Cayó alias El Guajiro, uno de los asesinos más buscados de Bogotá

Se le señala de perpetrar varios homicidios en la localidad de Ciudad de Bolívar en el suroccidente de la capital colombiana. En su último crimen ultimó a una menor de 14 años

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Mujer esposada siendo detenida por
Mujer esposada siendo detenida por la policía, representando un arresto y procedimiento legal - (Imagen Ilustrativa Infobae)

El sábado 7 de septiembre, la Policía Metropolitana de Bogotá (Mebog) informó que lograron la captura de un hombre de origen venezolano que figuraba como uno de los asesinos más buscados en la ciudad y que se había convertido en el temor de las comunidades que viven en invasiones en la localidad de Ciudad Bolívar en el suroccidente de la capital colombiana.

Al hombre se le conocía por su alias de El Guajiro, pero fue identificado por las autoridades como Bladimir José Arroyo González, que paradójicamente fue salvado por los uniformados al ser capturado, ya que estaba huyendo de una turba iracunda que lo iba a linchar en una de las zonas de vivienda irregular, detallaron en el informativo de televisión Noticias RCN.

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Según la investigación de la Mebog, Arroyo González, de 23 años de edad, es oriundo de Maracaibo (Venezuela), pero su trasegar en el hampa, perpetrando homicidios, al parecer, por encargo, lo dejó en la mira de las autoridades.

Uno de los últimos crímenes que cometió fue el de quitarle la vida, con arma de fuego, a una menor de 14 años y a un hombre en la invasión Maravillas de Dios, precisamente por lo que sería una deuda con los denominados ‘tierreros’, que son delincuentes que se dedican a lotear ilegalmente zonas en Ciudad Bolívar para ofrecerlas a la venta, de manera fraudulenta, a las personas que llegan a asentarse en esos territorios, puntualizaron en Noticias RCN.

También estaría involucrado en el asesinato de otra persona en otra invasión en el barrio Bella Flor, donde el criminal se habría ensañado con su víctima baleándola con 24 disparos, señalaron las autoridades en ese medio de comunicación, en lo que sería una retaliación con expendedores de estupefacientes en esa zona de la localidad, y lo vinculan, además, con el homicidio de otro hombre, cuyo cuerpo sin vida fue hallado en la quebrada Lima.

Seguidilla de homicidios en la ciudad tiene en alerta a las autoridades

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

Estadísticas alarmantes sobre la violencia en Bogotá: durante el 1 de septiembre de 2024, se reportaron 13 homicidios en varias localidades de la capital colombiana, lo que refleja un incremento significativo en los niveles de violencia. Según informaron las autoridades distritales, las zonas más afectadas fueron Suba, Santa Fe, Usme, Kennedy, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe y Antonio Nariño, conforme a los datos brindados por la Policía Metropolitana de Bogotá.

El reporte policial destaca que la mitad de estos homicidios están vinculados a hechos de intolerancia, involucrando riñas que resultaron en ataques con armas blancas, armas de fuego e inclusive machetes. Estos incidentes elevan la cifra anual de asesinatos en Bogotá a 732 hasta la fecha, frente a los 697 registrados durante el mismo periodo del 2023, marcando un aumento del 5%.

Suba encabeza la lista de localidades con tres homicidios cometidos con armas de fuego durante esa jornada. Santa Fe y Usme reportaron dos homicidios cada una, también provocados por armas blancas y de fuego. Tanto Kennedy como Ciudad Bolívar registraron dos homicidios respectivamente, mientras que en Rafael Uribe y Antonio Nariño se notificó un homicidio en cada localidad, todos involucraban armas letales.

Para enfrentar esta escalada de violencia, la Policía Metropolitana ha implementado un plan estratégico priorizando la intervención en las zonas más afectadas. Este plan incluye el incremento del personal policial y la colaboración con la comunidad para fortalecer la denuncia ciudadana y la prevención del delito.

Datos proporcionados por la Mebog revelan que el uso de armas blancas y de fuego en riñas y disputas personales ha sido una constante, reflejando un patrón preocupante que requiere no sólo la reacción de las fuerzas de seguridad, sino también políticas integrales que aborden las causas de fondo que alimentan esta violencia.

Este fenómeno de violencia en Bogotá es un reflejo complejo de factores sociales que necesitan ser atendidos de manera holística. La conjunción de medidas preventivas y punitivas podría ser clave para reestablecer la tranquilidad en las comunidades más afectadas.

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