A punta de palo, comunidad en Medellín se esquitó con un ladrón mientras llegaba la Policía: “Ya, parce”

Un nuevo caso de la mal llamada justicia por mano propia se registró en el sector de El Chagualo, zona centro de Medellín, los primeros días de septiembre, luego de que un ladrón fuera capturado por tres sujetos que, ante la demora de las autoridades, decidieron ajusticiarlo a su manera.

Así quedó registrado en una serie de videos capturados desde el conjunto residencial que quedaba en frente al lugar en el que lo alcanzaron. En ellos, se escucha como el hombre trata de persuadirlos, argumentando que se equivocaron de persona: “Yo no hice nada, ya no más”.

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Sin embargo, su vestimenta tan peculiar: un overol de color rojo, lo habría delatado tras ser descubierto mientras trataba robar en el sector.

Sus gritos de ayuda y quejidos alertaron a otros habitantes de El Chagualo, que se asomaron a sus balcones para entender de dónde provenían. Es el caso de una vecina que trató de persuadir a sus captores para que dejaran de golpearlo:

“No le pegue más, espera a la Policía, pero no le pegue más. Téngalo ahí, pero no le pegue más, que después se mete en un problema usted. Muy bien, ténganlo ahí, pero no le peguen más”, insistió.

Sin embargo, contrario a lo que indica la Ley, decidieron “ajusticiarlo” hasta que llegara la Policía e, incluso, frente algunos de sus agentes siguieron agrediéndolo. Lo que fue celerado por quienes se cruzaron con los videos de la captura en redes sociales:

“Digan lo que quieran, pero la paloterapia es lo mejor para estos personajes”, “Eso es no querer la vida o estar muy aburrido, mi hermano. Por allá no roban ni los malos”, “No le peguen más dice la del video, pero si la hubieran robado a ella todavía estaría dándole cabezazos”, “Disque no le peguen más. A un ladrón no le tiembla la mano para matar o herir a otra persona”.

En una entrevista concedida para el noticiero de CtityTv, el abogado penalista Ricardo Burgos explicó que la normativa colombiana permite capturar a quien sea encontrado cometiendo un delito, pero no golpearlo ni ocasionar daños a su vehículo:

“Lo que permite la ley colombiana es capturar a la persona que presuntamente cometió un delito y llevarla ante las autoridades competentes. Nada de golpearlos hasta casi matarlos o quemar los vehículos en los cuales están transitando”.

Y es que, de acuerdo con el también penalista Iván Javier Mojica Rozo. se han registrado muertos por cuenta de las golpizas: “Aunque hacer un seguimiento a las cifras de linchamientos puede resultar complicado porque, según, ‘la policía rara vez hace un registro sistemático de estos hechos’, algunas evidencias nos permiten ver un aumento de estos casos, tanto en Colombia como en América Latina. Una de las representaciones más comunes, y a la vez más peligrosas de este fenómeno, es el acto del linchamiento, el cual ha llegado a dejar hasta 140 muertes en un año”.

Otro caso de justicia por mano propia ha llamado la atención en Medellín, luego de que un hombre fuera obligado a correr desnudo tras ser capturado mientras intentaba robar. Este suceso ocurrió a principios de septiembre, según relatan diversas plataformas de denuncia ciudadana, en cercanías a una avenida principal de la ciudad.

En los primeros seis meses de 2024, Medellín experimentó una reducción del 24% en el hurto a personas, sin embargo, los residentes han comenzado a aplicar castigos poco convencionales a aquellos delincuentes que logran atrapar infraganti. Tal y como los motociclistas que detuvieron al sujeto en cuestión.

Durante la grabación del episodio, se escucha a uno de los motociclistas dirigiendo al capturado con frases como “Sí, corra, pues, papi. Haciendo cardio”. El hombre, visiblemente cansado y tratando de tapar sus partes íntimas, no mostró resistencia y cumplió con la “penitencia” para evadir a las autoridades.

Algunos usuarios, en redes sociales, celebraron la medida, mientras, otros reconocieron que, aunque no fuese golpeado, representaba una violación de la normativa colombiana. Comentarios como “Tocará replicarlo en Bogotá” y “Al menos no lo golpearon, que agradezca” reflejan las diferentes reacciones del público.

Aunque no se conoce el lugar exacto del incidente, prácticas de este tipo denotan desconfianza en las autoridades y sus correctivos, a la par que la percepción de inseguridad persiste en ciudades como Medellín. Este sería el mayor detonante tras la aplicación de castigos por mano propia, con los que ha empezado a hacerse frente a la delincuencia, a falta de medidas efectivas.