Las tensiones entre el Gobierno de Colombia y la constructora española Copasa han escalado hasta el arbitraje internacional debido a desacuerdos contractuales relacionados con la reconstrucción del Hospital de San Juan de Dios en Bogotá.
Desde la rescisión unilateral del contrato por parte del gobierno colombiano, Copasa ha interpuesto una demanda en la que reclama 23.3 millones de euros, es decir, $108.346.244.500 (Ciento ocho mil trescientos cuarenta y seis millones doscientos cuarenta y cuatro mil quinientos de pesos cololombianos).
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En 2020, el Concejo de Bogotá adjudicó a Copasa un contrato por 420 millones de euros para llevar a cabo la reconstrucción del histórico hospital, el más antiguo de la ciudad. El proyecto incluía la demolición de la torre principal del edificio, un bien de interés cultural que no obtuvo la necesaria autorización del Ministerio de Cultura de Colombia, del presidente Iván Duque, en ese entonces.
Cabe resaltar que para la fecha en el que se estaba realizando dicho contrato de reconstrucción, la cartera ministerial de cultura fue encabezad por Carmen Inés Vásquez Camacho, quien estuvo designada desde el 7 de agosto del 2018 hasta el 12 de enero del 2021, para darle paso al segundo ministro de cultura de Duque, Pedro Felipe Buitrago Restrepo.
Además, en ese año, Enrique Peñalosa era el alcalde de Bogotá. “A mí me sucedió (Enrique) Peñalosa y lo que pensó Peñalosa fue en cómo dinamitarlo y construyó un contrato con una firma española que tiene como objetivo, como objetivo no, pero una de sus cláusulas es demoler el San Juan de Dios, el edificio central y fusionarlo con el hospital Santa Clara”, sostuvo en su momento Gustavo Petro sobre las decisiones tomadas en la alcaldía de Peñalosa.
Esta falta de aprobación fue el detonante de la decisión gubernamental de finalizar el contrato, lo que llevó a la actual disputa legal.
El Consejo de Estado de Colombia ha expresado dudas sobre la viabilidad de las obras propuestas, y el presidente colombiano, Gustavo Petro, ha manifestado su oposición a la demolición de la torre mencionada. La discordancia en la visión sobre el proyecto ha causado una suspensión de las obras, lo que ha aplazado la renovación del hospital hasta el 2029, según el consistorio de Bogotá.
La controversia ha centrado la atención en la protección del patrimonio cultural frente a las necesidades de modernización y servicio de salud pública, situando a Copasa y al gobierno colombiano en posiciones contrapuestas. Mientras la constructora solicita un resarcimiento económico por la cancelación del contrato, el gobierno argumenta que la conservación del bien cultural y el cumplimiento de las normativas patrimoniales justifican sus acciones.
Este caso subraya la complejidad de las inversiones extranjeras en proyectos de gran escala que implican elementos patrimoniales sensibles y plantea preguntas sobre la regulación y los procedimientos necesarios para reconciliar intereses en juego. El arbitraje internacional servirá de plataforma para resolver estas diferencias contractuales y determinar las responsabilidades e indemnizaciones correspondientes.
Pese a que la adjudicación del contrato ocurrió en el periodo presidencial de Iván Duque, en el 2023, Copasa había anunciado que demandaría al Gobierno de Gustavo Petro.
Petro defiende la liquidación del contrato
En sus redes sociales, el presidente Gustavo Petro defendió la decisión de liquidar el contrato de restauración del emblemático hospital San Juan de Dios en Bogotá, asegurando que no se contempla la demolición ni desaparición del centro de salud, sino la protección del patrimonio histórico de la capital colombiana.
El proceso de restauración del hospital, adjudicado en 2016 durante la alcaldía de Enrique Peñalosa a la compañía española Sociedad Anónima de Obras y Servicios (Cosapa), fue suspendido el 22 de agosto de 2024. La Subred Centro Oriente rompió unilateralmente el contrato existente, anunciaron autoridades locales. Petro respaldó esta decisión, subrayando que la continuidad del proyecto estaba más orientada a la preservación del legado del hospital San Juan de Dios, declarado hospital universitario y patrimonio cultural e histórico de la Nación por una ley de la cual él mismo fue coautor junto a la senadora Marulanda.
A pesar de la suspensión, un grupo de expertos encargado de la obra declaró que la torre central del complejo no está incluida en la estructura francesa que el gobierno busca proteger. Este punto ha generado controversia, pero no ha cambiado la postura del presidente Petro, quien revalidó su aprobación de la decisión mediante publicaciones en X, mostrando su compromiso con la causa.
El primer mandatario colombiano refirió que múltiples sentencias judiciales ya habían ordenado la restauración del hospital, pero nunca se había planteado su demolición ni desaparición, reiterando la importancia de este espacio no solo como hospital, sino también como símbolo histórico y cultural.
Las reacciones ante la decisión de terminar el contrato de restauración del hospital San Juan de Dios han sido diversas, pero Petro ha mantenido su postura firme en preservar la integridad histórica del lugar frente a cualquier proyecto de restauración que pueda comprometerlo.
El hospital San Juan de Dios ha sido un referente histórico y cultural en Bogotá, y el anuncio de la liquidación del contrato de obras tiene implicaciones tanto para la memoria urbana como para el futuro del patrimonio cultural de la ciudad.