El presidente Gustavo Petro volvió a poner la atención de la opinión pública en un escándalo que sacude a su antecesor, el exmandatario Iván Duque. En una alocución llevada a cabo el 4 de septiembre de 2024, el jefe de Estado mencionó la compra que habría hecho la administración anterior del virus Pegasus, presuntamente para adelantar acciones de espionaje.
De acuerdo con Señal Investigativa, una alianza entre la revista Raya y Señal Colombia, la compra, que no dejó huellas oficiales, se efectuó a finales de 2021. Casi tres años después, se desconoce quién lo estaría manejando en Colombia. Lo que sí se sabría es que el Gobierno Duque adquirió el virus por 13.000 millones de dólares, según la investigación, aunque Gustavo Petro habló de 11.000 millones de dólares.
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El software “espía” se le habría comprado a SNO Group y la millonaria suma pactada en contraprestación se habría entregado en efectivo, transportado en un jet privado hasta Tel Aviv, ciudad de Israel. Además de eso, de acuerdo con la investigación, todo el dinero provino de una “caleta del narcotráfico” que había sido incautada por las autoridades.
El presidente Gustavo Petro aseguró que, al parecer, el programa habría sido utilizado para espiar a los integrantes de los partidos que componen el Pacto Histórico en 2022, año en el que se adelantó la campaña presidencial que ahora lo tiene en le poder.
¿Qué hace el virus y cómo funciona?
Y, aunque el virus ha sido ejecutado, presuntamente, para hacer interceptaciones ilegales con fines políticos, como denunció el primer mandatario, lo cierto es que no fue creado con esa intención. La investigación en cuestión indica que, en teoría, debería ponerse a andar para la prevención de varios delitos.
El tráfico sexual, el tráfico de estupefacientes, el terrorismo, las redes de pedofilia son algunas de las problemáticas que justifican el uso del virus, que, además, solo puede ser adquirido por agencias gubernamentales.
Ahora bien, la posibilidad de que sea utilizado para otros fines, como el espionaje de políticos y personajes de la oposición, se basa en su funcionamiento. Pues, el virus se instala en los celulares o computadores luego de que las personas ingresen a un enlace que llega a sus dispositivos. De esta manera, la privacidad queda desmantelada.
La agencia gubernamental, o quien lo tenga en su poder, puede tener acceso a todo tipo de información que esté almacenada en los teléfonos y computadores, como fotos, documentos, correos y llamadas. Pero no solo eso, quienes controlan el software manejan, a su antojo, los dispositivos infectados. Pueden activarlo, si así lo desean, o determinar en qué momento poner a funcionar algunos atributos de los equipos, como por ejemplo, las cámaras que tienen incorporadas.
La primera vez que se escuchó sobre Pegasus fue en 2016, cuando el activista de derechos humanos Ahmed Mansoor, de los Emiratos Árabes, descubrió que su celular había sido infectado con el software. Al hacer la denuncia, terminó condenado a 10 años de prisión. Mientras tanto, empezaron a revelarse varios casos de espionaje en otros países como El Salvador y España.
Políticos, periodistas, activistas y personas que integran los partidos opositores a diferentes gobiernos han sido objeto de interceptaciones ilegales a través de Pegasus.
“El Gobierno de Israel ha utilizado Pegasus como una moneda diplomática para poder tener legitimidad. La exportación de esta tecnología está supervisada por el Gobierno de Israel y es este el que decide a quién se la vende y a quién no. Si tu gobierno no tiene una relación con el de Israel y su rival obtiene este software, pues tiene una ventaja frente al oponente”, detalló el periodista Gur Meggido, del periódico israelí Haaretz, en conversación con Señal Investigativa.