Lorna Cepeda, conocida mundialmente como la inolvidable ‘Peliteñida’ de la exitosa telenovela Yo soy Betty, la fea, es mucho más que un rostro familiar de la televisión colombiana.
Detrás de su característico papel de Patricia Fernández, la actriz ha transitado por un camino lleno de decisiones personales y profesionales que han definido su trayectoria, incluida la singular historia de cómo y por qué decidió cambiar su nombre no una, sino dos veces.
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Nacida en Cartagena, Colombia, Lorna María Cepeda Jiménez creció en un entorno donde el arte y la actuación formaban parte del paisaje familiar. Su hermana mayor, Angie Cepeda, ya era una figura destacada en la televisión y el cine, y su éxito hizo que muchos asociaran el apellido Cepeda con talento y reconocimiento en la industria del entretenimiento.
Sin embargo, Lorna no siempre tuvo la intención de seguir los pasos de Angie. De hecho, sus primeros años en el mundo del entretenimiento fueron como modelo, una profesión que le permitió destacarse por méritos propios y que la alejó de la comparación constante con su hermana.
Con el tiempo, y tras descubrir su verdadera pasión por la actuación, Lorna dio el salto a la pantalla chica, siendo su primer gran papel en la serie Padres e hijos, un proyecto que marcó el inicio de su carrera en la televisión colombiana.
De Cepeda a Paz: la búsqueda de una identidad propia
A pesar del éxito que comenzaba a cosechar, Lorna era consciente de que su apellido la ligaba inevitablemente a la figura de su hermana. Fue entonces cuando tomó una decisión que sorprendió a muchos: adoptar el apellido de su esposo y mánager, Eduardo Paz. Así, durante la cúspide de su carrera, se hizo conocida como Lorna Paz.
De acuerdo con la Revista Vea, en una entrevista de 2001, Lorna explicó las razones detrás de esta decisión.
“Si me dejaba el apellido Cepeda, iban a decir que por ser hermana de Angie todo me era más fácil. Así que me puse el apellido de mi marido, Eduardo. Él es argentino”, declaró la actriz, revelando así el deseo de construir una identidad que fuera exclusivamente suya, lejos de las comparaciones y expectativas ajenas.
Esta etapa como Lorna Paz coincidió con el auge de su popularidad gracias a Yo soy Betty, la fea. Su interpretación de Patricia Fernández, una secretaria superficial y clasista, se convirtió en un ícono de la cultura popular, trascendiendo las fronteras de Colombia y capturando la atención de audiencias internacionales. Aunque detrás de las cámaras, la actriz enfrentaba desafíos personales que la llevaron a reevaluar su decisión.
En 2003, tras su separación de Eduardo Paz, Lorna decidió dejar atrás el apellido que la había acompañado durante esos años de éxito y regresar a sus raíces. Retomar el apellido Cepeda fue para Lorna una manera de reconectarse con su verdadera identidad, liberándose de una carga que, según sus propias palabras, le generaba más problemas que beneficios.
“Decidí cambiar el apellido porque me generaba problemas con Paz, volví a mi apellido… y me siento más liberada”, confesó la actriz en 2009, año en el que formalmente readoptó su nombre de nacimiento.
A lo largo de los años, Lorna Cepeda ha demostrado una notable capacidad para reinventarse, no solo en el ámbito profesional, sino también en el personal.
Tras su divorcio, enfrentó desafíos financieros y emocionales, incluyendo la responsabilidad de criar a sus tres hijos como madre soltera. Sin embargo, lejos de desanimarse, Lorna utilizó estas experiencias como una fuente de fortaleza.
Hoy en día, ha vuelto a interpretar a Patricia Fernandez en la nueva serie de la novela más vista en la historia. Lorna es recordada como una de las actrices más queridas y respetadas de Colombia, un verdadero ícono en la industria del entretenimiento.
La historia de Lorna Cepeda es la de una mujer que, frente a las adversidades, siempre ha optado por seguir adelante, reinventándose cuando ha sido necesario y permaneciendo fiel a sí misma.