En el barrio San Vicente del municipio de Guarne, en Antioquia, Colombia, un grupo de sicarios acabó con la vida de Josué Oliver Blas Lezama, alias “Gato Coté”, sindicado como el cabecilla de la organización criminal “La Gran Alianza”, dedicada a la minería ilegal en Perú, según informó el diario Correo.
El asesinato tuvo lugar la noche del jueves, cuando Blas Lezama fue interceptado por dos sujetos en motocicleta que le dispararon a quemarropa.
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De acuerdo con la Policía Nacional de Colombia, Blas Lezama fue trasladado a una clínica, pero ingresó sin vida. Era un fugitivo buscado por las autoridades peruanas, especialmente en la región de La Libertad, donde se le atribuía el liderazgo de una organización criminal que, desde 2020, acumuló una fortuna de más de 80 millones de soles mediante actividades ilícitas relacionadas con la minería en la provincia de Pataz.
El general PNP José Zavala Chumbiauca, jefe de la Región Policial La Libertad, declaró que se enviaron las huellas dactilares de Blas Lezama a Colombia para confirmar su identidad. La información preliminar recibida indica que un equipo especial peruano continuará con la verificación del caso.
La vida criminal de Gato Coté incluye numerosos antecedentes. Según Norte Noticias, fue capturado en 2019 por ser integrante de la organización Los Pulpos de la Cruz Verde y había cumplido una condena de tres años. Al salir de prisión en 2018, inició actividades criminales en la minería ilegal, convirtiéndose en líder de La Gran Alianza, y destacándose no solo por sus actividades ilícitas, sino también por un estilo de vida ostentoso, como criar perros de raza con collares de oro.
En mayo de este año, se informó en La República que su hermano Juan Manuel Blas Lezama, alias Juancho, fue arrestado, golpe que debilitó a la organización. Pese a las detenciones y operativos de incautación de explosivos y vehículos, Blas Lezama evadió a la justicia refugiándose en Colombia. En 2019, ya había sobrevivido a un atentado en Trujillo, donde fue víctima de un ataque a tiros frente a su vivienda.
La Gran Alianza, bajo su dirección, se destacaba por la violencia con que operaba, invadiendo socavones y robando oro a la empresa Poderosa, controlando minas a través de la fuerza y lavando el metal precioso mediante una fachada de una empresa agrícola. Esta organización no solo se limitaba a la minería ilegal, sino que también estaba implicada en extorsiones, asesinatos y tráfico de dinamita.
La estructura criminal revelaba un esquema sofisticado de operaciones ilegales. Utilizando la empresa de Homero Ruiz Camacho, simulaban ser una entidad de minería informal para comercializar el oro robado legalmente. La División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac) incautó una tonelada de dinamita durante un operativo, evidenciando la capacidad de la organización para someter a las mineras legales en la región.
Tras su asesinato en Colombia, la historia de Josué Oliver Blas Lezama y La Gran Alianza se encuentra en una etapa crítica, con las autoridades continuando las investigaciones sobre los demás miembros activos de la red criminal. El uso de sicarios y el ambiente de violencia que caracterizó su vida criminal es una muestra de los desafíos que enfrenta Perú en su lucha contra la minería ilegal y el crimen organizado.
El inesperado permiso a un condenado y su fatal desenlace
Somer Antonio Córdoba Mena, un hombre de 38 años condenado a 40 años de prisión por homicidio agravado, fue asesinado el pasado 30 de agosto en Bogotá cuando transitaba en una motocicleta de alto cilindraje. A pesar de su historial delictivo y su condena, inesperadamente contaba con un permiso temporal de salida de 72 horas.
Según autoridades, Córdoba Mena fue atacado por sicarios mientras iba acompañado por otra persona, quien resultó herida en el ataque.
El Tiempo verificó la identidad de Córdoba Mena y reveló detalles de sus crímenes, que incluyen su involucramiento en bandas criminales como Los Paracos y Los Paisas, así como una implicación en el asesinato de Jhon Jairo Mosquera Pino en 2009, en un campo de fútbol en Medellín. Desde 2008, Córdoba Mena ya era conocido por las autoridades debido a un allanamiento en el que se le incautaron varias armas de fuego y motocicletas, además de un taxi utilizado por su organización criminal.