A finales de agosto de 2024, el creador de contenido especializado en motos Andrei, conocido en redes sociales como @andrei.o05, compartió con sus seguidores una experiencia aterradora que puso su vida en riesgo por cuenta de la mal llamada justicia por mano propia.
Mientras se desplazaba por una zona comercial de Bogotá, dos sujetos lo alcanzaron en el cambio de semáforo y lo tiraron de su vehículo para luego empezar a golpearlo.
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Confundido, pensó en defenderse tan pronto como lograra levantarse, pero entendió rápidamente que de entrar en el juego les daría una falsa impresión sobre lo que estaba haciendo antes de ser tacleado.
Así que decidió mantener la calma y ponerse él mismo en contacto con las autoridades para que se encargaran de aclarar la situación, sin que él ni su motocicleta sufrieran daños adicionales:
“Cuando me pude levantar, pensé en ponerme a pelear, pero en este caso yo perdía más, tenía mi moto en el suelo, eso significaba daños y tenía videos a mi favor. Lo que hice fue llamar a la Policía”, comentó, en la segunda parte de una serie de fragmentos que compartió a través de las redes sociales para dar a conocer su historia.
Para suerte de Andrei y, por qué no, de sus agresores, dos agentes se presentaron en el sector en contados minutos y mediaron para entender lo que estaba sucediendo y por qué el influencer fue atacado.
Los comerciantes del sector fueron atentos e, incluso, se ofrecieron a compartir sus videos de seguridad para dar con lo ocurrido, pero no fue necesario.
Andrei logró demostrar su inocencia y los dos hombres que, minutos antes, lo hicieron caer de su moto tuvieron que disculparse y responder por los daños ocasionados, a pesar de que decían tener las mejores intenciones:
“La gente del sector quería ayudarme con videos de los negocios. Pero, finalmente, con la Policía como mediadora no solo me dieron dinero para los daños, sino que no de ellos se disculpó. Para muchos actué mal, para otros bien, pero no dejé que mis emociones me hicieran embarrarla y terminar hasta linchado por la comunidad. Cada día considero que la violencia no soluciona nada, solo lo empeora. Gracias por preguntar, estoy bien”.
Pero eso no es todo, logró comprobar su punto y es que, cuando se registran episodios de la mal llamada justicia por mano propia no solo los ladrones actúan mal, también sus agresores.
De hecho, reacciones como la de sus agresores están prohibidas por Ley y, en su lugar, es solo aceptable retener al sospechoso mientras las autoridades se presentan para analizar el caso:
“Lo que permite la ley colombiana es capturar a la persona que presuntamente cometió un delito y llevarla ante las autoridades competentes. Nada de golpearlos hasta casi matarlos o quemar los vehículos en los cuales están transitando”, explicó en entrevista para el matutino de Arriba Bogotá el abogado penalista Ricardo Burgos.
No es la primera vez que incidentes como el de Andrei se presentan en la capital del país y, en algunas ocasiones, “los paloterapeutas” han ido más allá, generando daños irreparables a la salud de su víctima o sus pertenencias, como el caso de un domiciliario al que le propinaron varias puñaladas para luego quemar su vehículo, cuando fue la persona que lo acusó de robar quien quería hacer dinero fácil.
De ahí que el también penalista Iván Javier Mojica Rozo advirtiera en conversaciones con el medio citado que, “aunque hacer un seguimiento a las cifras de linchamientos puede resultar complicado porque, según, ‘la policía rara vez hace un registro sistemático de estos hechos’, algunas evidencias nos permiten ver un aumento de estos casos, tanto en Colombia como en América Latina. Una de las representaciones más comunes, y a la vez más peligrosas de este fenómeno, es el acto del linchamiento, el cual ha llegado a dejar hasta 140 muertes en un año”.