Transportador informal fue asesinado a bala en Bogotá: uno de sus pasajeros habría sido el homicida

Una calle del barrio Las Colinas, en la localidad de Rafel Uribe Uribe, en el suroriente de Bogotá, fue el escenario de un asesinato que conmocionó a los pocos ciudadanos que transitaban por el lugar en la noche del pasado martes 3 de septiembre de 2024.

El caso pasó inadvertido para la mayoría de habitantes en la capital debido al paro de camioneros que completó cuatro días de bloqueos y manifestaciones el jueves 5 de septiembre.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

Alrededor de las 8:50 p. m., y en una zona próxima a la iglesia de La Resurrección, los residentes y vecinos del barrio escucharon los dos disparos que dejaron sin vida a un hombre de aproximadamente 40 años, cuyo cuerpo quedó tendido cerca de su vehículo.

De acuerdo con lo que pudo conocer Q’hubo Bogotá, la víctima trabajaba como transportador informal y se dirigía hacia el barrio Las Lomas, ubicado en la misma localidad.

La escena fue inquietante para los residentes que pudieron observarla. El hombre, al parecer, había llegado con dos personas en su carro hacia la mencionada dirección, y no estaba claro si los acompañantes lo conocían o si se trataba de pasajeros de una carrera nocturna. Algunos testigos le contaron al mismo medio que todo habría sido producto de una “discusión” dentro del vehículo se acaloró con el paso de los segundos, forzando al conductor a estacionar su automóvil.

La situación se agravó hasta que uno de los pasajeros descendió del automóvil y le disparó en varias oportunidades al conductor, según describió el teniente coronel Edward Vargas, oficial de inspección de la Policía. El conductor murió casi que de manera instantánea, y quedó dentro del vehículo.

Los investigadores y el equipo de criminalística del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), continúan tratando de establecer la identidad de la víctima y el motivo del ataque. El área quedó acordonada mientras las autoridades recolectaban evidencias y tomaban declaraciones a las personas presentes, y se espera que entre los testimonios y los videos de cámaras de seguridad se puedan identificar a los pasajeros que iban a bordo del automóvil.

El 27 de agosto de 2024, las autoridades ecuatorianas encontraron en la provincia de Carchi, al norte del país, el cuerpo sin vida de Jairo Potosí, un taxista colombiano de 50 años que había sido reportado como desaparecido un día antes.

Potosí, quien trabajaba para la empresa Taxis Unidos de Ipiales en el departamento colombiano de Nariño, había sido contratado por desconocidos para realizar un viaje hacia la localidad rural de Urbina.

Potosí fue visto por última vez la noche del 26 de agosto, alrededor de las 8 de la noche, mientras transportaba a los pasajeros hacia su destino. Al no recibir noticias de él y tras varios intentos fallidos de comunicación, su familia presentó una denuncia por desaparición ante las autoridades, lo que llevó a una búsqueda en la región.

El Chevrolet con placas SXA-032 de Ipiales, que conducía el taxista, aún no ha sido encontrado, y se presume que fue robado por los agresores, de acuerdo con información de Abra-Noticias.

El taxista, quien residía en el barrio La Ovejería en Ipiales, solía trabajar en horario nocturno. Según los reportes oficiales, Potosí había informado a su esposa y a sus tres hijos sobre el viaje antes de partir, pero su desaparición repentina y el posterior hallazgo de su cuerpo sin vida en Ecuador incrementó la preocupación y llevó a la intervención de las autoridades.

Las autoridades de Colombia y Ecuador están colaborando de manera estrecha en la investigación del caso con el objetivo de identificar a los responsables del crimen. Se especula que el motivo del asesinato podría haber sido por el hurto del vehículo.

La noticia de la desaparición y muerte de Potosí se difundió rápidamente a través de redes sociales, alertando a la comunidad y llevándola a exigir justicia, por lo que la familia de Potosí está a la espera de respuestas y el esclarecimiento completo de los hechos que llevaron a su trágico final.