. m. hasta la medianoche. Entre las actividades disponibles, los visitantes pueden disfrutar de espacios diseñados para relajarse y compartir, así como de juegos como bolirana y diversas máquinas recreativas. Además, cuenta con una cancha de fútbol 5 y una de mini tejo, lo cual lo hace un destino ideal tanto para disfrutar de la vista como para la recreación activa.
Este lugar también tiene una zona de comidas con opciones para todos los gustos y un bar donde se pueden disfrutar de diversas bebidas mientras se contempla la ciudad. La combinación de vistas panorámicas, actividades recreativas y un ambiente relajado hace de La cueva del arco un nuevo punto de referencia para quienes buscan experimentar Bogotá desde una perspectiva diferente.
Otros miradores atractivos de la capital
A nueve kilómetros de la capital colombiana, en la entrada del municipio de La Calera, se encuentra otro de los miradores más impresionantes de Bogotá. Este sitio, conocido como Mirador de la Paloma, ofrece una amplia vista de la ciudad y sus alrededores, convirtiéndose en destino predilecto tanto para locales como para visitantes. Además, quienes llegan a este punto pueden disfrutar de planes por la tarde, como contemplar una puesta de sol y perderse entre los paisajes frondosos y verdes.
Otro mirador que destaca al norte de Bogotá es el Mirador de Usaquén. Ubicado en la zona de Santa Barbara, este sitio permite a los usuarios disfrutar de una majestuosa vista de la ciudad sin costo alguno. Una vez alcanzada la cima, los visitantes pueden descender hacia el parque de Usaquén y departir en alguno de los bares que rodean esta plaza llena de vida y tradición.
En el suroriente, encontramos el mirador del Cerro Elefante. Este mirador está ubicado en la localidad de San Cristóbal, sobre el páramo de Cruz Verde. Esta posición privilegiada permite a sus visitantes apreciar el nacimiento del río Fucha. El Instituto Distrital de Recreación y Deporte (Idrd) organiza itinerarios dentro del parque que lo rodea para que los visitantes puedan disfrutar del patrimonio natural con la ayuda de un guía.
La Torre Colpatria es otro punto obligatorio para quienes buscan disfrutar de una panorámica de Bogotá. Es uno de los destinos más populares, ubicado en la zona empresarial y turística sobre la calle 26 con séptima. Esta torre de 48 pisos permite a los visitantes subir al mirador los viernes, sábados, domingos y días festivos a un costo económico. Desde su cima, se puede visualizar fácilmente algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, como la plaza de toros La Santamaría y la Biblioteca Nacional de Colombia.
Finalmente, el mirador de Monserrate es quizás el más icónico y visitado. Localizado a una altura de 3.152 metros sobre el nivel del mar, este cerro ofrece una vista inigualable de Bogotá. Los visitantes pueden acceder a él mediante el teleférico o el funicular, y una vez en la cima, pueden visitar la iglesia de Monserrate, un lugar de peregrinación popular. El cerro está rodeado de paisajes naturales y construcciones históricas que ofrecen un respiro del bullicio de la ciudad.